¿Qué se juega América Latina en la cumbre del clima?

La cumbre del clima (COP27) que se inicia esta semana en Sharm el-Sheij, Egipto, volverá a sentar al calentamiento global frente a los flashes mediáticos internacionales, destaca un análisis del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

Según reporte del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), las cumbres sobre cambio climático son uno de los motores más importantes de la acción climática global.
Según reporte del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), las cumbres sobre cambio climático son uno de los motores más importantes de la acción climática global.GENTILEZA

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Las urgencias no han cambiado demasiado en los últimos años (necesitamos reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero), pero existen tendencias que cada vez cobran más fuerza, como lo apremiante de paliar el impacto de la crisis climática en las regiones en desarrollo (las que recibirán los peores impactos), o el compromiso de equilibrar el debate medioambiental teniendo en cuenta al Sur Global.

Hace un año, la COP26 celebrada en Glasgow dejó un sabor agridulce. Se esperaban mayores compromisos para incrementar la ambición de los planes de descarbonización nacionales a fin de que el planeta fuera carbono neutro al 2050, lo que requería de reducciones de emisiones significativas, de aproximadamente un 30%, pero el resultado, a nivel de descarbonización, no rompió la tendencia de los últimos años.

Según el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), al ritmo actual de emisiones el planeta superará con creces el aumento de 2 grados sobre los niveles preindustriales, algo que traería consecuencias irreversibles (aumento del nivel de los océanos, derretimiento de glaciares, disminución de stock de alimentos, mayor intensidad de los desastres naturales, entre otros).

Para los países de América Latina y el Caribe, la COP27 es un encuentro importante para seguir asumiendo compromisos climáticos, especialmente en el área de adaptación, es decir, en reducir la vulnerabilidad de personas y territorios a los efectos del calentamiento global, y para llegar a acuerdos que permitan preservar la biodiversidad y recursos naturales. También para ampliar el financiamiento internacional, incidir en las soluciones basadas en la naturaleza y posicionar a América Latina y el Caribe como actor de referencia en el todavía incipiente mercado del carbono.

“En esta COP se nos pide a todos una mayor ambición, pero la ambición se debe definir colectivamente y debe ser inclusiva en todas sus dimensiones. La región necesita transitar hacia modelos productivos sostenibles que contribuyan a la descarbonización progresiva. No olvidemos que los países de América Latina y el Caribe están sufriendo de forma especialmente intensa las consecuencias de los desastres naturales, con pérdidas de hasta un 3% del PIB en los últimos años”, dice Alicia Montalvo, gerente de Acción Climática y Biodiversidad Positiva del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

A diferencia de los países industrializados, que priorizan medidas de mitigación para combatir el cambio climático, América Latina está más centrada en la adaptación, por lo que la COP27 será un buen escenario para lograr que la voz, planteamientos y soluciones latinoamericanas tengan una mayor influencia en las negociaciones climáticas.

América Latina alberga alrededor del 60% de la biodiversidad, el 50% de los bosques primarios y el 28% de la tierra con potencial para la agricultura, datos que reflejan el potencial para preservar la estabilidad climática global. De hecho, según los expertos, esta rica biodiversidad puede convertirse en la principal ventaja competitiva de la región en las próximas décadas, y también en un balón de oxígeno en la lucha contra el cambio climático global. Para que esto se concrete, serán necesarios consensos regionales, visibilidad internacional y trabajar coordinadamente para impulsar medidas basadas en la naturaleza para sacar el máximo provecho de nuestras ventajas competitivas.

“Existe también un mensaje latente en la COP27 de que ha llegado la hora de equilibrar las prioridades entre los países industrializados y aquellos menos desarrollados, que paradójicamente son los que menos han contribuido al calentamiento global y los que más padecerán sus efectos. Porque, por ejemplo, sin América Latina y el Caribe será imposible encontrar una salida a la crisis climática”, asegura Montalvo.

La cumbre de Sharm el-Sheij girará en torno a las medidas de mitigación (reducción del uso de combustibles fósiles); adaptación (especialmente para financiar la adecuación de infraestructuras al cambio climático); financiación internacional (es necesario seguir destinando recursos para proyectos de transición hacia economías limpias); pérdidas y daños (revisar los sistemas de compensación para los países menos contaminantes, que paradójicamente son los que recibirán los peores efectos del calentamiento global); y mercados del carbono (definición de los manuales y reglamentos del artículo 6º del Acuerdo de París).

La importancia de las cumbres climáticas

Las cumbres sobre cambio climático, conocidas popularmente como COPs, son uno de los motores más importantes de la acción climática global. En ellas se articulan intereses globales, se asumen compromisos de reducción de emisiones y de financiación, y se plantean los retos más apremiantes que la humanidad debe enfrentar a nivel medioambiental. La cuna de las COPs se ubica en 1992 en Río de Janeiro, donde se creó la Convención Marco sobre el Cambio Climático (UNFCC, por sus siglas en inglés), que organizó la primera COP en Berlín en 1995. Las cumbres más decisivas han sido las de Kioto en 1997, con su famoso protocolo que por primera vez oficializó compromisos de descarbonización, y la de París en 2015, que a través de unos acuerdos firmados por prácticamente todos los países, planteó objetivos concretos de reducción de emisiones por país para evitar que la temperatura supere los 2 grados y que el planeta llegue a ser carbono neutral al 2050.

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Para el CAF la cumbre para América Latina será importante para reducir la vulnerabilidad de personas y territorios a los efectos del calentamiento global.

Influencia

En América Latina se priorizan medidas de mitigación para combatir el cambio climático y se está más centrado en adaptación y en acceder a mayor influencia en las negociaciones climáticas.

60%

América Latina alberga alrededor del 60% de la biodiversidad, el 50% de bosque primario y 28% de tierra con potencial para agricultura, datos que reflejan su potencial.

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