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A priori festejamos que ciudadanos organizados y con poder económico para la logística, hagan eventos como éste; pero es mi deber como apasionado del sector energético, al cual brindé 40 años de mi vida, alertar cuanto sigue:
1. ¿Qué pondríamos en la mesa de negociaciones, en una supuesta revisión del Anexo C?
2. ¿Estamos todos los paraguayos de acuerdo en nuestros anhelos y reclamaciones históricas?
3. ¿Cuál es la deuda social de Itaipú para con el Paraguay?
4. ¿Qué más podríamos ofrecerle al Brasil a partir del 2023, que no se haya servido en la mesa energética binacional?
5. ¿Funciona el Mercosur, o es la falacia comercial más grande de América del Sur?
6. ¿De verdad la organización ha hecho un estudio serio al pretender 1.000 millones de dólares por año para cada país contratante, fuera de la tesis de venta al mercado?
7. ¿Creen los organizadores que Brasil asumirá una tarifa superior, a la que por la lógica más simple le corresponde, solo para beneficiar al Paraguay?
Si los organizadores del evento están con esa premisa diplomática o de negocios transfronterizos, pensamos que entraremos en el estadio Maracaná, lleno, con árbitros brasileños y jugadores estrellas, para estrellarnos.
Por qué este argumento, pues “por los frutos los conoceréis.” ¿Acaso no pasaron 31 años desde la firma del Tratado de Asunción, en 1991, sin que hasta hoy exista ni siquiera el arancel común entre los signatarios ¡y menos aún! el arancel común ante terceros? Y miren que ni siquiera hablamos de la integración energética, la unificación en los códigos arancelarios, aduanas comunes, moneda única como el Euro, legislaciones laborales, académicas y educativas; en fin, un mundo de acuerdos que están cajoneados porque no le interesa a los grandes, Brasil y Argentina.
Si realmente existe honestidad académica en los organizadores, debemos plantearnos primero el cumplimiento de la deuda social de Itaipú y Yacyretá como: a. Exclusa de Navegación en Itaipú, recordando siempre que Paraguay es un país mediterráneo y que el Anexo B lo determina en forma imperativa. b. La libre disponibilidad y el precio justo que, aunque no tiene impedimento en él los tratados, pero que nuestros administradores entreguistas los han canjeado por maletines miserables, ¡durante 50 años!
Si realmente la ONG Ciudadanos del Mercosur tiene buenas intenciones, debe convocar primero a un foro reducido de ex cancilleres, técnicos del sector energético, de 50 y 60 Hertz, y luego verá que no es posible obtener alegremente 1.000 millones, por margen, por medio de los “gastos sociales” o inflando los costos artificialmente en Itaipú.
Existen varias falacias en el Mercosur, pero la más grande es la equidad. Le siguen otras como: integración energética, hermandad entre los pueblos y otras muletillas que aparecen en cada encuentro diplomático, regado por abundante champán y caviar.
Si realmente pretenden hacer algo patriótico, ayúdennos a cambiar esta mafia que se autoproclama Estado, por una nueva República. Tenemos una oportunidad histórica en el 2023. La narcopolítica no nos dará muchas oportunidades. Sus sicarios trabajan libremente, apoyados y protegidos por la “cámara de la vergüenza.”
(*) Ing. Agr y maestría en Desarrollo, UNA, Msc. Planif. Estratégica, IAEE, Electricista, 40 años en el sector energético.