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La compañía se llama Faluci SA, representada por Carmen Sosa Said. El contrato respectivo fue rubricado el 8 de agosto último. Debido a denuncias contra la operación ante Contrataciones Públicas (DNCP), esta comenzó una pesquisa el 20 de ese mismo mes, según la Res. Nº 2283 firmada por el jefe del organismo, Agustín Encina.
Se sospecha que hubo direccionamiento en la contratación, tal como al parecer sucedió anteriormente con otro polémico proceso, en el caso Lafarja.
En el nuevo escándalo se indaga posible falsificación de documentos, así como sobre la experiencia que acreditó la firma para ganar la licitación, el cumplimiento con el IPS –donde tenía registrado a un solo funcionario–, y hasta presuntos incumplimientos de su obligación tributaria.
Tres funcionarios de confianza del jefe de Petropar, Eddie Jara, se encargaron de “evaluar” las ofertas de la licitación para adjudicar el servicio de limpieza. Estos empleados recomendaron otorgar el contrato a la “empresa” Faluci SA por G. 4.220 millones, a pesar de que sería “de maletín”, ya que su dirección corresponde a un humilde local donde no existen referencias de la firma.
Los hechos denunciados ante la DNCP indican que Faluci SA presentó para acreditar su experiencia un contrato de limpieza con el Yacht y Golf Club Paraguayo, por G. 4.000 millones. Pero para la DNCP “parece que Faluci SA ha sido cuidadosamente armada para ganar esta licitación; sin embargo, aun con la complicidad abierta de la convocante y el ocultamiento de su documentación, la poca información disponible en las plataformas de gobierno muestra que no cumple con ninguno de los requisitos del pliego de bases y condiciones (...)”, refiere.