El informe detalla que durante setiembre de 2025 se produjeron 6.043 nuevas inscripciones y 1.426 clausuras de RUC, lo que resultó en un aumento neto de 4.617 contribuyentes. Este saldo positivo representa una mejora significativa respecto a periodos anteriores y evidencia una mayor dinámica de formalización empresarial, en un contexto económico caracterizado por estabilidad inflacionaria, crecimiento moderado y expansión del crédito al consumo.
Predominio de pequeños contribuyentes: una estructura con alta atomización

El desglose por tamaño de contribuyente permite observar una marcada concentración en el segmento pequeño, tanto entre los activos como entre los suspendidos y bloqueados. Dentro del grupo activo, 820.144 contribuyentes pertenecen a esta categoría, mientras que 5.562 se clasifican como medianos y solo 718 como grandes. Esta estructura reafirma que el sistema tributario paraguayo continúa sustentado en una base compuesta mayoritariamente por micro y pequeñas unidades económicas, reflejo directo de la estructura productiva nacional.
En el caso de la suspensión temporal, la composición mantiene el mismo patrón: 392.538 registros corresponden a pequeños contribuyentes, 168 a medianos y apenas 9 a grandes. Entre los bloqueados, 30.921 pertenecen al grupo pequeño, 246 al mediano y 15 al grande. Este predominio absoluto de pequeños contribuyentes muestra la relevancia del sector microempresarial dentro de la economía formal, pero también pone de manifiesto su vulnerabilidad frente a variaciones del entorno económico.

La elevada participación de unidades económicas de menor tamaño refleja un doble fenómeno. Por un lado, denota un avance de la formalización y una mayor inclusión de pequeños actores dentro del sistema impositivo. Por otro, evidencia la fragilidad estructural de un tejido empresarial que depende en gran medida del comercio minorista, los servicios personales y las actividades de subsistencia, sectores sensibles a las fluctuaciones del consumo interno y a la disponibilidad de liquidez.
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Suspensión temporal como reflejo de inestabilidad empresarial
La suspensión temporal, que afecta a más de 392.715 contribuyentes, equivale a casi un tercio del padrón total y constituye un indicador relevante para comprender la dinámica de las pequeñas empresas. Este estatus no implica cierre definitivo sino interrupción de la actividad económica, muchas veces vinculada a estacionalidad, reorganización o dificultades financieras.
En la práctica este grupo representa un conjunto de contribuyentes que, aunque no generan ingresos tributarios en el corto plazo, permanecen dentro del sistema y pueden reactivarse en el futuro. Sin embargo, su alta proporción también puede interpretarse como señal de inestabilidad en sectores con márgenes reducidos o con escaso acceso a financiamiento.

La DNIT enfrenta aquí un desafío institucional importante: reducir la permanencia prolongada de contribuyentes en suspensión temporal y facilitar mecanismos de reactivación, implicando tanto acciones de simplificación administrativa como programas de acompañamiento técnico y financiero, que permitan a los pequeños negocios retomar operaciones sin enfrentar costos excesivos.
Desde una perspectiva macroeconómica, la magnitud de las suspensiones puede asociarse a factores coyunturales, como la desaceleración del comercio minorista, los efectos de la inflación en los costos operativos o la competencia informal. En este contexto, la evolución de este segmento se convierte en un termómetro útil para anticipar el desempeño del mercado interno.
Bloqueados: una señal de incumplimiento que requiere atención
Aunque representan solo el 3% del total, los 31.182 contribuyentes bloqueados también merecen atención, ya que este grupo puede concentrar irregularidades, incumplimientos o inconsistencias en la presentación de declaraciones tributarias. La gran mayoría, más del 99%, pertenece al segmento pequeño, lo que sugiere que la falta de capacidad técnica o de recursos puede explicar parte de estos bloqueos.
Desde una óptica institucional, el control de estos registros no solo fortalece la transparencia del sistema sino que también permite mejorar la recaudación efectiva. La reducción de bloqueos mediante procesos de depuración y asistencia personalizada constituye una estrategia complementaria a la ampliación de la base activa, especialmente en un contexto en el que la sostenibilidad fiscal depende cada vez más de una administración tributaria eficiente.
Expansión del padrón y consolidación de la formalización
El aumento neto de 4.617 RUC en setiembre constituye una señal alentadora para la formalización económica. Este resultado no solo refleja la apertura de nuevas unidades productivas sino también el efecto positivo de las medidas implementadas por la DNIT para facilitar los procesos de registro, actualización y cumplimiento tributario.
La integración de sistemas digitales, el fortalecimiento de los canales de atención y la interoperabilidad con otras instituciones del Estado han reducido las barreras de entrada al sistema formal. Esto se traduce en mayor agilidad para la inscripción de contribuyentes y menor costo administrativo para las pequeñas empresas, lo que incentiva su permanencia dentro del marco legal.
Desde el punto de vista fiscal, el crecimiento del número de contribuyentes activos permite ampliar la base imponible y, en consecuencia, el potencial de recaudación. En un contexto donde el Estado busca equilibrar las cuentas públicas sin aumentar la presión tributaria, la expansión de la base formal es una vía fundamental para fortalecer los ingresos estructurales y mantener la sostenibilidad del gasto público.
La consolidación de un sistema tributario más amplio y digitalizado también contribuye a mejorar la previsibilidad de los ingresos fiscales, elemento clave para la planificación presupuestaria. Además, una base más diversificada de contribuyentes reduce la vulnerabilidad del fisco frente a choques externos, dado que distribuye el riesgo entre un número mayor de agentes económicos.
Sin embargo, la concentración de la recaudación en un pequeño grupo de grandes contribuyentes sigue siendo una característica estructural del sistema paraguayo. Por ello, la formalización de pequeñas empresas debe ir acompañada de políticas que favorezcan su crecimiento y transición hacia categorías de mayor escala. Solo así se podrá avanzar hacia una estructura fiscal más equilibrada y progresiva.
Expandir el riesgo
Base más diversificada de contribuyentes reduce la vulnerabilidad del fisco frente a choques externos al expandir el riesgo entre más agentes económicos.
