Pero antes de sonar las alarmas, es importante distinguir entre dos conceptos clave: liquidez bancaria (dinero disponible en los bancos) y liquidez sistémica (dinero en la economía en general). Que los bancos tengan menos guaraníes a mano no significa automáticamente que la economía esté en crisis de liquidez.
¿Qué muestran los datos?
La liquidez en guaraníes de la banca ha venido disminuyendo y hoy se encuentra en sus niveles más bajos de los últimos años. Esta evolución responde en gran medida al fuerte crecimiento del crédito en moneda local, especialmente en los últimos meses, con una tasa de expansión superior a la de la economía y a la de sus pares latinoamericanos (Gráfico N° 1).
El crecimiento del crédito refleja las buenas perspectivas de la economía paraguaya, pero la expansión superlativa del crédito en guaraníes obedece también a las expectativas cambiarias, las que inciden sobre las decisiones de inversión y financiamiento (como se analizó en el artículo anterior “Preferencias cruzadas: inversiones en dólares y financiamiento en guaraníes”).

Aun así, no hay señales de una crisis de liquidez sistémica: el dinero ha continuado circulando activamente en la economía y los datos lo demuestran (Cuadro Nº 1):
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-La cantidad de dinero (agregados monetarios) continúa creciendo a un buen ritmo, lo que demuestra que la economía no enfrenta restricciones de liquidez.
-El multiplicador bancario muestra un ligero aumento, reflejando un sistema financiero que expande el dinero con eficiencia.
-La velocidad del dinero se acelera levemente, señal de dinamismo económico.
-La banca muestra indicadores aceptables de morosidad, capital y rentabilidad, lo que significa que la fuerte expansión del crédito no ha resquebrajado la solvencia del sistema.
¿Qué está haciendo el Banco Central?
El BCP sigue el modelo de Metas de Inflación, donde busca mantener la inflación en torno al 3,5% al año, usando como principal herramienta la Tasa de Política Monetaria (TPM), hoy en 6,0%. A diferencia de esquemas anteriores, el BCP ya no controla directamente la cantidad de dinero.
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Ajusta la tasa de interés de forma estratégica y deja que el dinero se acomode endógenamente, evaluando varios factores entre los que resaltan:
- Las expectativas de inflación.
- El crecimiento económico.
- El crecimiento potencial (lo que puede crecer el país sin generar inflación excesiva).
Aunque el BCP no persigue directamente el crecimiento económico ni la generación de empleo, sí monitorea estos aspectos para evitar presiones inflacionarias.

Este año Paraguay crecerá más de lo esperado (4,4%), incluso por encima de su capacidad potencial (3,2% - 4,0%). Asimismo, el BCP ha elevado su proyección de inflación de 3,8% a 4,0%, alejándose más de la meta central (3,5%).
Este escenario de mayor crecimiento económico exige prudencia. Como advirtió Milton Friedman, la política monetaria no puede fijar directamente el nivel de empleo, sino evitar que el dinero distorsione la economía. Además, sus efectos son rezagados, por lo que actuar con prisa puede resultar contraproducente.
En los últimos 12 meses, el BCP ha venido inyectando dinero al sistema, para contrarrestar el impacto en la liquidez de sus intervenciones en el mercado de cambios como para atender necesidades puntuales de la banca. Esta inyección se refleja claramente en el aumento de la base monetaria y de los otros agregados (Cuadro No 1), utilizando instrumentos como:
-Renovación parcial de Letras de Regulación Monetaria: el stock se redujo en más del 50%.
-Facilidades permanentes de liquidez.
Ahora bien, es importante aclarar que la TPM incide principalmente en las tasas de interés de corto plazo, siendo menos efectiva para influir directamente en las tasas de mediano y largo plazo.
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Estas últimas se ven afectadas por otros factores estructurales, como las expectativas de inflación y tipo de cambio, el desarrollo del mercado de capitales y en general de las condiciones globales de financiamiento. Por ello, la evidencia empírica mundial demuestra que intentar operar la política monetaria como si tuviera efecto pleno sobre toda la curva de tasas puede generar distorsiones e incluso frustraciones.
Liquidez, portafolios y decisiones cruzadas
Este entorno de liquidez también redefine la estrategia de portafolios tanto para bancos como para sus clientes. Frente a las preferencias cruzadas de inversionistas y empresas, los bancos decidieron atender esa mayor demanda, aún en detrimento de sus saldos líquidos en guaraníes, confiando en los mecanismos que ofrece el BCP para gestionar liquidez temporal.
Además, las tasas de interés reflejan estas señales: si la demanda por préstamos en guaraníes aumenta y la oferta es limitada, las tasas suben. El ajuste observado indica un proceso de normalización, lo cual debería impulsar una recomposición gradual de los balances bancarios. Las entidades están revisando sus posiciones de liquidez, adecuando el fondeo y alineando sus carteras con la nueva dinámica de tasas, tipo de cambio y expectativas de crecimiento, sin perder de vista el equilibrio de largo plazo.

¿Y qué pasa con los pedidos de inyección de liquidez?
Algunos actores del mercado proponen que el BCP intervenga a través de:
-Ventanilla de liquidez.
-Reducción del encaje legal.
-Compra de dólares para inyectar guaraníes.
Aunque estas medidas pueden parecer efectivas en el corto plazo, también conllevan riesgos importantes:
-La ventanilla es excepcional, no estructural. Usarla regularmente podría debilitar el marco institucional.
-Reducir el encaje libera fondos, pero en este contexto de crecimiento por encima del potencial e inflación alejándose de su meta central podría agravar los desequilibrios.
-Comprar dólares puede distorsionar el tipo de cambio y afectar la credibilidad del BCP como ancla de expectativas inflacionarias. Es importante aclarar que el BCP interviene en el mercado cambiario solo para contener volatilidades excesivas, no para alterar las tendencias marcadas por los fundamentos.
Si el BCP optara por incrementar la liquidez en respuesta a las demandas de cierto sector del mercado, la coherencia de su marco de política monetaria exigiría también una reducción de la TPM.
Esta decisión no estaría exenta de consecuencias: implicaría reabrir el ciclo de compresión del diferencial de tasas entre Paraguay y Estados Unidos (BCP vs FED), una dinámica similar a la que contribuyó al actual episodio de iliquidez en el sistema bancario. En este contexto, aliviar hoy significaría volver a presionar mañana, con el riesgo de convertir la coyuntura en una situación permanente y en desmedro de la credibilidad del BCP. En política monetaria, lo urgente no debe desplazar lo importante: la estabilidad de precios y la confianza institucional.
Conclusión: ¿crisis o transición?
Más que una crisis, estamos ante una prueba de madurez para el sistema financiero paraguayo. El BCP debe resguardar su credibilidad y evitar respuestas apresuradas. Los bancos, por su parte, deben adaptarse con inteligencia a la nueva normalidad de tasas, fondeos, expectativas y demandas.
Coordinar acciones, leer correctamente las señales del mercado y respetar los fundamentos económicos será clave para todos los agentes económicos. Porque más que una crisis de liquidez, este momento representa una oportunidad para reforzar la confianza y la coherencia macroeconómica.
BM
La Base Monetaria (BM) mencionada en el análisis se refiere a los billetes y monedas en circulación así como a las reservas de los bancos y financieras en el Banco Central del Paraguay (BCP).
M1, 2 y 3
M1 son billetes y monedas en circulación más depósitos a la vista en la banca. M2 es M1 más depósitos a plazo en Gs. M3 equivale a M2 más todos los demás instrumentos, incluyendo depósitos en US$.
Ingeniero Economista Robert Soto, asesor de finanzas y estrategia.