¿Hacia dónde se dirige la transición energética en el Mercosur?

En lo que todos los países coincidimos es sobre la importancia de tener seguridad energética o pensamos en el trilema energético (seguridad, equidad y sostenibilidad), y con ello obtener beneficios para las poblaciones, sociales, ambientales y económicos. Entonces, para dicho fin buscamos la mejor manera en que una integración regional ayude a alcanzar ese objetivo.

Vertedero de la represa hidroeléctrica binacional Itaipú, la casa de máquinas y embalse del complejo (foto de archivo).
Vertedero de la represa hidroeléctrica binacional Itaipú, la casa de máquinas y embalse del complejo (foto de archivo).gentileza

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Los países del Mercosur tienen una gran riqueza en recursos naturales. Entonces, si pensamos en una transición energética hacia mayores fuentes renovables, esta región ya ha dado pasos importantísimos. Paraguay, hoy en día cuenta con un Sistema Interconectado Nacional eléctrico que es de fuente 100% renovable, uno de los poquísimos países en el mundo, le sigue Uruguay.

Además, el Paraguay cuenta con excedentes energéticos, gracias a sus represas binacionales como Itaipú (el gran emprendimiento hidroeléctrico entre el Paraguay y Brasil). Con tan sólo esta producción hidroeléctrica, que es de fuente limpia y renovable, la parte que corresponde al Paraguay sigue siendo superior a toda la demanda nacional. Estos excedentes son utilizados por los países vecinos, por el Brasil para el caso de Itaipú.

Definitivamente, en ese camino hacia la transición energética del Mercosur, los países se pueden beneficiar, por ejemplo, con las interconexiones eléctricas de los países, analizando cómo se puede potenciar las estructuras existentes para mayores intercambios o qué se necesita más para posibilitar, por ejemplo, tránsito de la energía comercializada entre dos países a través de un tercero o, armonizando normas de los marcos legales e institucionales de los países, que ayuden a superar obstáculos para lograr todo esto.

Mucho de esto ya está en las iniciativas del SIESUR, por ejemplo. pero para una transición energética, también debemos cambiar nuestra mirada, hacerla más holística. Es decir, trabajar en diseños de mercados, modelos de negocios favorables al consumidor e implementación de mayor innovación.

Alinear el desarrollo de la infraestructura con las inversiones en generación de energías renovables. En Paraguay, la ANDE, por ejemplo, en los últimos años está realizando una gran inversión en líneas de transmisión, eso es un paso fundamental para utilizar toda la energía renovable con la que cuenta el Paraguay, y esto viene de un reconocimiento sobre la importancia de una transición energética para la utilización de mayor energía de fuente renovable para el propio desarrollo.

Tampoco debemos olvidar las estrategias del lado de la demanda, buscar la optimización y flexibilidad para acomodar periodos pico, hacer que las regulaciones puedan adaptarse a los nuevos modelos de negocios e innovaciones y, pensando en los consumidores, una compensación justa por los servicios. Al final, una transición energética será más fluida cuando sean los propios consumidores los que la propicien. Así que aún queda mucho por hacer, pero creo que los países del Mercosur van por el camino que se necesita para una transición energética.

Megaproyectos de energías renovables

Itaipú resultó del acuerdo para el aprovechamiento de un río internacional compartido entre Paraguay y Brasil para producción hidroeléctrica. Hoy es una de las represas de mayor producción energética en el mundo y sabemos que la producción hidroeléctrica en sí tiene muchas ventajas, la enorme generación en nuestra región, es una fuente estable y renovable; pero también puede complementar a otras fuentes intermitentes como la solar y la eólica.

Sin duda, no debemos limitarnos, tenemos mucho potencial para lograr cosas, con un manejo óptimo y eficiente de nuestros recursos. Actualmente, con los impactos ambientales adversos, hemos pasado también por crisis hidrológicas extremas, en los años 2020 y 2021 pasamos por la peor crisis hidrológica registrada en la región.

Me tocó estar como miembro del Consejo de Administración de Itaipú en esos años, enfrentando varios desafíos y aunque con represas binacionales como Itaipú, su función principal es la generación de energía hidroeléctrica, nada impide que se pueda aumentar la capacidad instalada con generación solar, que sería una manera de ayudar a superar la producción energética cuando existan bajas afluencias.

Y esta fue justamente una de las propuestas que hicimos en Plenaria del Consejo, para así evitar o por lo menos mitigar las situaciones adversas. Hoy ya se ven resultados positivos en ese sentido, pues, este año Itaipú lanzó una licitación para una planta solar de 1000 kW en el embalse. Con esto ya vemos un ejemplo concreto de generación solar en un emprendimiento binacional.

Ahora bien, normalmente un emprendimiento binacional, o con más países, surge cuando se trata de un aprovechamiento de un recurso natural compartido. En los casos de ríos internacionales, estos pertenecen soberanamente a los países ribereños, por lo que un aprovechamiento entre dos o más países resulta hasta lógico. En los casos de generación eólica y solar se necesita un espacio, ya sea de territorio terrestre o marino, en cuyos casos están sujetos a las soberanías de los países, pero nada impide que exista una cooperación internacional para estos proyectos.

Los aprovechamientos compartidos entre dos o más países tienen la ventaja de permitir emprendimientos de mayor magnitud, nivelando o distribuyendo la carga de costos asociados, aprovechando recursos naturales compartidos y brindando beneficios a las poblaciones de más de un país. Así como vemos que Itaipú, ya con estos nuevos pasos hacia la generación solar, lo hace en forma binacional, tenemos otra binacional con la Argentina, Yacyretá, en la que también ya existen paneles solares en el tramo de dique de presa y se podrían crear grupos de trabajo para considerar como aumentar más la capacidad instalada con energía solar.

Fluida

Una transición energética será más fluida cuando sean los propios consumidores los que propicien esa transición. Queda mucho por hacer.

(*) Exconsejera de Itaipu y copresidenta para América Latina del World Energy Council (WEC)

(**) Parte de la ponencia en el Seminario Internacional sobre “El Futuro de la Transición Energética en el MERCOSUR”, llevado a cabo el 29 de agosto de 2024.

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