Castigo para la pequeña industria

El reciente aumento tarifario que aplicó la ANDE, luego de 14 años de congelamiento de la anterior tarifa, consigue eliminar parcialmente los enormes privilegios que gozaban las grandes empresas; pero, al mismo tiempo, castiga a la pequeña industria, así como a la clase media emergente. 

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Lo correcto sería la eliminación total de los privilegios a las grandes empresas, y que para la pequeña industria y otros pequeños usuarios, así como para la clase media, se incrementen en menor medida la tarifa, siempre sin perjudicar la posibilidad financiera de expansión de la infraestructura requerida, cada día más, por el sistema eléctrico paraguayo. 

Los reclamos que se escuchan con mayor fuerza son los provenientes de grandes empresas, a las que la ANDE entregaba, increíblemente, energía por debajo del costo, entre ellas podemos citar a Cargill, Vetorial y Cervepar, incluidas las supuestas distribuidoras privadas (mau) Clyfsa y Colonias Menonitas, que se abastecen en 66 kV y 220 kV. 

La nueva tarifa promedio que se estará aplicando a estas empresas estaría entre 250 y 265 G/kWh, lo que implica una tarifa entre 45 y 48 US$/MWh, apenas levemente superior a la tarifa de la energía garantizada de Itaipu, de aproximadamente 43,8 US$/MWh.

Esta nueva tarifa no incluye las pérdidas y los gastos de transmisión, así como los beneficios que le corresponde tener a la ANDE para expandir su sistema eléctrico, por lo que la tarifa en 66 kV y 220 kV, para estas empresas, en realidad debería ser aún mayor. 

Consideramos apropiado que la tarifa residencial para las familias con hasta 300 kWh/mes, tanto la social como la que no tiene subsidio, no tengan incremento. Esta franja de consumo está constituida por las familias de menor renta. 

Ya las tarifas de las muy pequeñas industrias que se abastecen en baja tensión, como los pequeños talleres y microindustrias, que disponían de una tarifa relativamente reducida en baja tensión, tendrán que soportar subas entre 63% para consumo de 500 kWh/mes y 47% para consumo de 1.000 kWh/mes. Sin embargo, las industrias que se abastecen en media tensión soportarán subas entre el 43 y 38% en promedio, menores a las conectadas en baja tensión. 

Continuando con las tarifas en baja tensión, mientras que para el sector comercial la suba es aproximadamente de tan solo 5% para 1.000 kWh/mes, para la industria, la suba es del 48%, para el mismo nivel de consumo, situación difícil de entender. 

La nueva tarifa de la ANDE continúa manteniendo los privilegios para las grandes residencias, que se abastecen en media tensión 23 kV.

Si bien la tarifa en media tensión para estas sube en aproximadamente un 33%, aún así la tarifa estará en torno a 288 G/kWh, en promedio, según modalidad de contratación, muy por debajo inclusive de los muy pequeños usuarios que consumen 300 kWh/mes, con tarifa de 351 G/kWh, más de 20% mayor. 

La clase media es afectada con un aumento, para consumos de 300 a 500 kWh/mes, en el orden del 10% y para consumos de 500 a 1.000 kWh/mes, con una suba de aproximadamente del 15%. También continúan los privilegios para los grandes comercios que se abastecen en media tensión con tarifas mucho menores, entre 280 y 290 G/kWh, ya el pequeño comercio en baja tensión soporta tarifas del orden de 400 G/kWh. 

Sugerimos la revisión del nuevo tarifario, analizando la posibilidad de que no suban las tarifas a las más pequeñas industrias, así como tampoco a las familias de clase media y que, en cambio, se eliminen totalmente las exenciones a los grandes consumidores en 66 kV y 220 kV, lo mismo que para las conexiones en 23 kV residenciales, que deberían pagar al menos igual que una familia de clase media. 

Además, la suba al sector industrial en ningún caso debería ser mayor que la suba a los sectores comercial y general; y, en estos últimos sectores, los grandes consumidores, como los shopping, supermercados y otros, deberían pagar al menos lo mismo que el pequeño comercio y que el pequeño productor agropecuario, y no mucho menos, como mantiene actualmente la Ande. 

Esta revisión debería ser encarada desde una nueva perspectiva, en la que la determinación de los precios a ser pagados por los usuarios de la energía eléctrica, propiedad de todos los paraguayos, sea el camino para llegar a la equidad entre los diferentes actores de la sociedad paraguaya, como lo son los industriales, los comerciantes, los productores y todos los consumidores residenciales. 

En poco tiempo más, mediante la correcta aplicación de lo establecido en el Numeral IX- Revisión del Anexo “C” del Tratado de Yacyretá, con lo cual la deuda de Yacyretá debe quedar en “cero” y con la entrada en operación de la línea de 500 kV Yacyretá-Villa Hayes, le será posible a la ANDE disponer de energía con un precio varias veces menor que el actual.

Los directivos de la ANDE deben responder a los reclamos de sus usuarios y explicar, con detalles y con mucha paciencia, la situación pasada, actual y futura de la empresa. Deben recordar, permanentemente, que son nuestros servidores y que por la prestación de estos servicios reciben suculentos salarios y otros beneficios, pagados por todos los integrantes de la nación paraguaya. 

(*) Presidente AISEP

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