Una guerra que no terminó

La compra y venta de primeras ediciones firmadas es uno de los reñidos y florecientes negocios por Internet.

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Abundan los escándalos en el terreno editorial y muchos se han producido como consecuencia de la aparición de dudosas autobiografías o diarios personales de personajes de la Segunda Guerra Mundial, muy frecuentemente provenientes de los herméticos archivos rusos previos al Glasnost.    
   
La Segunda Guerra Mundial, el Holocausto y otro crímenes contra la humanidad cometidos en su transcurso afloran inesperadamente y siempre tienen buena venta. Al azar, van surgiendo documentos de archivos olvidados o secretos, aportando detalles que pueden cambiar la historia. Proliferan en Internet grupos revisionistas y antirrevisionistas que acumulan datos para fundamentar sus posiciones. Con las técnicas actuales, pocas falsificaciones o mitos resisten a las científicas pruebas de la autenticidad. Los libreros especializados de la Web asesoran a los coleccionistas sobre las falsificaciones más frecuentes, por ejemplo la del diario de Adolfo Hitler, cuya falsedad se demostró con creces y le costó a la revista alemana Stern una respetable suma, mientras que los estafadores y expertos embaucados fueron puestos violentamente en evidencia.    

Tengo a la vista una primera edición del diario de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Adolf Hitler, compilado y prologado por Luis Lochner. Se publicó en 1949, con traducción de Eduardo de Guzmán. Encuadernado en tela, incluye algunas fotografías de páginas semiquemadas junto con los papeles posteriormente reunidos para formar el libro publicado. Éste abarca una selección de unas 500 páginas, extractadas de aproximadamente 7.100 del original alemán (escrito a máquina en papel especial exclusivo de los altos mandos nazis). Cubre varios periodos, desde el 2 de enero de 1942 a diciembre de 1943, aunque se han perdido muchas páginas, pues las hojas fueron recuperadas de una fogata durante la ocupación rusa de Berlín.   
  
Años después, en los archivos rusos, aparecieron más hojas atribuidas también a Joseph Goebbels, cuya autenticidad parcial y total es aún más controvertible que la de las 7.000 páginas originales. El Dr. Louis Lochner, ex jefe de la Associated Press en Berlín, fue el compilador del hallazgo. Cuando el presidente Hoover visitó Alemania en 1946 recibió un diario manuscrito perteneciente a Goebbels, fechado desde agosto de 1925 a octubre de 1926, que abunda en los amoríos estudiantiles y el comienzo de su fanática devoción a Hitler. Esto explicaría por qué al fin de la guerra Goebbels y su esposa Magda se suicidaron, envenenando previamente a sus seis hijos, casi coincidiendo con el suicidio de Hitler y Eva Braun.   
  
Las páginas del diario de Goebbels, de Lochner han sido la fuente principal de la información sobre el sagaz, culto e inescrupuloso "doctorcito"   nazi. Goebbels, bajito y con un defecto en una pierna, creía fanáticamente en su líder partidario y estaba dispuesto a usar todas las armas de la propaganda política para secundar sus planes y a veces —según él mismo— para adelantarse a ellos. Su elocuencia solo se equiparaba a su falta de escrúpulos para tergiversar los hechos acomodándolos a sus fines, manipulando la verdad, forzando a los corresponsales extranjeros y a sus propios compatriotas a engullir informes modificados de una guerra que se perdió sin que el Ministro de Propaganda jamás lo admitiera.   

El Diario, en su versión de 1949, presenta un escalofriante ejemplo del poder respaldado a través de una masiva saturación de propaganda oficial. De la inteligencia aplicada a un fin perverso. Y de la tragedia de la gente, despreciada y manipulada, que creyó en sus palabras, cayó en sus trampas, y pagó su credulidad con la destrucción, el cautiverio, la muerte y el inexorable juicio de la historia.   
  
El Diario de Goebbels, primera edición de 1949, se vendió por 25 euros por ebay el 28 de abril pasado.

"Principio de vulgarización de toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa. Además, tienen gran facilidad para olvidarla. (J. Goebbels)"

De la Web 

  
"El doctor Goebbels (*29 de octubre de 1897 - 1 de mayo de 1945) fue el ministro de Propaganda del gobierno de Adolf Hitler (en alemán Propaganda­ministerium) en la Alemania nazi. Fue una figura clave del régimen, conocida por sus dotes retóricas, y su capacidad de convencimiento."


El 10 de abril de 2010 el avión que transportaba al presidente de Polonia Lech Kaczynski así como a numerosos militares y miembros del Parlamento de ese país que se disponían a acudir a conmemorar la matanza de Katyn se estrelló cerca de Smolensk, causando la muerte de todos ellos.   
  
El 28 de abril pasado, la agencia moscovita Notimex informó lo siguiente: El gobierno ruso publicó hoy por primera vez en Internet documentos sobre la matanza de Katyn de 1940, cuando alrededor de 22.000 oficiales polacos que fueron tomados como prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial fueron asesinados.   
  
Por decisión del presidente ruso Dimitri Medvedev, la Agencia Federal de Archivos (Rosarjiv) publicó las copias electrónicas de los documentos originales relacionados con la ejecución de los oficiales polacos en los bosques de Katyn, según a agencia de noticias Novosti.   
  
El director de la Agencia, Andrei Artízov, subrayó que se trata de "documentos de suma importancia, clasificados como secreto máximo, a los que sólo tenían acceso personas contadas".   
  
Recordó que muchas personas en Rusia aún cuestionan la responsabilidad del antiguo comisario del Interior, Lavrenti Beria, en la matanza de Katyn, y aseguran que esos documentos "son falsos y fabricados por encargo".

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