Hawala money - financiero

Hemos de clarificar que la transferencia de dinero que se percibe desde cualquier parte del mundo se encuentra en una constante fase de desarrollo, pues, al tiempo, se dimensionan ciertas “formas” en las que no se requiere debidamente de aquellas gestiones presenciales en los bancos, ni cambios de moneda, tampoco de cuestiones administrativas como los diversos formularios que se requiere completar. Es que basta con la idea de un emisor, un receptor y al menos dos personas intermediarias.

En tal contexto, podemos esbozar sobre el sistema expuesto a partir de la hawala, pues, ha sido registrado bajo un sistema de “intercambio” de divisas, que se distinguía desde antes del parámetro de la banca tradicional. Ahora bien, lo relevante de este mecanismo es que los “intermediarios” no registran las transacciones, lo que dificulta el rastreo ideal del “origen” y del “destino” de una cantidad de dinero, promocionando aquellas actividades propias del lavado y/o del financiamiento del terrorismo.

Entonces, esta “metodología” es sumamente examinada en el ámbito transaccional, puesto que, nos revela un funcionamiento en paralelo a los demás sistemas financieros, pero que se puede concretar con el simple ingreso de una hawaladar local, a quien se le hace entrega del dinero acordado entre el emisor y el receptor. Posteriormente, el hawaladar local genera nexos con algún sujeto que le permita la utilidad de su cuenta.

Lo anterior se integra a un segundo hawaladar, quien se ocupa en calidad de destinatario del monto equivalente, perpetrándose todo el acto en tan solo horas. Ciertamente, los hawaladars se benefician económicamente ante la petición de una comisión, mientras que, el emisor se ahorra las comisiones de los bancos tradicionales, y así, el receptor puede hacer uso del dinero de inmediato.

Como cualquier otro sistema, el mecanismo analizado ha tomado origen desde un sentido sociocultural, y es que se habla de los vínculos con la “Ruta de la Seda” que fue una red de vías comerciales que conectaban el lejano oriente y el sudeste de Asia con África y Europa. Por otro lado, el término fue acuñado por la relevancia significativa de “cambiar” o “transformar”, que a la vez fuera acompañado por contraseñas para gerenciar la transacción.

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Si bien se advierte que todo este proceso deviene de finales del siglo XVIII, empero, en la actualidad se ha logrado comprobar que bajo la dirección de las nuevas tecnologías el suceso se ha vuelto mucho más fácil de operativizar y lo de la contraseña ha mutado a “códigos” en aplicaciones virtuales.

Es por tanto que los mencionados hawaladars se encuentran ligados al comercio, pero no necesariamente a una entidad financiera.

Es que su relevancia se conecta con el “anonimato” para evitar la declaración del dinero (así se advierte su utilización por parte de la criminalidad). Como también, se logra evadir impuestos y/o remesas transaccionales, pues bien, en los casos más formales (bancos/financieras) se tendría que habilitar una cuenta corriente y/o de ahorro, lo que permite evidenciar la identidad de los involucrados.

Así, todas las conexiones del hawaladar ocupan importancia, puesto que precisa de una gran cantidad de usuarios para que el tránsito del dinero resulte funcional. Mientras más contactos se tenga mejor funcionará el negocio (informal), lo cual sigue siendo una realidad cultural conectada a familiares y/o clanes, e inclusive a organizaciones trasnacionales.

Por ende, para lo organismos de control este método también fue determinado como una posibilidad de blanqueo de capitales porque distribuye el dinero obtenido de actividades ilegales y que luego pasa como (supuestamente) legítimo y en tal sentido, la hawala se proyecta por las asociaciones criminales para potenciar el proceso.

Existen métodos propios dentro de hawala para el blanqueo de capitales. En dicho contexto, se ha advertido el caso común del uso de múltiples “operadores” en diferentes países para dispersar el dinero, para complicar el debido control de las transacciones.

Asimismo, se tiene al método de creación de aquellas empresas “ficticias” para que los agentes justifiquen el origen de los fondos, en vista a que dichas empresas pueden recibir dinero a través de la hawala.

Definitivamente, para los criminales la hawala ocupa sus ventajas económicas ante aquellos sistemas de control financiero, bajo la particularidad de complejidad para el rastreo del dinero, por lo que la hawala es un método muy ligado al financiamiento de actividades delictivas, como la operativización de la corrupción. Sumado a que se utilizan diversas técnicas para lavar (en última instancia) los fondos que no se utilizan en gastos de subsistencia u otros bienes.

Por todo lo revelado, el Grupo de Acción Financiera (GAFI) ha expuesto que este sistema informal de transferencia de dinero (hawala) es el método más común de transferencia de fondos generados por el tráfico de migrantes entre jurisdicciones. Es, por ende, que se dificultan las investigaciones financieras de la LEA (Law Enforcement Agency), mientras que los demás métodos incluyen el transporte físico de fondos a través de mensajeros o mulas de dinero.

Sistema informal

Hawala es un sistema informal de transferencia de dinero que opera fuera de los bancos tradicionales y se basa en la confianza entre intermediarios.

Dificulta el rastreo

Dificulta el rastreo del origen y del destino del dinero, promocionando las actividades del lavado y/o del financiamiento del terrorismo.

(*) Docente investigador de la carrera de Derecho de la Universidad Americana. Doctor en Derecho. PosDoctor en Ciencias (PD Cs.) - Mención Investigación Científica. Magíster en Ciencias Penales. X: @MatiasGarceteP