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Para el año 2020, y descartando cambios sustantivos en las políticas públicas del país, las estimaciones de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGECC) dan cuenta de que el déficit de casas nuevas aumentaría en 190.000. Este crecimiento será como efecto de la expansión poblacional urbana frente a la rural (tal como viene ocurriendo desde 1990), considerando que la tasa de crecimiento poblacional de Paraguay en general bajaría de 1,48% en 2015 a 1,33% en 2025.
En el mismo sentido, y de acuerdo a los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) 2016, la población de Paraguay era de 6.854.502 habitantes, siendo 4.174.854 (61%) parte de la población urbana. Se estima que la población en el 2025 sería de 7.760.000 personas, de las cuales 5.000.000 corresponderían a la población urbana, representando un aumento en 9 años de 825.000 personas en zonas urbanas. Asumiendo una ocupación de cuatro personas por vivienda, este crecimiento representa una demanda potencial de 206.000 casas.
Mientras que la población considerada rural llegaría a aproximadamente 2.800.000 personas, es decir, un crecimiento de aproximadamente 120.000 personas (en el 2016 eran unas 2.679.000), lo que significaría la necesidad de construir 30.000 viviendas en el 2025.
En el mismo sentido, en los próximos 20 años se sumará un contingente muy importante a la población de adultos de Paraguay. Actualmente, la población mayor a 20 años es de aproximadamente 4.200.000, frente a la de menores, de 2.750.000. En las próximas dos décadas, estos menores de edad ejercerán presiones sobre la demanda de vivienda, que entre el crecimiento natural de la población y la presión de la estructura demográfica se deberán tomar medidas importantes para acomodar las necesidades habitacionales de una población urbana creciente.
Si bien en otras ediciones se ha analizado de manera general la problemática habitacional de Paraguay, en esta entrega el foco se centra en la demanda de hogares, revisando tendencias como el déficit habitacional estimado por la DGEEC, de crecimiento poblacional y de tipo de tenencia de hogares en el país y en los departamentos de mayor población.
La importancia de esta clase de análisis se fundamenta en que la falta de hogares se considera generalmente un problema económico, ya que reduce la calidad de vida de las personas y propicia situaciones que pueden llevar a la violencia, la enfermedad y el crimen, situaciones y condiciones que terminan siendo un costo considerable para la sociedad. De igual forma, el déficit de viviendas representa una gran oportunidad para los sectores vinculados a la construcción.