La fundación de Ytapé (Itapé)

Tras hacer un recorrido bibliográfico por los diversos archivos históricos sobre su ciudad natal, el autor del siguiente artículo postula que la fecha de la fundación de Itapé no es el 2 de mayo de 1672 sino el 10 de marzo de 1678.

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Originalmente, el nombre de la «Capital Espiritual del Guairá» se escribía Ytapé; figura así en documentos (resoluciones, decretos, leyes… El artículo 1 del decreto presidencial del 7 de mayo de 1900 dice: «Créase una Junta Administrativa en el Departamento de Ytapé», y el artículo 1 de la Ley 341, promulgada el 11 de junio de 1919: «Elévase a la categoría de partido la población de Estación Ytapé con la denominación de Coronel Martínez»). Se puede otear el auténtico nombre del distrito en los archivos de la parroquia de su iglesia matriz, del Registro Civil número 0223, de la Curia de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo, del Archivo Nacional de Asunción y, por supuesto, de la Municipalidad local. Esta forma de escritura se mantuvo hasta la década de 1900. No obstante, actualmente el nombre de esta comarca se escribe con I (latina), no con Y (griega). El significado del nombre varía con la grafía: Ytapé se compondría de «y», agua, y «rapé», paso, vado; e Itapé, de «ita», piedra, y «pé», chata, ancha.

Después que se publicó el libro Itapé, por los siglos de los siglos, en el 2016, un torbellino de dudas rodeó la fecha fundacional de Itapé. Aquí, esas dudas serán esclarecidas.

La investigación en bibliotecas públicas y privadas revela que la fecha fundacional de Itapé no fue el 2 de mayo de 1672, como consta en placas de su Municipalidad, trabajos prácticos de alumnos y docentes, periódicos, internet, etc. Esa fecha es incorrecta según cartas (rubricadas por el fundador y otros religiosos franciscanos), informes y documentos en guarda en los principales archivos y bibliotecas del mundo, y, felizmente, publicados por investigadores reconocidos. Pese a todo, esto no ha llegado a influir en la opinión pública nacional en general, que, respecto a la fecha fundacional de Itapé, persiste en el error.

Escribe la historiadora Margarita Durán: «Hacia 1615, Bolaños dejó las reducciones del Paraguay en manos de sus discípulos y cruzó el Paraná en busca de otros grupos indígenas a quienes adoctrinar y reducir pueblos. Con ayuda de Hernandarias fundó Itatí, a fines de 1615, y Santiago de Baradero al año siguiente. Desde entonces los franciscanos no fundaron ninguna otra reducción hasta 1678, cuando Fray Buenaventura de Villasboa reunió a los naturales monteses en la reducción de Itapé, en tierra donadas por Caazapá». Así, señala Durán, los franciscanos no hicieron ninguna fundación entre 1616 y 1678. Y los que afirman que el distrito en cuestión fue fundado el 2 de mayo de 1672 no cuentan, como es lógico, con documentos fidedignos (actas, cartas, libros, etc.) para demostrarlo.

El historiador paraguayo Dionisio González Torres habla de Itapé como «reducción fundada por el franciscano fray Buenaventura de Villasboas entre guaraníes monteses y kainguaes en la región del río Monday, en tierras ricas en yerbales, en 10-12 de marzo de 1678…». Y el presbítero Pedro Paniagua, antiguo cura párroco de San Isidro Labrador de Itapé, relata: «Fray Buenaventura (…) como setenta leguas en la región del río Monday encontró no a los tupies, sino a los monteses o caygua de la etnia mbya, el 10 de marzo de 1678».

Ya existían varias reducciones antes de que se fundara Ytapé. Al establecer la fundación y la ubicación geográfica –de los primeros tiempos y de ahora– de las ciudades (otrora, távas o pueblos) que antecedieron a Ytapé, es necesario ubicar geográficamente dónde se fundó, porque algunas sufrieron traslados por diferentes motivos (perseguidas por los bandeirantes paulistas, buscando lugares más aptos para la subsistencia, por orden del gobernador), entre ellas Villa Rica, Yuty e Ytapé.

Caazapá fue fundada en los años 1606-1607 por fray Luis de Bolaños; le correspondió una extensión de tierra considerable, limitada al norte por el río Tebicuarymí, al este por la selva de Caaguazú, al sur por el Paraná y al oeste por los campos del actual departamento de Misiones. Sobre la organización, escribe Branislava Susnik: «cada táva tenía derecho a una legua y media de tierra (…) Ningún criollo o mestizo podía poner un solo rancho en ese límite de una legua y media del táva… Algunos de éstos pueblos tenían más tierras, por ejemplo, Caazapá y Yuty, que no tenían mucha población, llegaron sin embargo a tener cinco leguas de tierra como propiedad comunal absoluta del pueblo». Por consiguiente, este sistema regía en la segunda mitad del siglo XVIII y siguió vigente prácticamente hasta 1848, cuando Carlos Antonio López suprimió el sistema comunal, pasando todas esas tierras a poder del Estado, las famosas Estancias del Estado.

Hoy, gran parte de la tierra que correspondió a Caazapá pertenece a los departamentos de Guairá, Paraguarí, Misiones, Itapúa, Alto Paraná y Caaguazú. Cada pueblo reducido estaba a cargo de un misionero que tenía que civilizar y adoctrinar a los originarios. Branislava Susnik prosigue: «a comienzos del siglo XVII, el gobierno de Asunción designaba para estos táva no un administrador sino a un llamado “poblero” responsable de organizar económicamente el pueblo; no obstante, por constantes quejas, abusos y, por supuesto, porque los indios se negaban a trabajar, pasó a designarse “administrador”; al presente, son los intendentes».

Según la carta encontrada por el historiador franciscano Louis Nécker en los Manuscritos de Coleção de Angelis (tomo I, capítulo 29, pp. 2-70, fols. 4 y 5), que escribió el fundador de Itapé al Gobernador Phelipe Rexe Corvalán el 16 de marzo de 1678 desde Asunción, ese año a fray Buenaventura de Villasboas le cupo trabajar como eclesiástico en Caazapá. Y cuenta el fundador en ese manuscrito que encontró a los habitantes de Caazapá muy agitados, pues algunos decían haber visto a una legua (cinco kilómetros) del pueblo a unos «tupíes». Para tranquilizarlos, el religioso, aunque no lo creyó, fue, con una buena escolta, en busca de los temibles indios. Después de recorrer setenta leguas, el 10 de marzo de 1678 encontró, en la región del río Monday –tierra de Caazapá entonces, y ahora de Alto Paraná–, a esos «tupíes» que en realidad eran guaraníes monteses o kayguâs, a los que dividió en dos grupos, uno de los cuales llevó a Caazapá, y otro a Yuty.

Pero para comienzos de 1681, muchos estaban extintos y otros se habían refugiado en la selva. No se adaptaron a Caazapá y Yuty. Al parecer porque desde el principio se los mezcló con los originarios ya domesticados. Las costumbres de unos y otros eran diferentes.

Ante eso, el obispo Faustino de las Casas y el gobernador Juan Diez de Andino resolvieron apartar a los monteses hallados en los alrededores del río Monday. Los ubicaron (a los que se quedaron, por supuesto) en un lugar apartado donde pudieran vivir independientemente con sus congéneres, siempre bajo el adoctrinamiento de los franciscanos, en los primeros tiempos. Así los responsables del destino de los originarios encontraron un espacio ideal para ellos. Y los asentaron en las cercanías del río Tebicuarymí en 1682.

Los datos expuestos evidencian que la fundación de Itapé tuvo lugar en las inmediaciones del río Monday, en la segunda mitad del siglo XVII, época en la que este río pertenecía a Caazapá (actualmente corresponde al departamento de Alto Paraná). En conclusión, por las revisiones documentales realizadas se puede afirmar que Itapé fue fundada el 10 de marzo de 1678 en tierras de Caazapá, en la región del río Monday, y que en 1682, por el motivo señalado más arriba, se trasladó en forma definitiva al sitio actual, en las cercanías del río Tebicuarymí.

Para leer más:

Antonio Ramón Barreto.

Itapé, por los siglos de los siglos

Asunción, El Lector, 2016

150 pp.

barreto26antonio@gmail.com

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