El giro proteccionista de EE.UU. y el futuro económico del Paraguay

Las reglas económicas del comercio internacional están cambiando y esto tendrá un sutil pero profundo impacto en la economía paraguaya. Para adaptarse a este nuevo escenario, el Paraguay debe responder con una estrategia inteligente y audaz. Aunque el presente y anteriores gobiernos han encarado muchas de las medidas propuestas a continuación, darle un enfoque comprensivo y un sentido de mayor urgencia a una estrategia sustentada en un amplio consenso nacional generará grandes beneficios al país.

El proteccionismo hace aún más importante la competitividad. Nuestro país debe redoblar esfuerzos en mejorar su infraestructura: física, digital e institucional.
El proteccionismo hace aún más importante la competitividad. Nuestro país debe redoblar esfuerzos en mejorar su infraestructura: física, digital e institucional.GENTILEZA

El nuevo proteccionismo

El impresionante retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha reactivado el nacionalismo económico, amenazando décadas de multilateralismo y liberalización comercial. El aumento unilateral de los aranceles a las importaciones desde su país y la abierta aversión del Gobierno de ese país por las instituciones económicas globales, han alterado las cadenas de suministro y ocasionado un cambio sistémico hacia el proteccionismo y un nuevo orden económico internacional. Las economías más pequeñas y abiertas al comercio internacional como la del Paraguay enfrentan transformaciones profundamente trascendentes. El nuevo orden económico mundial que está surgiendo es más fragmentado, volátil y proteccionista, y el Paraguay debe responder con una estrategia astuta e inteligente para proteger y hasta acelerar el desarrollo económico sostenido.

Las implicancias para el Paraguay

La doctrina comercial de la administración estadounidense se basa en el bilateralismo, el comercio administrado y la presión económica. Si bien este enfoque puede beneficiar a ciertas industrias del país norteamericano, los efectos secundarios son desestabilizadores, especialmente para economías dependientes del comercio exterior.

Para el Paraguay, el retroceso global del libre comercio basado en reglas multilaterales amenaza su modelo de desarrollo. Este modelo ha apostado desde el término de la construcción de Itaipú a principios de los años ochenta en mercados abiertos, integración global y regional, y la promoción de ventajas comparativas como la estabilidad macroeconómica, energía hidroeléctrica, bajo costo de producción y de impuestos, población joven, y potencial agroindustrial.

El proteccionismo y el énfasis en “Estados Unidos primero” — así como la reacción de las otras grandes potencias económicas— han disminuido el atractivo de las cadenas globales de valor. En la medida que las grandes economías traigan de vuelta las fábricas y la producción a sus países, Paraguay corre el riesgo de quedar fuera de las inversiones industriales. Los incentivos para participar en cadenas transfronterizas se están reduciendo, lo que amenaza la creación de empleo, la transferencia tecnológica, y el desarrollo industrial.

Las consecuencias financieras del proteccionismo —particularmente en forma de movimientos internacionales de capitales y muy probablemente una inflación más elevada en los Estados Unidos— han generado más volatilidad en los tipos de cambio. Un sistema comercial fragmentado debilita la previsibilidad de las monedas, dificultando la planificación macroeconómica. Al mismo tiempo, las tasas de interés que permanecerán posiblemente más altas en EE.UU., en parte debido a presiones inflacionarias provenientes de los mayores aranceles y las disrupciones de oferta, encarecerán el financiamiento externo para Paraguay.

La visión transaccional de la diplomacia norteamericana ha hecho menos estables a las alianzas tradicionales. Paraguay, históricamente alineado con EE.UU., opera ahora en un entorno más multipolar, donde China, India, Brasil, Europa y otros países compiten por influencia a través del comercio, la inversión y la diplomacia. Esto representa tanto una oportunidad como un riesgo la de diversificar vínculos, pero también la presión de tomar partido en una nueva guerra fría.

Hacia una respuesta estratégica

Paraguay debe asumir que este nuevo entorno internacional no es un fenómeno temporal, sino un cambio de fondo. Aun si la situación es fluida y no todas las reglas del nuevo orden económico están firmes, la adaptación del Paraguay exige una estrategia en varios niveles:

Política macroeconómica

La disciplina fiscal y la estabilidad monetaria deben seguir siendo pilares. El manejo técnico del Banco Central del Paraguay mediante el esquema de metas de inflación y flexibilidad en el tipo de cambio y tasa de interés debe mantenerse. La supervisión del sector financiero debe continuar fortaleciéndose, asegurando que las instituciones financieras tengan el suficiente capital propio para internalizar los nuevos riesgos emergentes de un escenario internacional mas incierto.

Por su parte, el Ministerio de Economía ha hecho avances notables en la recuperación del control fiscal luego del desborde ocasionado por la pandemia, y la ejecución sostenida del plan de convergencia fiscal y las mejoras en la recaudación tributaria traerán beneficios al país.

Infraestructura física, digital e institucional

El proteccionismo hace aún más importante la competitividad. Paraguay debe redoblar esfuerzos en mejorar su infraestructura en tres dimensiones: física, digital e institucional.

Mejorar la infraestructura física –especialmente corredores fluviales y terrestres– reducirá los costos de exportación y facilitará la integración con polos regionales como el sur brasileño, el norte argentino, Chile y otros. Asegurar la disponibilidad de energía eléctrica en el futuro será imprescindible para apoyar el desarrollo del país, algo que es incierto debido al incremento acelerado de la demanda, la insuficiente inversión en el sector, y las elevadas pérdidas de energía.

La inversión en infraestructura digital también será clave, dada la creciente relevancia del comercio de servicios y de la economía de la información. Adicionalmente, una estrategia de digitalización nacional bien planificada (incluyendo en seguridad cibernética) puede redituar enormes mejoras en la productividad de la economía.

Finalmente, hay grandes oportunidades para mejorar la infraestructura institucional; es decir, las normas, prácticas y organizaciones que utiliza el país para regular la actividad económica y los factores de producción (mano de obra, capital, tierra, emprendurismo). En este tema se deberían estudiar las lecciones de la política macroeconómica que derivaron en la clasificación de grado de inversión para el Paraguay, y analizar la aplicación del mismo paradigma a las políticas sectoriales tales como manejo de tierra, educación y salud pública, seguridad ciudadana y la administración de la justicia. El grado de inversión tomó mucho tiempo (se podría decir que el proceso se inició en 1956 y culminó en 2025) pero llegó, gracias a una estrategia ejecutada por varios gobiernos que incluía la profesionalización y transparencia de las decisiones de políticas fiscales y financieras, la formación intensa y sostenida de capital humano, el establecimiento de metas numéricas y la rendición de cuentas a la ciudadanía y la prensa, y todo esto impulsado por un claro consenso nacional en torno a la estabilidad económica.

Capital humano

En un mundo con cadenas de suministro más cortas y regionalizadas, la calidad de la fuerza laboral es decisiva. Paraguay debe reformar su sistema de educación, incluyendo la técnica y profesional, alineándolo con sectores estratégicos como el agroindustrial, tecnología de la información y logística. Los centros educativos deben fortalecerse, y vincularse más estrechamente con las empresas y el sector público. Las escuelas y los colegios deben enfocarse sobre todo en enseñar a los niños y niñas a aprender, ya que tendrán que seguir estudiando y aprendiendo durante toda la vida profesional en virtud de los cambios tecnológicos que estamos viviendo.

Relaciones económicas internacionales

Paraguay debe diversificar sus socios comerciales y de inversión. Esto implica como primer paso fortalecer lazos con nuevos socios en Asia más allá de China –especialmente India y el Sudeste Asiático– y mantenerse activo en las negociaciones dentro del Mercosur, tanto para buscar nuevos mercados como para impulsar con más fuerza la integración regional de la infraestructura y la facilitación del comercio intraregional. La aprobación parlamentaria del reciente acuerdo Mercosur-Unión Europea puede dar un impulso positivo a este proceso.

Finalmente, se deberían revisar las políticas para fomentar la inversión nacional y extranjera. A pesar de las fortalezas y ventajas comparativas del país citadas más arriba, en el Paraguay no se han visto numerosos proyectos de inversión de envergadura, particularmente en comparación a otras economías como Uruguay y Costa Rica. Siguiendo el ejemplo de otros países, una conferencia con participantes nacionales y extranjeros selectos sobre cómo mejorar el clima de inversión podría desembocar en un plan de acción actualizado para incrementar las inversiones que en última instancia determinan el ritmo de crecimiento del país.

El Paraguay en el mundo posglobalización

El giro ocurrido en la economía global es más que un cambio político, están cambiando las reglas del juego económico.

Para Paraguay, este es el momento de analizar su lugar en la economía mundial y actuar con audacia. Navegar en aguas turbulentas en presencia de una densa neblina, producto de la incertidumbre, exige políticas e inversiones estratégicas, mayor integración regional y una apuesta decidida por la resiliencia y la diversificación. Si Paraguay aprovecha esta coyuntura, puede salir no solo ileso, sino fortalecido y más próspero en un mundo cada vez más fragmentado.

Redoblar

El proteccionismo hace aún más importante la competitividad. Nuestro país debe redoblar esfuerzos en mejorar su infraestructura: física, digital e institucional.

Entorno

Paraguay debe asumir que este nuevo entorno externo no es un fenómeno temporal, sino un cambio de fondo. La adaptación exige estrategias.

(*) Economista

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