Ganadores y perdedores dentro de un sistema de fijación de precios

A dos años de la implementación de la Ley de Tarjetas, en esta segunda entrega se analiza cómo incidió la norma sobre las ventas. La participación de las compras con plásticos muestra una clara disminución, a pesar de que el consumo haya trepado. Los datos revelan que los más afectados son los segmentos de tarjetas clásicas, cuyas líneas de crédito son menores a G. 6.000.000 y sus tenedores son personas de menores ingresos, mientras que los más beneficiados de la normativa son los usuarios con tarjetas clase oro y premium, cuyas líneas se encuentran por arriba de G. 6.000.000 y G. 10.000.000, respectivamente.

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Los datos revelan que el promedio de compras con tarjetas antes de la vigencia de la Ley Nº 5476 “que establece normas de transparencia y defensa al usuario en la utilización de tarjetas de créditos”, es decir, hasta aproximadamente el tercer trimestre de 2015, era de 4,2%. Sin embargo, tras la implementación de dicha normativa, el promedio cayó 3,9%.

Al analizar las compras por tipo de tarjeta de crédito se observan patrones importantes. Se comparan las adquisiciones anuales por tipo de plásticos hasta agosto de los años 2015 y 2017 para identificar cambios en los niveles de las operaciones. Los datos muestran una caída importante en el uso de las tarjetas clásicas, donde hubo una disminución de alrededor de G. 165.713 millones. Las oro y premium, en cambio, muestran un aumento en el volumen de compras de G. 40.088 millones y G. 254.738 millones, respectivamente.

Los datos confirman que el segmento afectado fue el de las líneas de crédito menores a G. 6.000.000, cuyos tenedores en su gran mayoría eran personas de menores ingresos, frente a la opuesta realidad de las poseedoras de los plásticos cuyas líneas son superiores a G. 6.000.000 y G. 10.000.000. Los gastos de aquellos de mayores ingresos aumentaron en forma importante.

Si se toma solo la capital del país, Asunción, las compras con el plástico de líneas de crédito menores a G. 6.000.000 tuvieron una baja de G. 128.000 millones, frente al aumento registrado en las líneas mayores a G. 6.000.000, oro de G. 4.500 millones y premium de G. 206.000 millones.

Caída en Central 

En tanto que si se observa el comportamiento de compras anuales del departamento Central, con sus ciudades, se observa una acentuada caída de aproximadamente G. 42.000 millones en adquisiciones de productos realizadas vía tarjetas clásicas, frente al también crecimiento en oro y premium, de G. 17.900 millones y G. 23.600 millones, respectivamente. Otros departamentos que registraron una merma en el nivel de compras con tarjetas clásicas fueron Alto Paraná y Caaguazú, con incrementos en el uso de los demás segmentos de líneas mayores.

En ese aspecto se destaca que las zonas con mayor actividad comercial son aquellas con importantes ciudades fronterizas como Asunción y Central, que se encuentran relativamente cerca de la frontera con Argentina como también es el caso de Itapúa y Alto Paraná, que comparten frontera con Argentina y Brasil, respectivamente.

Comportamiento por rubro y tipo de tarjetas 

Cuando se analiza el comportamiento en el uso de las tarjetas de crédito por rubros y tipo, se observan fuertes caídas en sectores que atienden las demandas de consumo masivo. En este sentido, las clásicas son las que muestran una baja más considerable en compras concretadas en supermercados y despensas.

Entre enero a agosto de 2015 y enero a agosto 2016, la caída fue del 19%, y entre 2015 y 2017, del 20%, cuando las transacciones hechas con tarjetas oro crecen entre 11% y 16%, y con las premium 22% y 57%, entre los años 2015/2016 y 2015/2017, respectivamente. El comportamiento de estos dos últimos segmentos revela que las bajas tasas de interés podrían haber incentivado un mayor consumo por parte de los portadores de plásticos con líneas mayores.

Otra importante baja se produce en el rubro de tiendas y boutiques, donde las compras realizadas con las tarjetas clásicas muestran caída de 14% entre el período 2015/2016, y del 6% entre 2015/2017.

En el rubro de electrodomésticos y equipos, donde la caída es más acentuada, la reducción no fue únicamente en las clásicas, sino que se extendieron a las oro y premium, indicando que la ley habría tenido un alcance más profundo en el rubro de bienes durables y las posibilidades de financiamiento que ofrecían las tarjetas.

Los usuarios que contaban con las líneas de créditos menores dejaron de comprar en casas de electrodomésticos en un 53% (2015/2016) y 41% (2015/2017). En tanto que la reducción en compras con tarjetas oro y premium fue de 54% y 51% entre 2015 y 2017, con perspectivas de leve recuperación en 2017. Si se considera el comportamiento global en el uso de los plásticos en los diferentes rubros, las compras con las clásicas entre 2015 y 2016 caen en 13%, mientras que en el período de 2015 y 2017, la baja ocurre en 9%.

Los demás usuarios de las tarjetas oro y premium se beneficiaron con las bajas tasas, tal como muestran los datos. Entre 2015 y 2016, las adquisiciones con plásticos del segmento oro muestran caída del 4%, pero entre los años 2015 y 2017 se observa crecimiento del 5%. Esto estaría explicado porque algunos comercios reactivaron tímidamente sus promociones, beneficiando a los usuarios con líneas de crédito superiores a G. 6.000.000. Si se observa a los tenedores de tarjetas premium, los datos muestran que este grupo fue el que realizó compras de manera sostenida y en aumento entre los años 2015 y 2017. El crecimiento global se ubica entre 7% y 44%, es decir, adquirieron más productos de supermercados, despensas, estación de servicios, así como de tiendas, boutiques, restaurantes, farmacias y perfumerías.

La Ley de Tarjetas de Crédito también impactó de forma negativa en las ventas de comercios menores como de las micros, pequeñas y medianas empresas (mipymes), considerando la pérdida que se produjo en los consumidores de menores ingresos, quienes eran los principales clientes de las categorías mencionadas.

Al revisar el número de establecimientos con un nivel menor de ventas, se observa que estos disminuyeron en forma importante. De un total de 11.119 comercios de nivel bajo o pequeñas empresas que vendían sus mercaderías a clientes con tarjetas de crédito en el 2017, la cantidad de comercios se redujo a 6.116, representando una caída del 45%, si se considera el movimiento antes y después de la referida ley.

En tanto, las ventas realizadas con tarjetas de crédito aumentaron de forma importante en los comercios considerados de nivel muy alto. De un promedio de compras de G. 1.185 millones realizadas en los negocios de mayor facturación, estos pasaron a G. 1.619 millones, en 2017.

Con este comportamiento, los comercios con mayor facturación fueron beneficiados porque los usuarios de las tarjetas con líneas mayores no dejaron de utilizarlas, sino al contrario, aprovecharon las ventajas de las nuevas tasas de interés que estaban en un promedio del 40% antes de la normativa y después, a una tasa del 14%. A esto se suma el turismo de compras que realizan en Paraguay argentinos por la ventaja de precios relativos a nivel local con respecto a los ofrecidos en el vecino país.

Ventas financiadas 

Con el análisis del comportamiento de ventas en el país, los datos del Estimador de Cifras de Negocios (ECN) elaborado por el Banco Central del Paraguay muestran una importante caída de las ventas financiadas, desde la implementación de la ley en cuestión.

Las operaciones de las grandes tiendas de prendas de vestir así como las casas dedicadas al equipamiento del hogar, fueron los sectores que registraron bajas más pronunciadas a partir de la entrada en vigencia de la normativa, que estableció un tope en el uso de las tarjetas. Sin embargo, a partir de enero de este año, casi dos años después de la implementación de la citada normativa, se observa una recuperación de las ventas en estos comercios debido a la compra de extranjeros, argentinos y brasileños, quienes vienen visitando Paraguay aprovechando los menores precios.

Hoy, el mayor consumo se sostiene por el más elevado financiamiento con tarjetas de crédito de segmentos mayores y el consumo de extranjeros. Esto resalta la importancia de la coyuntura económica y política de los países vecinos, ya que la medida de unificación del tipo de cambio en Argentina y la recuperación económica y fortalecimiento del real en Brasil fueron factores importantes para esta auspiciosa situación.

En el caso de los hiper, supermercados, distribuidoras y otros, los datos del ECN muestran que las ventas en estos rubros tuvieron una leve recuperación en diciembre de 2015, cuando comienza la política de unificación del tipo de cambio en Argentina y los productos ingresados de contrabando van mermando. Desde ese mes y hasta los últimos meses de este 2017, se observa un despegue importante del nivel de comercialización de los sectores mencionados, lo que está explicado por el menor ingreso del contrabando.

Impacto del sistema de fijación de precios 

Los resultados de la Ley de Tarjetas muestran que cualquier sistema de fijación de precios en un mercado con competencia, termina impactando de forma negativa en el desarrollo de la economía.

En el caso de las tarjetas, debería ser el mercado el que fije el sistema de precios y el Estado tomar el rol de generar la mayor cantidad de información para que la gente tenga un abanico de opciones y sea libre de elegir el producto más conveniente a sus posibilidades de financiamiento.

Con la baja tasa de interés se buscó incrementar el consumo y alivianar el nivel de endeudamiento, pero el efecto terminó siendo lo contrario, como que las bajas ventas han afectado a los segmentos menores, profundizando la desigualdad con las personas de mayores recursos, quienes han aprovechado las bajas tasas aplicadas por el uso de las tarjetas de crédito. Revisión de la ley

Finalmente, se torna necesaria la revisión de la Ley de Tarjetas, que permita al país generar un mayor consumo en el futuro, teniendo en cuenta que el aumento del consumo en la actualidad no es inclusivo y coyuntural, es decir, está explicado por compras con tarjetas de segmentos mayores y extranjeros impulsados por políticas públicas de Argentina y Brasil.

En el mismo contexto sería provechoso para la economía repensar los alcances de la normativa, lo que reforzará esta idea a las puertas de las fiestas de fin de año, donde se registra la mayor expansión de gastos y de ventas.

Y sin dudas, el problema del endeudamiento en el país es serio, pero se debería encararlo con herramientas, por ejemplo, que profundicen la educación financiera e información antes que con medidas como la fijación de precios, que si bien buscaba proteger a los usuarios, solo terminó excluyendo a los de ingresos menores del sistema financiero formal para empujarlos al informal, limitando más su capacidad de consumo.

Caída

Hasta alrededor del tercer trimestre de 2015, el promedio de compras con tarjetas era de 4,2% y tras la vigencia de la ley, el promedio cayó a 3,9%.

Clásica

Solo en Asunción, las compras con tarjetas con líneas menores a G. 6 millones registraron una baja de G. 128.000 millones, desde la vigencia de la ley.

Oro

En tanto aumentaron compras con tarjetas del tipo oro, en G. 4.500 millones y en G 206.000 millones, en la premium, en Asunción, en mismo lapso.

Repensar

Sería provechoso para la economía del país repensar los alcances de la Ley, a puertas de las fiestas de fin de año, donde se registran más gastos y ventas.

Impacto

Caída en compras con tarjetas de créditos se acentuó aún más en el rubro electrodoméstico, que además del segmento de la clásica afectó a los otros tipos.

Súper

Entre 2015 y 2017 los tenedores de tarjetas premium fueron los que concretaron compras de forma sostenida, en supermercados y estaciones de servicio.

Desde la vigencia de la Ley de Tarjetas, la misma afectó al segmento de poseedores de plásticos con líneas de créditos menores a los G. 6 millones, que en su gran mayoría son de bajos ingresos. En contrapartida, benefició con menor tasa a los de las líneas superiores.

Con la baja tasa de interés se pretendió incrementar el consumo y alivianar el nivel de endeudamiento de la gente, pero el efecto terminó siendo lo contrario. La reducción en las ventas afectó al segmento de menores ingresos profundizando la desigualdad social.

Resultados de la implementación de la Ley de Tarjetas muestran que cualquier sistema de fijación de precios en un mercado con competencia termina impactando de forma negativa en el desarrollo de la economía, por lo que se torna necesario revisar la norma.

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