El seguro, un aliado del desarrollo económico

El seguro es una herramienta importante que acompaña el desarrollo económico. Al permitir la gestión y transferencia de riesgos, libera a emprendedores y empresas para que se centren en generar más productividad e innovación, en lugar de estar sujetos a la constante amenaza de siniestros imprevistos y a veces catastróficos. Es a su vez un facilitador de la inversión del capital productivo, ya que al mitigar los riesgos se convierte en un aliado clave para ese desarrollo. Esto es cuando un emprendedor arriesga su inversión, se enfrenta a múltiples incertidumbres: incendios, robos, desastres naturales, fallas técnicas, responsabilidad ante terceros, etc. El seguro absorbe gran parte de esa incertidumbre de riesgo protegiendo financieramente el patrimonio. Así, al saber que las pérdidas potenciales están cubiertas por el seguro, los inversores y emprendedores están más dispuestos a asumir los riesgos inherentes a las actividades productivas, lo que genera mayor inversión de capital y la creación de nuevas empresas.

Por otro lado, contribuye en la financiación de proyectos, ya que estos a menudo requieren financiación externa a través de bancos o inversores. Estas entidades financieras exigen garantías para mitigar su propio riesgo de crédito y el seguro contribuye aquí no solo con el resguardo de riesgos naturales, sino también actúa como garante del inversor a través de las pólizas de vida y cauciones, haciendo que los proyectos sean más bancables y accesibles al capital.

Por sus características, el seguro también es un estabilizador macroeconómico y social al participar y contribuir en eventos de gran escala como desastres naturales (ciclones, inundaciones, sequías, heladas), pandemias o crisis económicas, donde las aseguradoras actúan como un soporte financiero al indemnizar a cientos de afectados, inyectando capital crítico en la economía, apoyando su recuperación y evitando el colapso, por ejemplo, de sectores productivos, siendo protagonista aquí el seguro agrícola.

En términos de capital y movimiento financiero, el seguro no solo paga siniestros, sino que se convierte en actor financiero de escala superior, ya que las primas recaudadas por las aseguradoras representan un vasto fondo de capital que, debido a la exigencia y necesidad de provisionar y reservar las mismas para soportar desviaciones siniestrales, generalmente estos fondos se invierten en los mercados financieros. Así, las aseguradoras son grandes compradoras de bonos gubernamentales y corporativos. Esta capacidad de movilizar y canalizar capital hacia inversiones productivas es fundamental para el crecimiento económico y el desarrollo de los mercados de capitales de un país.

En términos sociales, el mercado asegurador es un generador de empleos directos, tanto para profesionales altamente calificados (operativos, suscriptores, gestores de riesgos, administrativos y técnicos) y para una extensa red de agentes y corredores de seguros que indirectamente impulsan la demanda de servicios relacionados, como peritajes, reparaciones, actuarios, servicios legales y atención médica, creando un efecto multiplicador en la economía y el desarrollo de competencias de habilidades técnicas y profesionales, elevando el nivel de capital humano para este sector de la sociedad.

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Y por último fomenta la cultura financiera y el ahorro, generando una cultura de prevención. Esto se da a través del mismo proceso de vender y concienciar sobre la importancia de estar protegidos ante riesgos inesperados, incluso en el campo del microseguro, como acceso al sector más vulnerable de la población, a productos de seguros, como gestión de riesgos, planificación a futuro y previsión financiera. Y aunque el seguro no es un producto de ahorro puro, al cubrir riesgos catastróficos, evita que los hogares tengan que destinar una parte significativa de sus escasos ingresos a un ahorro preventivo para emergencias impredecibles. Esto libera recursos que pueden destinarse a ahorros con fines más productivos, como la educación, la salud y el mejoramiento de la calidad de vida.

En conclusión, el seguro es una herramienta que acompaña el desarrollo económico, es una inversión estratégica en la estabilidad y el crecimiento. Su capacidad de gestionar la incertidumbre y mitigar el impacto de los eventos siniestrales, no solo protege patrimonios y vidas, sino que también libera capital, impulsa la inversión y genera empleo sustentable y de nivel técnico y profesional.

Inversión

El seguro es una herramienta que acompaña el desarrollo económico. Se trata de una inversión estratégica en la estabilidad y el crecimiento.

(*) Abogado

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