Claves de una estrategia que ponga a Paraguay en el centro

Estamos a solo días de cumplirse los 50 años de entrada en vigor del Tratado de Itaipú y, asimismo, a días de asumir la nueva administración que tendrá en sus manos el desafío de la revisión del Anexo C. Pese a que el reloj avanza, poco aún se conoce qué buscará el nuevo gobierno ante este reto.

Tubo de aducción que canaliza el agua desde el embalse del complejo hasta la turbina Nº 18, de 60 Hz.
Tubo de aducción que canaliza el agua desde el embalse del complejo hasta la turbina Nº 18, de 60 Hz.GENTILEZA

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En este artículo, que publicaremos en dos entregas, abordaremos las claves para una estrategia que ponga al Paraguay en el centro, ante esta oportunidad histórica.

El objetivo es compartir evidencia científica y análisis de escenarios, de manera a poner en mano de la ciudadanía información concreta, para aportar a una opinión formada y una acción ciudadana consciente, ante un gobierno que proyecta la continuidad del proyecto anterior de subordinar el interés nacional a los intereses particulares y extranjeros.

13 de agosto de 2023: 50 años

Persisten aún mitos y medias verdades con relación a qué sucede el 13 de agosto de 2023. En esa fecha se cumplen los 50 años de la entrada en vigor del Tratado. El Tratado se encuentra compuesto por el cuerpo central del mismo, el Anexo A (Estatuto), el Anexo B (las obras) y el Anexo C (bases financieras y de prestación de servicios de electricidad).

El Tratado no vence, ni lo hace el Anexo C, como en varias ocasiones seguimos escuchando. El mismo tiene una vigencia ilimitada, hasta que -según lo establece el Art. XXV del mismo - las Altas Partes decidan modificarlo.

El Anexo C, que establece las bases de prestación del servicio de electricidad, es el único que contempla una fecha específica para su revisión, por fuera de la voluntad de las Altas Partes. Esta fecha, establecida en el numeral VI del Anexo, se da cuando el Tratado cumple 50 años de entrada en vigor, si la deuda de la entidad se encuentra amortizada.

El 13 de agosto se cumplen ambas condiciones. Con ello, se establece la obligación de revisar el Anexo C, que es la dimensión jurídica de esta fecha.

Empero, es importante comprender que en ninguna parte el Tratado establece la obligación de modificar o siquiera de acordar algo entre ambas Altas Partes, sino solamente de revisar, siendo, en consecuencia, limitada la potestad jurídica de emplazar algún cambio.

Más allá de lo jurídico: la oportunidad económica y política

La dimensión económica y política de este evento muestra la magnitud de la ventana de oportunidad que se abre. Económicamente, con la deuda de la entidad ya saldada -vale siempre recordar, una deuda corrupta y sobrepagada que se debe revisar- el costo de producción de la energía baja de manera importante.

Esto se da en el marco de una crisis económica y energética mundial y regional, donde la energía, y más aún, la energía limpia y renovable, se vuelve un activo cada vez más estratégico. A su vez, es un momento de retomada de los debates en torno a la integración regional, como una vía para el desarrollo.

La oportunidad económica de contar con una energía limpia, barata y renovable, y una entidad completamente amortizada, es la base de la ventana que se abre. Con ello se presenta la dimensión política, donde la temática se encuentra instalada en la agenda nacional en el país, principalmente mediática y ciudadana, y los ojos de la comunidad internacional están atentos.

En consecuencia, la pregunta central que se formula es qué podemos plantear como país ante esta oportunidad, y qué podemos ganar.

Estrategia nacional

Iniciamos el nuevo gobierno sin una estrategia nacional en Itaipú que ponga a Paraguay en el centro. El desafío es amplio, y la estrategia requiere de consensos internos y externos, sobre la base de los puntos centrales a tratar.

Dentro de la estrategia existen diversos caminos posibles para llegar a buen puerto. Es posible revisar el Anexo C y realizarle ajustes, es posible renegociar todo el Tratado, así como el Anexo A y el Anexo B, es posible no modificar el Tratado y realizar acuerdos internos dentro del Consejo de Administración, entre otros.

La estrategia, a su vez, debe contemplar dos dimensiones de abordaje: la externa, en la relación bilateral con Brasil y multilateral, con los demás países y organismos internacionales; y la interna, con relación al consenso nacional necesario de llevar a cabo para un camino exitoso.

Sobre las vías para lograr los resultados nos explayaremos más adelante, de manera a concentrarnos en el contenido de la estrategia en sí, lo clave a plantear. Esta nueva fase de Itaipú abre la oportunidad de contar con más energía, más fondos y más soberanía para el desarrollo.

Energía

Los datos del uso de la energía en Itaipú son de los más contundentes. De los 2.900 millones MWh generados desde 1984 a la fecha, solamente 8% han sido aprovechados por el Paraguay. El resto de lo correspondiente a la energía paraguaya de Itaipú ha sido cedido al Brasil, a precios alejados del justo precio de mercado.

Para Brasil, el control de la energía paraguaya de Itaipú ha sido siempre un tema de seguridad nacional. Paraguay ha cedido su energía, habiéndose concentrado en los fondos principalmente en estos años, sin un plan de despegue a partir del uso de la hidroelectricidad.

Es necesario pensar y proyectar la energía paraguaya de Itaipú desde una visión estratégica de desarrollo. Tres desafíos se abren en este punto.

El primero es potenciar el uso local de la energía paraguaya de Itaipú en las áreas estratégica de producción nacional. Los avances del uso intensivo de electricidad con empresas extranjeras electrointensivas deben ser analizados a la luz de su aporte al desarrollo nacional. A su vez, es menester impulsar políticas de uso local de la energía para generar valor agregado.

Un segundo desafío es la comercialización del excedente energético a precio de mercado, lo que representaría una importante ampliación de los ingresos para inversión. Con la infraestructura eléctrica ya existente, así como con el nodo de interconexión en Itaipú, hoy es posible, y requiere solamente voluntad política para aprovechar esta posibilidad.

Por último, es necesario proyectar la ampliación de las fuentes energéticas, frente al fin del excedente al que llegaremos en los próximos años acorde a las proyecciones oficiales, lo que puede incluso acelerarse a partir de la crisis hídrica.

Fondos

Desde el inicio de la producción de energía en 1984, Itaipú ha generado más de 100.000 millones de dólares de ingresos, de los cuales, solamente alrededor de 14% ingresaron al Paraguay.

El impacto de estos fondos, en los casos bien utilizados, ha sido de gran relevancia, por lo que es posible proyectar el impacto exponencialmente multiplicado con la ampliación del ingreso nacional.

Los ingresos al país se dan a través de los royalties, la compensación por cesión de energía, los fondos sociales provenientes de los gastos de explotación y los ingresos a la ANDE.

Una nueva ingeniería interna en la entidad, que contemple tanto el aumento de los royalties como la optimización de los gastos de explotación, permitirá aumentar los fondos que ingresan al país, para destinarlos a las áreas estratégicas.

El ingreso de estos fondos al Presupuesto General de Gastos de la Nación permitirá un manejo transparente de los mismos, para su optimización y mejor aprovechamiento en pos del desarrollo nacional.

Soberanía

El punto que permite garantizar que la energía y los fondos se destinen al desarrollo nacional, es la soberanía en el manejo de la entidad.

La estructura de gobernanza de Itaipú, establecida en el Tratado y su Anexo A, se sostiene sobre la base de la binacionalidad, y la creación de la entidad compuesta por las dos Altas Partes, pero sin estar vinculada jurídicamente a su marco regulatorio nacional.

Dicha estructura requiere de una nueva ingeniería que garantice que las decisiones tomadas con relación al 50% que corresponde al Paraguay, sean tomadas de forma transparente y soberana en el Estado paraguayo.

Ello permitirá garantizar un futuro de prosperidad para el país, donde la riqueza generada en la entidad esté al servicio del desarrollo, invirtiéndose en Paraguay lo que le corresponde al país.

Solo 8%

De los 2.900 millones MWh generados por la central hidroeléctrica desde 1984 a la fecha, solamente 8% ha sido aprovechado por el Paraguay.

Lejos

El resto de lo correspondiente a la energía paraguaya de Itaipú ha sido cedido al Brasil, a precios alejados del justo precio de mercado.

* Cecilia Vuyk, politóloga, docente e investigadora. Especialista en desarrollo latinoamericano Redes: @cvuyk – ** Sara Costa, master en Relaciones Internacionales, investigadora social y especialista en proyectos. *** Ángeles Ferreira, politóloga, docente, investigadora y doctoranda en Educación. Campaña Itaipú Ñane Mba’e – por la Soberanía Nacional. Correo electrónico: itaipunanembae@gmail.com. Redes: @itaipunanembae

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