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Paraguay es una de las pocas naciones del mundo con un sistema eléctrico basado casi exclusivamente en la generación de energía eléctrica a partir de una fuente renovable y no contaminante; la hidroenergía.
El país produce más del doble de la energía que utiliza, pero en vez de consumirla en gran medida, la destina mayoritariamente a la exportación, e importa combustibles contaminantes. Este intercambio es claramente desfavorable para el país en términos económicos y ambientales.
La matriz energética del país, el balance entre su oferta y consumo de energía, se constituye de la siguiente manera: oferta, 40% hidroenergía; 36% biomasa; 24% combustibles derivados del petróleo (importados); consumo final, 42% biomasa, 39% combustibles derivados del petróleo y 19% hidroenergía (MOPC 2020).
En este contexto se plantea la necesidad de acelerar la transición energética del Paraguay, que es el proceso a través del cual el país dejará de exportar la hidroenergía que produce para utilizarla como plataforma para diversificar y dinamizar su economía.
Esto conlleva un cambio de mentalidad por el cual el tema energía deja de enfocarse desde una concepción sectorial y pasa a un enfoque estratégico que contemple el potencial de transformación del sector a medio y a largo plazo.
El PNUD presentó a fines de 2020 su INDH, el cual incluye un relacionamiento entre el acceso a energía y el desarrollo humano, así como la naturaleza estratégica del recurso para el desarrollo del Paraguay.
Transición energética
En un momento en que el énfasis recae, a nivel mundial, en la descarbonización y la reducción de emisiones, el Paraguay debe aprovechar el potencial de ser un país que cuenta con recursos energéticos renovables, y debe poner en marcha políticas fiscales, industriales, laborales y sociales que permitan impulsar su transición energética.
La transformación energética tiene el potencial de promover una mejor inclusión social mediante la creación de empleos dignos, a través de una diversificación de la producción con valor agregado, lo que transformaría también la economía y beneficiaría al medioambiente.
De este modo, la transición energética transformará el escenario fiscal y el económico, modificará la estructura de las exportaciones y del abastecimiento energético y acelerará las otras dos transiciones en curso: la económica y la socioambiental.
Diversificar
Los países que favorecen el desarrollo de una estructura productiva diversificada y compleja tienen más probabilidades de alcanzar altos niveles de desarrollo económico y social, en comparación con los países cuyas exportaciones se concentran en pocos productos con escaso valor agregado.
En este sentido, entre 1990 y 2017 Paraguay casi no tuvo variación en su listado de productos exportados. Más del 80% eran soja y derivados, carne o energía eléctrica; productos que generan poco empleo y tienen precios inestables y/o bajos.
Un camino hacia la diversificación de la producción es basarse en lo que el país genera hoy para producir bienes relacionados, pero más complejos, aumentando conocimientos, capacitación e ingresos de la población.
Por otro lado, una transición del transporte público y privado hacia la electro-movilidad traería innumerable cantidad de beneficios al Paraguay. Por mencionar algunos puntos favorables de los vehículos eléctricos:
* Ahorro individual y estatal por eficiencia: recorren una misma distancia consumiendo, en costo, 1/3 menos de diésel o ¼ menos de gasolina que los convencionales.
* Su recarga en horas que no son de punta de carga beneficia al sistema de transmisión, al alivianar picos de consumo y facilitar la distribución de la energía eléctrica.
* Significarían la reducción del costo del pasaje del transporte público, ya que entre el 40 y 45% del mismo depende del costo de los combustibles, y la energía es más barata.
* No producen emisiones de gases contaminantes: beneficio para la salud humana y para el medioambiente.
Al reducir el requerimiento de combustibles se logrará mayor independencia energética y mayor estabilidad y previsibilidad económica, lo que atraería inversiones y promovería el crecimiento y desarrollo del país. Esto impactaría favorablemente en la balanza comercial del país al consumir el excedente de energía propio.
La energía y el desarrollo humano en Paraguay
La energía es necesaria para disfrutar de calidad de vida y es un requisito básico para la formación de capacidades y el aprovechamiento de oportunidades. Se usa para cocinar, preservar alimentos y medicinas, ir a la escuela o al trabajo, usar las maquinarias, iluminar las calles y muchísimas más actividades.
La correlación positiva entre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el consumo de energía eléctrica per cápita, se verifica en el Paraguay cuando se analizan los datos sobre consumo de energía eléctrica per cápita de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y los valores del IDH elaborados por el PNUD. En efecto, cuando una de las variables aumenta, la otra también se incrementa. (Cuadro 1).
Las comunidades indígenas y las campesinas no indígenas del área rural son las más afectadas por la falta de acceso a la energía eléctrica. El déficit de acceso se refleja en los datos de la Encuesta Permanente de Hogares 2017, según la cual 59,4% de los hogares indígenas cuentan con electricidad; no necesariamente de la ANDE.
Gobernanza energética
El Paraguay cuenta con una Política Energética Nacional 2040 y con un Plan Nacional de Desarrollo Paraguay 2030, que plantea objetivos en el área de la energía.
El primer paso de dicha política consiste en el establecimiento de una estructura institucional encargada de coordinar e implementar las acciones relativas al desarrollo del sector energético. Esto supone la creación de una repartición de nivel ministerial que cuente con el marco legal e institucional necesario para garantizar su adecuado funcionamiento; así como con los recursos económicos, humanos, técnicos y de todo tipo requeridos para cumplir apropiadamente su misión en cuanto entidad rectora y articuladora del funcionamiento del sector de la energía del Paraguay.
Ciclo virtuoso de la energía
La disponibilidad de energía eléctrica renovable atrae inversiones y mayores oportunidades de empleo que promueven las capacidades de las personas. Dado que industrias y empresas requieren energía y ofrecen empleo, la energía integra un círculo virtuoso que favorece el crecimiento continuo de las capacidades y oportunidades de las personas de todo el país.
Sobre el PNUD y el INDH 2020
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es la red mundial en materia de desarrollo. Actualmente está presente en más de 170 países y territorios, colaborando con ellos en su desarrollo.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un indicador, elaborado por el PNUD, que mide el nivel de desarrollo de cada país atendiendo a variables como la esperanza de vida, la educación o el ingreso per cápita.
Los Informes Nacionales de Desarrollo Humano (INDH) tienen como objetivo contribuir en la generación de información crítica para la toma de decisiones informadas y promover un futuro mejor para todos. Acceda al INDH Paraguay 2020 aquí: https://bit.ly/3Cgey56
Ciclo
La disponibilidad de energía eléctrica renovable atrae inversiones y mayores oportunidades de empleo que promueven las capacidades de las personas.
Transición
...se plantea la necesidad de acelerar la transición energética del Paraguay, que es el proceso a través del cual el país dejará de exportar la hidroenergía que produce para utilizarla como plataforma para diversificar y dinamizar su economía.
(*) Representante residente del PNUD en Paraguay.