Su obra es ingeniosa y cachiãy ( este último término acaso defina mejor su estilo ). A Jorge Kanese le tiene sin cuidado, tal parece, la seriedad literaria. Munido de una prosa donde hace presencia el jopara, le hace frente, o enfrenta, todo cuanto viene a ser sagrado y objeto de reverencia dentro de nuestra civilización. Lo que para otros puede pasar por lo místico o lo ético, a él le parece un simple disparate. En su entretenido juego literario no está ausente el sexo. Precisamente el sexo, con su delirante cuota de humor y de irreverencias, es lo que da pie al título La conspiración de los ginecólogos.

Amante de las palabras prohibidas (que todos las conocen, obviamente, aunque muy pocos se atreven a decirlas) , el autor de Paloma Blanca, Paloma Negra (1982) nos sumerge en un mundo de sexo, picardía, magia, realidad sin pinturas y sublevación contra la señora moralina.




AJUSTE DE CUENTAS Y MISIÓN CUMPLIDA ( fragmento )

¿Tentar a las fieras? Guyra'u. Karau. Ñacurutu. Una fiera que se precie no se espanta. Aguantarse las espinas, el aullido. Naveguéitor. Las guerras hay que ganarlas. Prefiero el asedio. Que es la base de cualquier ciencia espiritual por más mínima que se pretenda. Galopando la furia. Dios saluda con su mediasonrisa tie'y y San Pedro y su pelada parecen una postal turística. Nos envidian los karanchos. Nos odian los monos sabios de Calcuta. Las Diosas del Olimpo chillan. La sorpresa: un querubín calentón.


Jorge Kanese