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Desde Massachusetts, en exclusiva para el Suplemento Cultural.
Ha muerto Chuck Berry, que marcó varias de las pautas estéticas más influyentes de lo que sería el rock and roll. Y eso incluyó el hacer del solo de guitarra uno de los grandes mecanismos dramáticos de la música de rock.
Aunque observo, en estos días posteriores a su fallecimiento, que se habla mucho más de él como letrista y como compositor que como intérprete, para mí Chuck Berry siempre será ante todo un guitarrista, y uno de los más grandes.
El solo de guitarra de Chuck Berry en «Johnny B. Goode» sencillamente redefinió las posibilidades del solo de guitarra. Hay en él una enorme expresividad y dramatismo. La impronta de Chuck Berry también es relevante por sus implicancias en la concepción del lugar del cuerpo dentro de la interpretación musical, y, con ello, en la definición de su papel, y del papel del rock, en la cultura moderna.
Chuck Berry solía usar la guitarra para transmitir el espíritu de una canción a través del movimiento. Con su «duck walk» (su «paso del pato») y otras características de su estilo físico de interpretación, de su «performance», hizo de la guitarra eléctrica un emblema sin precedentes de la energía y la potencia que proyecta el rock and roll.
Aunque Chuck Berry era en general un guitarrista virtuoso, fue sobre todo a través de su uso de la técnica de las dobles cuerdas (la técnica de tocar dos notas al mismo tiempo, punteando dos cuerdas simultáneamente) que creó lo que probablemente fue el vocabulario musical rítmicamente más cargado que haya tenido ningún otro solista de guitarra en la historia del rock.
Por eso su influencia llega hasta ahora. Otros intérpretes virtuosos, como Jimi Hendrix, se basaron profundamente en el trabajo de Chuck Berry, pero también lo hicieron los intérpretes anti-virtuosos, o contra-virtuosos, que definirían el punk rock.
Así, el tema «Little Johnny Jewel» (1975) del grupo neoyorquino Television, es una especie de versión de «Johnny B. Goode» en un universo alternativo. Johnny Thunders (1952-1991) cantó «Too Much Junkie Business» como un evidente homenaje a Chuck y sus «monkie business», y su estética de guitarra trash le debía mucho a Berry. Y Greg Ginn, de Black Flag, básicamente tocó solos de Chuck Berry con un montón de notas «equivocadas» añadidas para conseguir un máximo impacto.
La influencia de Chuck Berry en la música estadounidense moderna no conoce límites, pero en esta ocasión quiero recordar concretamente a Chuck Berry, el padrino del punk.
* Smith College, Massachusetts