Y otra, desde Buenos Aires

El escritor Ever Román (Mariscal Estigarribia, Chaco, 1981; ha publicado, entre otros libros, Osobuco, Buenos Aires, 2011, figura, entre otras antologías, en Neues vom Fluss, Junge Literatur aus Argentinien, Uruguay und Paraguay, Lettretage, 2010, y dirige el programa Literapunk en Radio Pirata desde Buenos Aires, donde vive), en su caso como individuo, escribió al Suplemento Cultural, acerca de la carta aquí publicada el domingo pasado, lo siguiente:

Ever Román, escritor paraguayo
Ever Román, escritor paraguayo

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«La “Carta de opinión” de la Academia Paraguaya de la Lengua Española publicada hace una semana destaca los fundamentos estéticos y, por lo tanto, ideológicos, de dicha institución; pero sobre todo exhibe las herramientas que tiene para sostenerse en pie. Lo que importa en esa carta puede resumirse así: todo cuestionamiento a los cánones de lo que ellos consideran la “poesía paraguaya” es válido solo en tanto tenga ciertos “fundamentos”; y, como máxima instancia, una crítica puede aspirar a cierto estatuto de salud (“sana actitud de rebeldía”). Por “ligera”, “engañosa” e “infundada”, la reseña de Cristino Bogado es rechazada, su autor marginado al “ostracismo”; y, como guinda de la torta, se menciona su “poca labor creativa”.

Me gustaría destacar un par de cuestiones. En primer lugar –alguien debe mencionarlo– la labor creativa de Bogado no es poca. No creo necesario referirme a su faceta de escritor; otros más autorizados ya lo han hecho y, les guste o no a los académicos paraguayos, lo siguen haciendo. Me voy a limitar a su faceta de editor. Con toda lo problemática que pudo resultar (peleas, estafas, conflictos de todo tipo), la editorial Jakembo –fundada por Bogado en asociación con otros escritores– publicó en su momento a autores que no tuvieron espacio, ni siquiera una vaga consideración, dentro de la elite literaria paraguaya. Cito algunos: Lito Pessolani, Edgar Pou, Javier Viveros, Diana Viveros, Humberto Bas, Montserrat Álvarez, Jorge Canese, Jorge Montesino, etc. Sin estos autores es imposible pensar la literatura paraguaya actual. También Bogado participó de la editorial de poesía más prolífica de la última década en Paraguay: Felicita Cartonera (no sé si sigue). Estas editoriales, al igual que Ediciones de la Ura y revistas que surgieron desde el espacio considerado “ostracista” por la Academia Paraguaya de la Lengua Española (El Yacaré, El Guajhu, Guarará, etc.), enriquecieron la producción cultural asuncena, le dieron algo de consistencia.

En segundo lugar, la carta cuestiona “fundamentos”, lo que quiere decir –me parece– su posibilidad de “extensión en el tiempo”, pues lo que no tiene buenos cimientos no dura, etc. También cuestiona la salud, o sea, la vitalidad, de la reseña (y del reseñista). Creo que lo que a la institución le preocupa es su propia posibilidad de duración y su propia vitalidad como institución. De lo contrario, una reseña escrita por un autor considerado tan negativamente no habría de provocar ninguna reacción. Ya lo mencionó anteriormente el escritor Damián Cabrera, opinando sobre este mismo caso en estos últimos días en las redes sociales: la legitimidad y las paredes de la casa de la lengua española en Paraguay, o sea, su condición de ser, se tambalean cuando no es adulada. Un poco de sentido del humor y de malicia las resquebraja. Me parece que hay más vitalidad en el sentido del humor que en la posición de una institución que es prácticamente extraterrestre dentro de la movida cultural asuncena, y que ese humor probablemente tendrá más duración que la mencionada academia.

Por otra parte, la antología publicada por Visor está muy buena».

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