Las energías renovables son básicamente las que provienen de fuentes naturales, que no pueden agotarse y se autorreponen. Principalmente son la energía solar, eólica, hidroeléctrica, y geotermal. Energía limpia o verde se refieren a fuentes de energía y tecnología que tienen un mínimo impacto al ambiente, y por ello se las considera como ambientalmente amigables, promueven la sostenibilidad, reducen la huella de carbono y contribuyen en la lucha contra el cambio climático.
Por otra parte, las energías de fuentes no renovables pueden ser naturales pero son finitas y limitadas en su cantidad. Necesitan muchos años para su formación, se extraen de la tierra o necesitan un proceso de combustión para generar energía derivada de ellas, y en ese proceso emiten CO2. Ejemplos son los combustibles fósiles, carbono, gas, petróleo.
La eficiencia energética se refiere a la utilización de energía para un fin, sin que en ese proceso se desperdicie energía, es decir, ahorrando energía. Ejemplos son las construcciones con doblevidrios que previenen que el frío o el calor escapen; otro ejemplo es la optimización del uso de agua para generar más energía, como ocurre en Itaipú en temporadas de baja afluencia.
La transición energética es la trayectoria escogida por cada país, la cual comprende la utilización de energías renovables para evitar daños al ambiente e incluye diferentes políticas públicas, leyes, y reglamentaciones que permitan y fomenten la utilización de energías renovables.
Un tratado multilateral importante con relación al tema es el Acuerdo de París, el cual expresa como objetivo “Mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5º C con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático” (art 2.1.a); pero así también “considerando las responsabilidades comunes pero diferenciadas, y las capacidades respectivas, a la luz de las diferentes circunstancias nacionales” (art. 2.2).
Los Estados nunca pierden la potestad en la elección de sus políticas públicas, no hay una imposición y, de hecho, la conducta de los Estados partes debe ser concordante con otros acuerdos ambientales internacionales, como aquellos que evitan la contaminación del aire o prohíben la utilización de sustancias que dañen el ozono, para citar algunos ejemplos.

Las fuentes de energía renovable son muy importantes para ello: tomando como ejemplo un año de baja generación de energía proveniente de Itaipú, como el año 2021, año en el que se generaron 66,3 millones de MWh, y si se compara este mismo monto de energía proveniente de una fuente no renovable, por ej., de una planta de gas, lo que se evita es la liberación de aproximadamente 27 millones de toneladas de CO2 equivalente al ambiente.
No obstante, la situación actual de las energías renovables es desafiante. De acuerdo al informe “Transición energética global” (IRENA, 2024), en la utilización de energías de fuentes renovables a nivel mundial, el objetivo es llegar a 11.17 TW, pero tomando en cuenta el año 2022 como base se tiene 3.38 TW o fin del año 2024 en que se llegó a 4.45 TW, y en eficiencia energética, el objetivo de la tasa de mejora de intensidad energética es 3,3%. mientras que actualmente está con 1,7%. Es decir, para llegar a cumplir ese desafío del Acuerdo de París, a nivel global, se necesitan: 1) Triplicar el uso de energías de fuentes renovables, y 2) Duplicar la eficiencia energética.
Sin embargo, como hecho positivo para las energías renovables, existe un incremento en la utilización de renovables a nivel global en la última década (gráfico - fuente: IRENA 2024).
Otros desafíos generales para todas las fuentes de energía son: el transporte desde las fuentes, y la pérdida de energía durante ese transporte, así como la necesidad de construir las adecuadas infraestructuras. Un desafío comúnmente mencionado sobre las fuentes de energías renovables es que presentan complejidades para una provisión estable de energía. La energía solar y eólica solo las tenemos cuando hay sol o viento, por eso son intermitentes.
Las baterías serían una solución, pero para grandes cantidades de energía todavía siguen siendo un desafío tecnológico. Es por ello que las hidroeléctricas adquieren gran importancia porque sus embalses actúan como baterías de almacenamiento, y esa estabilidad proporcionada por las hidroeléctricas es lo que puede complementar a las energías intermitentes como la solar y la eólica.
Además, para considerar el panorama de renovables a nivel mundial y en especial en Latinoamérica, debe considerarse la capacidad de energías renovables por región, agregadas en el 2024. En Asia lidera con un incremento de capacidad del 72% en el 2024. El principal país en esa región que contribuyó a este incremento es China, que adicionó 373 GW de energías renovables. Sigue Europa, que en 2024 expandió su capacidad con 70.1 GW (+9.0%) siendo Alemania el país que más contribuyó con este aumento, adicionó más de 18,8 GW.
Luego sigue Norteamérica, con 45,9 GW (+8.7%) notándose que el incremento fue debido a instalaciones netamente en los Estados Unidos. Es interesante, porque Estados Unidos salió del Acuerdo de París, pero en los hechos demuestra su alto grado de inversión en fuentes renovables de energía, posicionándose con estos datos en tercer lugar a nivel mundial.
Sudamérica también ha incrementado su capacidad con 22,4 GW (+7.8%). África tuvo un incremento de 4,2 GW (+6,7%) liderado por Egipto, Etiopía y Sudáfrica. La capacidad instalada de Oceanía se incrementó con 8.7 GW (+13.3%), principalmente debido a Australia; y el Medio Oriente tuvo un incremento de 3,3 GW en 2024 (+9.0%) siendo Arabia Saudita responsable de más de la mitad de este aumento (IRENA, 2025).
Latinoamérica presenta aspectos positivos sobre la utilización de energías renovables teniendo en consideración lo siguiente: 1) Varios países de la región han elevado su ambición de utilizar más energías renovables. Paraguay, gracias a la ANDE, desde el año 2021, cuenta con un sistema interconectado nacional eléctrico que proviene de fuentes 100% renovables, y le sigue Uruguay con 98% de fuentes renovables.
Muchos países latinoamericanos integran los escenarios energéticos con sus NDCs (requisito del Acuerdo de París), e incluyen factores sociales y ambientales. Hay más diálogos entre sectores y mayor comprensión entre el sector energético y los demás sectores, con procesos participativos y de consenso. Por ejemplo, en Paraguay, por ley se crea la Comisión Nacional de Cambio Climático (CNCC), la cual también es integrada por instituciones del sector energético. A través de diálogos interinstitucionales se logran acordar objetivos relevantes para la transición energética y las NDCs. Situación similar ocurre en Argentina, donde por decreto se crea el Gabinete Nacional de Cambio Climático, el cual también lo integra el titular del Ministerio de Energía.
Dentro de los escenarios a largo plazo, los países de la región incluyen mayor uso de energías renovables y eficiencia energética. Por ejemplo, Brasil lidera con el rubro de bioenergía; Chile expresó su objetivo de ser carbono neutral para 2050, con programas de secuestro de carbono en bosques, industrias sustentables, hidrógeno verde, proyectos de energía solar concentrada, energía térmica, hidroeléctricas. Igualmente, la República Dominicana ha determinado ser carbono neutral en 2050 y, a pesar de ser parte de una pequeña isla, siempre afectada por huracanes, con dicho objetivo, su plan es contar con más eólicas y plantas solares distribuidas geográficamente y no concentradas en un solo sistema para minimizar los cortes y apagones durante los temporales, y para ello su gobierno ofrece un esquema de incentivos para atraer proyectos de energía renovables.
En conclusión, el sector eléctrico sigue siendo el mayor contribuyente para energías renovables, debe construir sobre su fuerte base en hidroeléctricas, pero ya que los eventos climáticos extremos como las sequías se tornan más comunes, también se debe buscar una matriz integrada con diferentes fuentes de energías renovables que se equilibren entre ellas.
Lo importante para todos los países y sus ciudadanos en una transición energética es obtener: i) seguridad energética, ii) equidad energética, es decir, energía accesible a todos los ciudadanos y asequible a costo justo para todos, iii) sostenibilidad ambiental, que permita la satisfacción de nuestras demandas pero sin comprometer a que nuestras futuras generaciones puedan satisfacer las suyas y sigan beneficiándose de los recursos naturales.
11 TW
En la utilización de energías de fuentes renovables a nivel mundial, el objetivo es llegar a 11.17 TW (TW = 1000 GW; 1 GW = 1000 MW.
Uso
La eficiencia energética se refiere a la utilización de energía para un fin, sin que en ese proceso se desperdicie energía, ahorrando energía.
(*) Exconsejera paraguaya en la Entidad Binacional Itaipú. De una ponencia que hizo en la Universidad de Chicago, Estados Unidos, en abril último.