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En esta segunda entrega del informe se destaca el perfil financiero del sector, en los primeros seis meses del periodo 2022/2023, en términos de la solvencia general del mercado en el Paraguay, y refiere que “el apalancamiento global se mantuvo en niveles acotados, cerrando en 1,46 veces”.
La retención media del mercado aumentó marginalmente hasta un 75% (73% a junio 2022, 12 meses). Ello generalmente es reflejo de los ciclos de producción y retención de las carteras de mayor relevancia. La evolución de la estructura financiera permite apreciar un alza de los créditos técnicos e inversiones, junto a una reducción de los activos más líquidos. En cuanto a las reservas, se aprecia un alza relevante de las primas no ganadas, en tanto que las reservas de siniestros se mantuvieron estables. A lo largo de los años, se han debido enfrentar siniestros de gran impacto, tanto por severidad operativa, como de carácter catastrófico, como es el caso del agro. Estas reservas quedan usualmente bajo la responsabilidad del reasegurador, quien, después de los propios accionistas, es el socio estratégico más importante en la gestión aseguradora del país.
Desempeño de los segmentos relevantes
La cartera de negocios mantiene una diversificación estable y predecible, sin apreciarse cambios significativos en la composición de productos directos. El segmento “motor” continúa estables en 42%; “vida” tuvo un incremento desde 16% al 19%, mientras que “riesgos varios e incendio” permanecen en 9% y 7%, respectivamente. Otros segmentos de menor relevancia mantienen también su composición directa.
En términos de retención, el peso relativo de “vida” y “riesgos varios” aumentó, en tanto que el de “motor” disminuyó; el resto permaneció similar. La sección de “automóviles” representa el 42% de la cartera bruta y el 51% de la retención. Medido en 6 meses registró un crecimiento del 11% respecto de diciembre 2021. La siniestralidad bruta se situó en un 52%, comparada con un 55% a junio 2022 (12 meses). Ello refleja que la tarificación y suscripción ha vuelto a ser la prioridad de un importante número de compañías del mercado.
Por otro lado, sigue pendiente el desafío del seguro SOAT, siendo Paraguay una de las escasas excepciones de países latinoamericanos que no cuentan con este tipo de seguros de accidentes personales. Su desarrollo podría generar un importante incremento de la penetración aseguradora en el país. Los seguros de “vida” respaldan, principalmente, la cancelación de deudas. Son la segunda cartera en relevancia, representando un 19% de la parrilla directa.
A diciembre de 2022, la producción se incrementó en un 31%, reflejo de aumento de tarifas pospandemia, además del desarrollo de nuevas aseguradoras ligadas a la bancaseguros. Su siniestralidad reportó un importante descenso, hasta niveles prepandemia. Producto de la crisis sanitaria, los costos del reaseguro se incrementaron, motivando a retener una mayor porción de los riesgos. Los seguros de salud, que forman parte de los riesgos varios, están tomando mayor peso relativo, habiendo experimentado un aumento de 18% a diciembre de 2022. La pandemia generó una creciente necesidad de protección y el sector público de prestadores de salud se encuentra sobrepasado, lo que incentiva la demanda por seguros privados, que se convierten, así, en un sustento financiero de apoyo ante gastos médicos mayores.
A diciembre de cada año, la producción del segmento “agro” refleja sólo medio año de siembras y cosechas, menos representativo que el comportamiento anual. A diciembre de 2022, la producción llegó a G. 32.000 millones, contra cerca de G. 50.000 millones en los 6 meses cerrados en diciembre de 2021. Esta baja se relaciona con las alzas de precios y deducibles, menores capacidades de reaseguro, además de las expectativas del sector para el año. Los desfavorables resultados del agroseguro del periodo anterior afectaron la oferta del reaseguro.
Por su parte, el segmento de caución, relevante para respaldar inversiones tanto públicas como privadas, se mantuvo estable. En el actual escenario pospandemia, los recursos públicos están más escasos, lo que limita la potencialidad de la inversión pública. No obstante, las inversiones en infraestructura siguen marcando un ritmo intenso, como es el caso del corredor bioceánico, entre las más relevantes. La siniestralidad del periodo ha sido favorablemente baja, reflejando ciclos de reversos o recuperos.
En cuanto a las perspectivas, las tendencias técnicas de los principales segmentos de negocios reportan ciclos más favorables. Segmentos muy vinculados a la pandemia, como “salud” y “vida”, comienzan a normalizarse. “Motor” muestra una tendencia favorable, cuya evolución dependerá de la solidez de las políticas de tarifas y selectividad.
Alza
La evolución de la estructura financiera permite apreciar un alza de los créditos técnicos e inversiones, junto a una reducción de los activos más líquidos.
Agro
A lo largo de los años, se han debido enfrentar siniestros de gran impacto, tanto por severidad operativa, como de carácter catastrófico, como es el caso del agro.
Salud
La pandemia generó una creciente necesidad de protección y el sector público de prestadores de salud se encuentra sobrepasado, lo que incentiva la demanda por seguros privados.