Esta semana la titular de la cartera de Obras Públicas y Comunicaciones, Claudia Centurión, reconoció un pasivo superior a los G. 500.000 millones con las constructoras, lo que generó alivio en el gremio, de acuerdo a lo expresado. En entrevista con la prensa, la titular del MOPC había explicado que el monto corresponde a certificados ya verificados y validados por la institución, por lo que solo resta la habilitación del plan de caja por parte del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para que se inicien los desembolsos.
El titular de Capaco sin embargo resaltó que ante los retrasos en los pagos y la reducción de las inversiones ya se perdieron 80.000 empleos. No obstante, José Luis Heisecke valoró que el Estado haya admitido finalmente la existencia de la deuda, aunque advirtió que los intereses siguen sin ser contemplados.
“Primero, qué bueno que hayan reconocido que exista una deuda. Eso ya es un paso importante. Pero no escuchamos a la ministra hablar de los intereses, que es un reclamo pendiente. Creo que ese es un tema aparte, pero fundamental para nosotros”, expresó esta semana el dirigente en conferencia de prensa durante la presentación de La Gran Noche Capaco 2025, que se realizará el próximo 21 de octubre, en el marco del aniversario de la institución y el Día de la Construcción.
Pérdida de empleos en el sector
Cuando se le consultó a Heisecke si el monto anunciado por la ministra condice con las cifras pendientes de pago que maneja el gremio, señaló: “Nos gustaría escuchar qué dice el ministro de Economía (Carlos Fernández Valdovinos), porque él asegura que no hay deuda hasta que el expediente no esté obligado. Entonces, más allá de los números, lo positivo es que hoy hay un reconocimiento oficial”, señaló.
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El titular de Capaco recordó igualmente que los atrasos en los pagos afectaron directamente al empleo en el rubro. De acuerdo con sus datos, el sector pasó de 300.000 a 224.000 trabajadores, lo que significó la pérdida de casi 80.000 puestos.
“Las constructoras no son solo máquinas o tecnología. Nuestro mayor activo es el obrero, y duele mucho tener que desprendernos de esa fuerza de trabajo”, expresó.
Finalmente, el dirigente gremial instó a que el debate sobre la deuda habilite un paso a una política más ambiciosa de inversión en infraestructura. “Paraguay necesita elevar la inversión anual a 2.000 o 3.000 millones de dólares para salir del rezago. Esa es la verdadera meta”, sentenció.
De 300.000 a 224.000
El sector de la construcción asegura que pasó de 300.000 a 224.000 trabajadores, lo que significó la pérdida de casi 80.000 puestos.