Paraguay en la red cultural latinoamericana

La Paz, Bolivia, reunió “las mismas caras latinoamericanas/ de cualquier punto de América Latina: Indoblanquinegros,/ blinquinegrindios/ y negrindoblancos”, en el decir del peruano Nicomedes Santacruz. Del 17 al 22 de mayo pasado, tuvo lugar el Primer Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria (CVC). La CVC es el conjunto de iniciativas locales artísticas y culturales, capaces de producir transformaciones sociales.

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Desde la Argentina hasta Costa Rica, unos 9000 referentes de organizaciones con sede en los barrios se congregaron con los siguientes objetivos: 1) concienciar acerca de la necesidad de que los Estados apoyen la CVC, y 2) lograr que los países asignen a la CVC, al menos, un 0,1 % de sus presupuestos generales (PG).

Unesco recomienda destinar un 1 % de los PG a la cultura en general. Paraguay ostenta un triste récord. Asigna tan solo un 0,04 % del PG a cultura; posiblemente, el más bajo presupuesto de Latinoamérica. Reunidos en la Plataforma Arandu Yvu, servidores públicos, artistas callejeros, comunicadores comunitarios y gestores de la sociedad civil integraron la delegación paraguaya.

Las cuatro dimensiones de la red cultural

Además de los 18 talleres temáticos, tres grandes ámbitos de trabajo fueron establecidos por los organizadores: 1) organizaciones latinoamericanas de la sociedad civil, nucleadas en la Plataforma Puente; 2) universidades; 3) parlamentarios y funcionarios de gobierno.

Cada uno de los grandes grupos se constituyó en red, con vistas al trabajo conjunto futuro, salvo el grupo de los parlamentarios y funcionarios de gobierno, que decidió desdoblarse en dos colectivos y crear: a) una articulación de parlamentarios, y b) una red de funcionarios de gobierno.

Aportes de la representación paraguaya

La delegación paraguaya se congregó en la Plataforma Arandu Yvu, coordinada por Rubén Cáceres, quien, en el marco del taller de organizaciones latinoamericanas de la sociedad civil, explicó el significado de la expresión que da nombre al colectivo, Arandu Yvu, manantial de sabiduría popular: “Surgen los saberes, de la reflexión y de la experiencia, emergen como el agua clara desde el pueblo. Todos nosotros, paraguayos y latinoamericanos, trabajamos para que los manantiales de saber popular fluyan libres, espontáneos y se encuentren en remansos de diálogos comunitarios, rieguen los anchos territorios, y se conviertan en grandes ríos de conocimientos de la región, para alimentar el gran mar de la sabiduría humana”. El concepto vertido por el compatriota fue consensuado por la reunión e incorporado al documento de conclusiones.

En la reunión de parlamentarios y funcionarios, la representación gubernamental de Paraguay fue ejercida por Alejandro Méndez Mazó, consejero del Ministerio de Educación y Cultura en el Consejo Nacional de Cultura. Caracterizado como el doctor Francia, el funcionario reclamó la ausencia del nombre de Paraguay como participante en los documentos y comunicaciones oficiales del Congreso. Expuso una semblanza de la historia cultural de la “isla rodeada de tierra“ (en la expresión de Augusto Roa Bastos), plagada de contrapolíticas de expulsión de hacedores de cultura, como Flores, Barrios, el propio Roa, e innumerables artistas populares. Y planteó la necesidad de constituir una “red de autoridades y funcionarios, independiente de la de parlamentarios, para intercambiar experiencias y respaldarnos mutuamente”.

Aporte latinoamericano al Paraguay

Países considerados más desarrollados, como Argentina, aún no cuentan con una Ley Nacional de Cultura, como la de Paraguay (n.º 3051), sancionada en 2006. En los últimos años, también hemos creado la Dirección General de Educación Artística, la Dirección General de Educación Indígena (MEC), la Dirección General de Cultura Popular (Secretaría Nacional de Cultura). Vale decir que Paraguay ha producido avances significativos en su normativa. Sin embargo, la normativa de por sí no genera acciones prácticas de desarrollo de la cultura ni la CVC, porque, si bien la ley establece QUÉ hacer, los ejecutores no saben CÓMO hacerlo. Un ejemplo de este déficit es el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec), que frecuentemente excluye de su asistencia a proyectos beneficiosos para las comunidades, por falta de suficiente formación y experticia de sus funcionarios para la valoración de proyectos culturales.

La capacitación de nuestros funcionarios será la consecuencia más interesante del “abrazo latinoamericano” del poema de Nicomedes Santacruz.

luciosandoval789@gmail.com

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