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Desde luego que cuando se suben las tasas de interés monetarias lo primero que se tiene es que resulta más costoso pedir un préstamo. De ahí en más se origina un efecto multiplicador sobre las demás variables como el incremento de los costos, por ejemplo, de las tarjetas de crédito, las deudas en general y los préstamos para compras diversas como la de automóviles.
Así también el aumento de las tasas de interés afecta los costos de los intereses de las hipotecas, esto es, hace más difícil acceder a una vivienda, terreno o departamento.
Desde la lógica del pensamiento mainstream que hoy prevalece entre burócratas y políticos se da como cierto que si los bancos centrales suben las tasas de interés se conseguirá combatir la inflación.
Es lo que se escucha con insistencia cuando se dice que cuando los precios empiezan a dispararse para arriba, entonces con las tasas de interés más altas se puede “enfriar” la economía al disminuir la demanda. Igualmente, con las tasas más altas, la gente y las mismas empresas tienden a no contraer más deudas reduciendo incluso sus gastos.
En Estados Unidos el propio presidente de la Reserva Federal, Jerome Powel, lo dijo todavía mejor: como la inflación es demasiado alta, nosotros tenemos las herramientas que necesitamos para bajarla pues debemos restaurar la estabilidad de los precios. Como se notará, la lógica expuesta aquí no parece tener reparos. Sin embargo, la tiene y está llena de errores que se siguen diciendo como si fuera una verdad a la que todos deberíamos asentir.
El lobo en el gallinero
Es un hecho incontrovertible que fue precisamente la propia Reserva Federal en EE.UU. la que debido al impacto provocado por la pandemia o mejor dicho por el Estado que cerró la economía (lockdown) y encerró en sus casas a las familias que no podían de eso trabajar ni hacer nada por sí mismas, más que esperar la ayuda del propio Estado.
Por cierto, la expresión harto repetitiva por burócratas y políticos y aquí hago expresa mención de académicos involucrados con ciertas instituciones financieras cuyo objetivo es que el Estado sea un agente de cambio en la economía, es la palabra “lockdown” como cierre de la economía. Esto es demasiado benigno, pues no es lo que en realidad significa en los hechos.
En verdad, en anglicismo “lockdown” traducido de modo correcto al español se refiere a la reclusión forzosa de los habitantes de una zona o país determinado en sus casas o lugares elegidos por los propiciadores del cierre. De manera que eso de que el “lockdown” consiste en cerrar la economía suena demasiado bondadoso y da pie a que se crea que se hizo por el bien de todos.
De ninguna manera. El “lockdown” es encerrar a las personas. Fue y seguirá siendo y por eso nunca más se debe aceptar semejante decisión, una conducta típicamente autoritaria. Y es asimismo antieconómico por donde se lo mire. Eso de cerrar la economía o mejor a la gente hizo que se haga ingresar al lobo al gallinero.
Las consecuencias
En efecto, el haber hecho desaparecer o menguar la cooperación social de los individuos y empresas lo que hizo es hacer aparecer en escena a un autor no deseado. Al Estado supuestamente para cuidarnos mejor le tenemos que ceder nuestras libertades. ¡No y no! Al cerrarse la economía pues lo que ocurrió fue la caída de la producción, del consumo y del comercio en general, en mayor o menor medida es así y siempre. Y de ese modo el lobo ingresó apaciblemente y sin limitación alguna al gallinero.
¿Qué hizo el lobo o mejor dicho el Estado mediante el gobierno en materia monetaria? Lo que sabemos y es comprobable por la práctica.
El Estado mediante sus respectivos bancos centrales –en Norteamérica es la FED por sus siglas en inglés– inundó literalmente el mercado de liquidez tratando de elevar el consumo y de ahí y como también se sabe, más dinero en el mercado sin contrapartida en la creación de riquezas, sobrevino la inflación.
Esta y no otra es la causa de la pérdida del poder adquisitivo de la gente y no solo aquí en Paraguay sino en todas partes. ¿Quién pagará esa inundación de dinero artificial? Nosotros y nada más que nosotros, los individuos, las familias y las empresas. Nunca lo paga el Estado ni el gobierno de turno porque estas organizaciones no tienen nada, pues todo lo que poseen –desde un lápiz, un borrador o el dinero que imprimen– es pagado por la gente y a la fuerza.
Relación con nuestro país
De manera que esta suba de las tasas de interés por parte de la FED en los Estados Unidos no es más que otro intento de los muchos que se vienen haciendo en todas partes, y por cierto, debido a ello es que estamos ante un problema grave en la economía mundial que puede colapsar.
Para la economía norteamericana desde luego será otra intervención más y no tanto. De todos modos es muy diferente una economía como la de ese país y de otros desarrollados que gracias a su sector privado vigoroso, pujante, innovador y creativo sigue creando riquezas.
Pero este no es nuestro caso y el de los países subdesarrollados o emergentes como se dice para aminorar el efecto psicológico entre una y otra palabra. A la fecha el control de la moneda lo tiene el poder estatal, los funcionarios del gobierno de turno y la banca central.
Es así que para cuando los políticos y burócratas despilfarran nuestro dinero, el Estado financia el déficit emitiendo billetes que no representan riqueza alguna. Luego la expansión artificial del crédito y dinero crea inflación. De igual importancia es el impacto para nuestro país de aquella suba en la FED. No sería raro escuchar que dicha alza no tendrá muchos efectos porque por aquí también se puede alzar las tasas de interés para combatir la inflación. Es que ese es precisamente el problema. La solución no está en las tasas de interés ni el intervencionismo estatal.
Nosotros aquí en Paraguay debemos cuanto antes recuperar la disciplina fiscal y monetaria, realizar reformas y entender de una vez que la politiquería no es política y que el gobierno no puede avanzar sobre la economía privada.
Y tomemos nota de lo siguiente. La suba de las tasas de interés por la Reserva Federal (FED) acelerará la salida de capitales de otras partes del mundo hacia EE.UU. porque buscarán mayores rentabilidades.
Política
En Paraguay hay que recuperar cuanto antes disciplina fiscal y monetaria, hacer reformas y entender que la politiquería no es política.
FED
Suba de tasas de interés por la FED acelerará la salida de capitales de otras partes del mundo hacia EE.UU. porque buscarán mayores rentabilidades.
(*) Catedrático de materias jurídicas y económicas en UniNorte. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.