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“Soberanía alimentaria y políticas públicas” fue el tema del IV Seminario Internacional Universidad-Sociedad-Estado, realizado en nuestro país y organizado por la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) y la Universidad Nacional de Asunción (UNA), en el que el Dr. Adoniram Sanches, oficial sénior de Políticas de la Oficina Regional para América Latina y El Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), destacó que nuestra zona, con 33 países, es la región que más avanzó en el mundo, ya que muchos países encontraron sus respectivos caminos en la lucha contra el hambre. Si bien no son iguales esos caminos, hay una esperanza, un ánimo diferente para mejorar.
Con la globalización, decía, muchos países se intercambian o copian sus políticas. Los avances más rápidos para erradicar la pobreza y el hambre están en contar con una mayor presencia de políticas públicas como la alimentación escolar universalizada (desayuno, almuerzo) o los sistemas de transferencia condicionada como en Paraguay existe el programa “Tekoporã” que ha mejorado la entrega de recursos. México transfiere unos 70 dólares por mes a las madres carenciadas y todo esto permite afirmar que en la región vamos por un buen camino.
La creatividad para copiar y adaptar políticas públicas ante la baja presión tributaria de los países como el Paraguay es un factor que puede ser beneficioso. Con los medios de comunicación de fácil acceso en la actualidad, muchos países se copian sus programas y detrás de eso está un pre umbral que es la capacidad de los gobernantes para universalizar la entrega de recursos a madres de familias vulnerables para mitigar la pobreza. El deseo de una reforma tributaria está presente en todos los países de la región que tienen pobreza, pero no es fácil transformarla en ley.
La baja carga fiscal y pobreza son primas hermanas porque están muy relacionadas entre sí. Países que tienen como política luchar contra la pobreza, si tienen buena carga fiscal como México, Brasil (con más de ocho años del programa hambre cero del ex presidente Lula), crean más espacio para luchar contra este flagelo para tener capacidad de entregar alimentos a niños o familias carenciadas.
Sinceramiento
Para sincerar la presión tributaria de Paraguay, que según registros oficiales está en torno al 12%, es de esperar que el Ministerio de Hacienda inicie un proceso que ingrese los flujos incorporados en concepto de royalties y compensaciones de las entidades binacionales (Itaipú y Yacyretá), como así también otros ingresos de los gobiernos municipales (impuesto inmobiliario) y el aporte obrero-patronal canalizado a través del Instituto de Previsión Social (IPS).
Otros países así lo hacen y el nuestro no puede ser la excepción ya que, en puridad, presión tributaria representa básicamente todos ingresos de un Estado dividido por el Producto Interno Bruto (PIB) del país, multiplicado por 100. Sin pensar en más impuestos, de hecho por ahora no figura en los planes del Gobierno, que insiste en dos fórmulas diferentes para fortalecer los músculos fiscales (Ley de Responsabilidad Fiscal y la otra de Alianza Público Privada), la reducción de la informalidad también servirá para generar más recursos que apunten a disminuir la inseguridad alimentaria en Paraguay cuyos indicadores son, comparativamente con otras economías, anémicos.
Según la FAO, la cantidad de personas hambrientas en el país aumentó del 2007 al 2012 del 16,8% al 25,5% y entre las naciones de la región más golpeadas por el hambre, Paraguay se ubica en un incómodo tercer lugar, después de Haití (44,5%) y Guatemala (30,4%), mientras que por encima nuestro están Bolivia (24,1%) y Nicaragua (20,1%). En el estudio presentado por FAO se puede notar además que la mal nutrición en Paraguay se traduce en otro problema cual es la obesidad en adultos mayores de 20 años afectando a un 19% de la población mientras el promedio de América Latina y El Caribe está en 23%. El experto señaló que ya se debería ir pensando en la eliminación de cantinas en las instituciones de enseñanza porque son los principales puntos de expendio de comidas chatarra que afectan a nuestros niños y jóvenes con precios bajos, pero terriblemente dañinas para el organismo.
Al más alto nivel político
La soberanía y la seguridad alimentarias están sobre la mesa de discusión al más alto nivel político. En la Declaración de Santiago de Chile, tras la I Cumbre de CELAC realizada en enero último, se reiteró el compromiso de nuestros países de promover la seguridad alimentaria y nutricional de nuestras poblaciones. Se reconoció que la causa principal del hambre es la pobreza y que, para superarla, es necesario coordinar acciones relacionadas con la inclusión productiva de los pequeños agricultores familiares, el comercio internacional y el acceso a servicios públicos de salud y educación, entre otros, a través del continuo apoyo de diferentes organismos, mecanismos y agencias regionales. Se insistió además en el compromiso de fortalecer los procesos de integración en el ámbito alimentario y conjugar esfuerzos en apoyo de la iniciativa “América Latina y Caribe Sin Hambre 2025”.
Se encomendó a la FAO para que a la brevedad posible lleve a cabo las acciones necesarias para conceptualizar y definir el término soberanía alimentaria, porque hasta hoy no hay acuerdo sobre el mismo mientras se está globalizando la pobreza y la exclusión social: 2.800 millones de personas sobreviven hoy con menos de 2 dólares por día, y 1.200 millones de ellas disponen de menos de 1 dólar por día. El 70% de las personas pobres en el mundo viven en zonas rurales y dependen casi totalmente de la agricultura y el desarrollo rural para su subsistencia. Existe una amplia inseguridad alimentaria.
¿Qué es la soberanía alimentaria?
Es el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental.
Otro concepto acuñado es que la soberanía alimentaria incluye el verdadero derecho a la alimentación y a producir el alimento, lo que significa que todo el mundo tiene el derecho a una alimentación inocua, nutritiva y culturalmente adecuada y a los recursos para producir esos alimentos, así como el derecho a poder alimentarse a sí mismo y sus sociedades.
Metodología
Ante la duda surgida en algunos sectores sobre la medición eficiente de la pobreza o inseguridad alimentaria en Paraguay, consultamos al Dr. Adoniram Sanches si tienen en la FAO algún reparo sobre el trabajo interno para la generación de indicadores. La forma en que se está midiendo ahora en el país es la misma utilizada por tres agencias internacionales, entre ellas FAO, y apunta a una misma tendencia, explicó. El método que usa la FAO para medir el hambre es el mismo para unos 100 países del mundo y fue aprobado en 1990 por el Consejo Mundial de Seguridad Alimentaria. Esa metodología pasa cada dos años por una profunda revisión de expertos; en la última se incorporó una innovación interesante, ya que se contabilizan también los alimentos que son desperdiciados en el proceso de cosecha, transporte y procesamiento. Otra relevante innovación es que también se distribuye el consumo diferenciando de las personas a lo largo de la vida, ya que un anciano consume una cantidad de alimentos energéticos diferente a un adulto, joven o niño, se diferencia también por sexos. Es un método que da una buena tendencia y Paraguay no se aparta de ella, remarcó el oficial sénior de FAO.
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Nuestra región es la que más avanzó en el mundo; muchos países encontraron sus respectivos caminos en la lucha contra el hambre, dice FAO.
FAO
La cantidad de personas hambrientas en el país aumentó del 2007 al 2012 del 16,8% al 25,5% y figura entre las naciones de la región más golpeadas.
Réplica de programas
Con los medios de comunicación de fácil acceso en la actualidad, muchos países se copian sus programas y detrás de eso está un pre umbral, que es la capacidad de los gobernantes para universalizar la entrega de recursos a madres de familias vulnerables para mitigar la pobreza.
Globalización
Se están globalizando la pobreza y la exclusión social: 2.800 millones de personas sobreviven hoy con menos de 2 dólares por día, y 1.200 millones de ellas disponen de menos de 1 dólar por día. El 70% de las personas pobres en el mundo viven en zonas rurales y dependen casi totalmente de la agricultura.
* Se reconoce que la causa principal del hambre es la pobreza y que, para superarla, es necesario coordinar acciones relacionadas con la inclusión productiva de los pequeños agricultores familiares, el comercio internacional y el acceso a servicios públicos.
* Soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a definir sus políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos, que garanticen el derecho a la alimentación de toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando propias culturas y la diversidad de modos campesinos.
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