El seguro en el metaverso

La tecnología está avanzando raudamente hacia límites inimaginables. Ya hemos vivido la evolución de los automóviles, la fotografía, los teléfonos, la televisión, la computación, la comunicación y todos los cientos de inventos que hoy constituyen una realidad que en décadas atrás eran impensables.

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Pero el mundo del comercio, el entretenimiento, la educación, la medicina siguen evolucionando e incursionando en un proceso de transición hacia lo que se da en llamar el metaverso. Un nuevo mundo virtual que pretende crecer en el éter electrónico, permitiendo simular una vida real fusionando el mundo físico con el mundo digital, socializar entre sujetos virtuales a nivel de inversiones considerables, compra y venta interactuando infinitamente dentro del espacio generado por el internet y la computadora. Esto ya no es una realidad futura, sino que constituye el presente y avanza rápidamente.

Imaginemos participar de un concierto en tiempo real sin salir de la casa, participar de clases en aulas virtuales, visitar un museo sin estar físicamente en el, viajar digitalmente a cientos de lugares sin moverse y miles de posibilidades infinitas. Pero el metaverso va mucho mas allá. Se podrá comprar propiedades en vecindarios virtuales y donde los precios se elevan por la demanda de los avatares interesados en hacer crecer su patrimonio virtual. Todo principalmente utilizando el blockchain y las criptomonedas. Lo mismo ocurre con ropas, muebles, autos, y donde las grandes marcas ya están asegurando su presencia en el metaverso, reservando “espacios” exclusivos generando así una combinación de marca, lujo y consumo a niveles inimaginables.

Ahora bien, el metaverso implicará una inversión. La identidad virtual de cada internauta y los datos personales generarán un valor, un “activo digital” que tendrán que ser a su vez protegidos. Y si existe un valor es posible que haya un interés asegurable. Pues existe un riesgo latente de perderlo. Todo es nuevo para el mundo y por tanto es nuevo también para la industria del seguro.

Hoy se parte de asegurar la protección de esos datos, de esos “activos digitales”. Estos datos personales podrán sufrir piratería, interrupciones comerciales, violaciones de la privacidad y hasta podrán ser robados o adulterados por lo que la ciberseguridad deberá estar protegida por un seguro. Y es que los activos digitales tendrán un valor en crecimiento por lo que su pérdida patrimonial deberá estar asegurada y las aseguradoras desarrollarán la manera de acompañar a los “residentes virtuales” a evitar riesgos o bien mitigarlos en caso de ocurrencia, todo mediante compensaciones económicas a través de su cobertura de póliza cibernética que debería cubrir los costos que implicaría restaurar los datos a su estado original y posibles pérdidas por interrupción del negocio.

Por otro lado, es posible que las coberturas de salud deban ampliarse a riesgos derivados del uso de permanecer en la realidad virtual. Alteraciones físicas, oculares y hasta mentales que requerirán tratamientos paliativos y de prevención.

Así, vemos como el metaverso es una innovación y está empezando a ser una realidad presente. Pero los seguros deberán apostar a este nuevo mundo, identificar la necesidad de la asegurabilidad, es decir cuales son aquellos riesgos asegurables dentro del metaverso y finalmente adaptar los productos adecuados para ello. Hay una causa, hay un interés. Existe un riesgo y existe un interés de protegerlo.

(*) Abogado

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