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«Nenia», mucho más conocida como «Llora, llora, urutaú», es un texto de denuncia cuya singularidad no suele analizarse. El poeta argentino Carlos Guido y Spano –que en el año 1866 se opuso rotundamente a la guerra contra Paraguay, razón por la cual Bartolomé Mitre ordenó su arresto– escribió esta elegía, que, mucho más popular que el nombre de su autor, en cierto modo ha alcanzado la paradójica gloria del anonimato. Romántico tardío, con oído ya modernista, Guido y Spano, al tocar el áspero tema de la injusticia histórica que acababa de cometerse, desliza con elegancia en estos versos un sutil y respetuoso homenaje a la lengua y la cultura de sus vecinos, igualando musicalmente el guaraní y el español en la fraternidad eterna de la rima.
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Nenia
En idioma guaraní,
una joven paraguaya
tiernas endechas ensaya
cantando en el arpa así,
en idioma guaraní:
***
¡Llora, llora, urutaú
en las ramas del yatay;
ya no existe el Paraguay,
donde nací como tú.
¡Llora, llora, urutaú!
***
¡En el dulce Lambaré
feliz era en mi cabaña;
vino la guerra y su saña
no ha dejado nada en pie
en el dulce Lambaré!
***
¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!
Todo en el mundo he perdido;
en mi corazón partido
solo amargas penas hay.
¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!
***
De un verde ubirapitá
mi novio que combatió
como un héroe en el Timbó,
al pie sepultado está
¡de un verde ubirapitá!
***
Rasgado el blanco tipoy
tengo en señal de mi duelo,
y en aquel sagrado suelo
de rodillas siempre estoy,
rasgado el blanco tipoy.
***
Lo mataron los cambá
no pudiéndolo rendir;
él fue el último en salir
de Curuzú y Humaitá.
¡Lo mataron los cambá!
***
¡Por qué, cielos, no morí
cuando me estrechó triunfante
entre sus brazos mi amante
después de Curupaití!
¡Por qué, cielos, no morí!
***
¡Llora, llora, urutaú
en las ramas del yatay;
ya no existe el Paraguay,
donde nací como tú.
¡Llora, llora, urutaú!