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A lo largo de los tiempos esta terminología radiactivamente negativa terminó por colarse dentro de los países, Estados, empresas y familias enteras, llevándose todo a su paso, dejando una sociedad dividida, golpeada y empobrecida, a tal punto de dar ventaja a que otros tomen el poder, dejándolos sin fuerza de lucha, desmotivada y dividida.
Hoy, en pleno año 2022, ante un escenario meramente político y ante una necesidad imperiosa de captar la máxima cantidad de adeptos para cada sector, nuevamente la terminología sale del closet para generar la disputa malévola e innecesaria entre paraguayos, buscando el enfrentamiento y persecución de los distintos sectores generando la confrontación entre varias corrientes, buscando la división y la tensión entre compatriotas.
Esta terminología cobra mayor fuerza y se propaga con el mayor de los efectos negativos, cuando las sociedades no están preparadas o educadas para saber discernir entre lo que actualmente se necesita versus lo que a futuro nos conviene como sociedad.
Dicho de otra manera, hoy en el sector rural la disputa que se pone en el contexto es con la intención de dividir fuerzas, buscando la confrontación entre sectores, colocando de un lado a los precursores del sector productivo o productores, y por otro lado a los ambientalistas, sector campesino y pueblos originarios, que a través de falsos líderes y con discursos populistas buscan encontrar culpables y adeptos, dentro de un sistema de un Estado ausente y en donde ambos perfectamente pueden convivir bajo la denominación del respeto y sin agravios hacia cada sector.
Esto les fortalecería en lugar de dividirlos, permitiendo vender la marca país bajo la bandera de la producción agrícola sostenible y eficiente.
Para ello y a modo de establecer esta marca país, nuestra misión debería ser la de construir juntos, sin agravios e ideologías, estrategias de involucramiento y derribar paradigmas que nos permitan como sociedad estar fortalecidos para no encontrarnos divididos en beneficio de unos pocos.
Pero por sobre todas las cosas debemos tener bien presente y como dice una conocida fábula, generar la combinación perfecta entre el zorro y el león, porque el león no se puede defender contra las trampas de los cazadores y el zorro no se puede defender de los lobos. Por lo tanto, es necesario ser un zorro para descubrir las trampas y un león para aterrorizar a los lobos.
Esta combinación es tan poderosa y efectiva, que solo trabajando juntos, generando una visión protectora en donde prime el desarrollo del país, con respeto y en donde el aporte de todos los sectores nos permita crecer como nación. Pero por sobre todo como personas, en una sociedad justa y equilibrada, anteponiendo el trabajo ante todo, de tal manera a no caer en las trampas de los cazadores de momento ni mucho menos en las bocas del lobo de turno.
(*) Ingeniero agrónomo.