Pedido de reparación, ¿simple ardid paraguayo?

En una reciente publicación de metropoles.com del Brasil sobre el pedido de reparación al Paraguay por los daños que sufrió en la Guerra contra la Triple Alianza que presentó la bancada paraguaya del Parlasur a la Subcomisión de Verdad y Justicia, concluyen que el planteamiento es una simple “tentativa de ganar argumentos” en el proceso de revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú que se aproxima”.

Parte de la estructura de hormigón de la represa hidroeléctrica paraguayo/brasileña Itaipú.
Parte de la estructura de hormigón de la represa hidroeléctrica paraguayo/brasileña Itaipú.Camila Rivas Ledesma

Cargando...

La conclusión es atribuida por esta publicación al historiador brasileño Francisco Doratioto, a quien el reportaje confiere el papel de difusor l de la “versión brasileña” ante el reclamo de referencia; además, ante los reclamos paraguayos al Brasil en Itaipú.

“Nueva historia de ...”

Con la intención de conferirle autoridad -¿académica? - que sustente su credibilidad, el redactor lo presenta como um dos principais historiadores no Brasil desse conflito continental; claro, también su condición de profesor de la Universidad de Brasilia (UnB), y que vivió en nuestro país tres años para investigar los documentos existentes sobre la guerra, cuyos resultados vertió en el libro que tituló “Maldita guerra: Nueva historia de la Guerra del Paraguay”.

Bajo el subtítulo “Renegociación de los tratados de Itaipú como contexto”, el propalador de la “versión brasileña” en este reportaje concluye que el Paraguay antes que víctima fue el agresor, para posteriormente en una suerte de salto con garrocha, saltar a la categoría de especialista en Itaipú.

Doratioto, antes que nada, presenta a sus lectores al parlasuriano compatriota Ing. Ricardo Canese como el responsable del pedido de reparación para, de estas premisas, inferir que la intención paraguaya es utilizar el caso de la guerra “para ganar argumentos” en el debate con el gobierno de su país sobre los reclamos paraguayos en la entidad binacional.

“Supuesto imperialismo”

Que un profesional de otro andarivel se convierta de pronto en perifonero de Itamaraty ante las reivindicaciones paraguayas en Itaipú no nos parece extraño. No es la primera experiencia con la que tropezamos en la materia, tampoco el único caso. En los años 2008/2009, numerosos medios brasileños (o Itamaraty a través de ellos) no titubearon en recurrir a profesionales de otras ramas, docentes, por ejemplo, para que asumieran y comunicaran el libreto en cuestión.

Nuestro historiador, a pesar del reducido espacio que dedica Metropoles.com al capítulo Itaipú en este reportaje, encuentra el tiempo y los renglones necesarios para descalificar al representante paraguayo en el Parlasur: “El parlamentario paraguayo que preside esta comisión, Ricardo Canese, dedica toda su vida política a denunciar un supuesto imperialismo brasileño en el pacto de Itaipú, que no es real”, disparaba.

De historiador a especialista en Itaipú

Acomodado ya en el papel de especialista en Itaipú, el historiador Doratioto reflota ciertos argumentos de Itamaraty, Fiesp y de otras organizaciones del vecino país, palanqueadas por Itamaraty, así como por algunos gremios de empresarios, paulistas principalmente. Recapitulemos algunos:

“... Solo el agua ¿?”

“Cuando la usina fue construida (de 1975 a 1982) el Paraguay no tenía recursos ni ningún crédito internacional, entonces Brasil bancó todo y, desde entonces, viene descontando en energía la deuda paraguaya en el negocio, lo que deja a ciertos políticos de allá insatisfechos”.

Doratioto resopla las cenizas de controversias pasadas, aparentemente, en la búsqueda de algún rescoldo, apagado hoy gracias a un mayor conocimiento de los secretos de la “obra del Siglo XX”, cuya gestación y alumbramiento data de los infames años de la llamada internacional de las espadas.

Pareciera que nuestro expositor buscara reflotar una muletilla, sostenida inclusive por diplomáticos, técnicos y funcionarios paraguayos de 60 Hz, según la cual en: “en Itaipú Brasil puso el dinero y Paraguay solo el agua”.

No puso del dinero, lo prestó, y con tasas que no se diferenciaban mucho de las que se cobran en el mundillo financiero, en el que las tasas de fomento al desarrollo no existen.

“La deuda espuria”

En 1986, los documentos de Itaipú lo confirman, obligaron a la entidad binacional, contra los mandatos del Tratado, con la anuencia del gobierno paraguayo de turno, a subsidiar a empresas brasileñas con su tarifa.

El Paraguay también recibió parte de ese subsidio, pero en una proporción casi irrelevante, en los 38 años de producción de la central binacional, porque apenas pudo aprovechar el 8,8% de la producción acumulada y nuestros socios paritarios en el emprendimiento un abrumador 91,2%.

Con tarifas insuficientes, que beneficiaron al Brasil, era lógico que la entidad recurriese a nuevos préstamos, por supuesto imprevistos, con el atendible propósito de ejecutar su presupuesto y evitar mayores atrasos en su cronograma.

Lo llamativo, o sospechoso, es que el prestamista, no el aportante, haya sido Eletrobras.

De acuerdo con documentos oficiales, inclusive de la misma entidad binacional, del saldo de la deuda de Itaipú al 31 de diciembre de 2021, (US$ 1992,6 millones), el 78% aún correspondía a la empresa eléctrica brasileña, entonces mixta, en pleno proceso de privatización.

Cargan sobre la tarifa

Hoy, con la mayor apertura de la entidad binacional, sabemos que el descuento de los préstamos brasileños se carga sobre el costo del servicio de electricidad de Itaipú, concesionaria de los gobiernos de nuestro país y del Brasil (Tratado de Itaipú, Art. V), la que además de realizar el aprovechamiento hidroeléctrico del río Paraná, fue dotada de “capacidad jurídica, financiera y administrativa, y también responsabilidad técnica para estudiar, proyectar, dirigir y ejecutar las obras que tiene como objeto, ponerlas en funcionamiento y explotarlas, pudiendo, para tales efectos, adquirir derechos y contraer obligaciones” (Anexo A, Art. 4°).

- ¿Pagamos con energía? Tal vez en este punto el historiador brasileño tenga razón. Insistamos, de la producción acumulada de la central binacional entre 1985 y 2022, solo el 8,8% aprovechó el Paraguay.

De su 50% (Art. XIII del Tratado) cedió a Eletrobras el 82,4%. Debe aclararse empero que esa distribución no fue a cuenta de una pretendida deuda paraguaya con el Brasil, sino impuesta por los gobiernos de turno del Brasil, consentida por sus pares paraguayos, como una especie de precio o sobreprecio de su decisión de financiar la obra.

Si esa fue la manera con la que Brasil cobró a su socio “insolvente” porque bancou tudo en Itaipú, convengamos que fue expoliadoramente alta para los intereses paraguayos. En 38 años de producción, Brasil pagó al Paraguay un promedio de US$ 4,13/MWh que le “cedió”, obviamente sobre el costo de producción de la central.

Riqueza perdida por Paraguay

El especialista paraguayo/norteamericano Miguel Carter, en un trabajo que tituló “La riqueza que perdió Paraguay en Itaipú”, luego de estudiar las tarifas vigentes en cinco mercados brasileños, entre 1985 y 2016, concluyó que la misma superaba los US$ 75.000 millones. Luego, no solo ciertos políticos “de acá” quedaron insatisfechos, sino todo un pueblo: el paraguayo.

En lo atinente al último punto de los argumentos de Doratioto, destacamos cuanto sigue: “... Paraguay quiere mantener el precio actual (en rigor el costo unitario de electricidad de la entidad binacional) para ganar más en la división, ya que ellos no consumen la mitad de lo que es producido y venden el excedente al Brasil”.

El actual gobierno paraguayo planteó a su par brasileño el mantenimiento de la tarifa anterior de Itaipú (US$ 22,69/KWmes), que si la aceptaban hubiera reportado un ingreso adicional, en la misma proporción, a ambos países.

No estamos de acuerdo con ese planteamiento, pero por respecto a los derechos y obligaciones que establece el Tratado, Nuestros socios en cambio, con la extraordinaria capacidad de aprovechar las oportunidades que les caracteriza, descubrieron de pronto la utilidad del pacta sunt servanda, porque la coyuntura económica, climática y electoral les exige.

Finalmente, el excedente paraguayo (82,6%) que en 38 años fue cedido al Brasil, nunca podría etiquetarse como venta o comercialización, sino como una incomprensible cesión, o mejor entrega, por el que entre 1985 y junio del presente año el Paraguay recibió, en promedio, apenas 4 dólares con 13 centavos por cada MWh que cedió a Eletrobras.

Prestó

Brasil no puso del dinero en dinero en Itaipú, lo prestó, y con tasas que no se diferenciaban mucho de las que se cobran en el mundillo financiero.

Agua

En cuanto al agua, repitamos por quincuagésima novena vez: en una obra de esta naturaleza, es el único factor irremplazable.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...