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1944: UN HITO EN NUESTRA HISTORIA MUSICAL
Entre los hechos importantes que este 2014 trae a la memoria, hay uno que, si bien está relacionado con el Campamento Cerro León, no es tanto parte de nuestra historia bélica, cuanto de nuestra historia musical. El 24 de julio de 1944, por el Decreto 4594, firmado por el entonces presidente Higinio Morínigo, fueron declaradas canciones populares nacionales tres composiciones: Cerro Corá, con música de Herminio Giménez y letra de Félix Fernández; India, guarania con música de José Asunción Flores y letra de Manuel Ortiz Guerrero; y Campamento Cerro León, de autor anónimo.
TIEMPOS DE GUERRA: AÑOS DE RUIDO Y MÚSICA
En el Paraguay de los López, padre e hijo, que gobiernan entre 1840 y 1870 (primero don Carlos Antonio López, primer presidente constitucional de la República, y después el mariscal Francisco Solano López, que dirige el ejército nacional en la larga y devastadora Guerra de la Triple Alianza, hasta su derrota y muerte en 1870), hay cierto esplendor material y cultural. Se construyen grandes edificios (el Panteón de los Héroes, el Cabildo) y el ferrocarril, aparece el primer diario nacional, que fue El Paraguayo Independiente, en 1853, y le siguen otros, y se asiste a las primeras actividades artísticas públicas, en general ofrecidas por compañías españolas de gira por Sudamérica.
En la edición de El Semanario del 27 de noviembre de 1858 se publica por primera vez una referencia a la polca, nombre que se da a la forma de música popular más difundida en Paraguay.
La polca paraguaya, o purahéi, es anterior a la independencia (1811). Es bailable, animosa y rápida. Campamento Cerro León es de las primeras de cuya existencia sabemos. «Las polcas más antiguas del Paraguay, que datan del siglo XIX, son: Campamento Cerro León, Alfonso Loma, Mamá kumanda, Che lucero aguai’y, Ndarekói la culpa, Carreta guy, Guaiguî pysapê, de los partidos políticos Colorado y Liberal (18 de Octubre) y otras», dice Luis Szarán en su Diccionario de la música del Paraguay (Asunción, 1999).
Cuando estalla la Guerra de la Triple Alianza, durante los cinco años (1865-1870) que ensangrentaron al país, la música se volvió vital para sostener la moral de las tropas en el frente de batalla y también para brindar algo de optimismo y esperanza a la población civil.
Así, se organizaban constantemente veladas de música y baile, y surgieron en el frente muchas canciones en una suerte de respuesta armoniosa al caótico ruido atronador de los cañones y las balas.
Y una de esas canciones, la que aquí mencionamos, Campamento Cerro León, de autor anónimo, se convirtió en el himno popular épico del Paraguay durante esos tiempos de guerra.
CAMPAMENTO CERRO LEÓN, LA ÉPICA POPULAR
De esta canción dice el arriba citado Diccionario de la música en el Paraguay, del maestro Luis Szarán:
«Surgió durante la Guerra de la Triple Alianza (1865 - 1870), de autor anónimo, aunque se le atribuye su creación a varios músicos como: Kangue Iterrero, Benjamín Velilla, de la zona de Carapeguá, Venancio Guerrero, combatiente durante la guerra, la letra se le atribuye también al boliviano Tristán Roca. Luego del desastre militar de Uruguayana, fue prohibida su letra por el Mariscal Francisco Solano López. Con el tiempo se convirtió en un himno guerrero y daba fuerzas a los soldados en la Guerra del Chaco (1932 - 1935). En 1944 por Decreto del Poder Ejecutivo se la declaró Canción Popular Nacional (ver). En la actualidad, los músicos la interpretan como señal de conclusión en las fiestas bailables».
NINGÚN EJÉRCITO PUEDE DESTRUIR UNA CANCIÓN
Cuesta imaginar la importancia y las dimensiones que tuvo el Campamento Cerro León en el pasado. Pero pueden inferirse de lo que, en Orígenes de la Guerra de la Triple Alianza (Asunción, El Lector, 1996) escribe el historiador inglés Pelham Hortom Box: «[El mariscal López] En marzo estableció un campamento en Cerro León, distrito de Pirayú, donde eran instruidos 30.000 hombres comprendidos entre diez y seis y cincuenta años de edad…». El Semanario, el 9 de abril de 1864, informa: «El campamento Cerro León es el tercero de instrucciones de nuestras tropas. En él se encuentran acampando actualmente miles de reclutas, jóvenes llenos de vida para empuñar el fusil y hacer respetar, si fuere necesario, los derechos sagrados de la patria».
En diciembre de 1868, luego de su derrota en Itá Ybaté, el mariscal y presidente del Paraguay, Francisco Solano López, con un puñado de hombres que habían sobrevivido, logró escapar por Potrero Mármol y llegar hasta el Campamento Cerro León. Allí pudo reorganizar el ejército. Luego marchó con sus tropas a apostarse a poca distancia del campamento, en la cordillera de Azcurra, dejando en Cerro León seiscientos hombres al mando del coronel Sosa.
El 25 de mayo de 1869 una columna de caballería brasileña al mando del coronel Morais atacó a la guarnición paraguaya del Campamento Cerro León y capturó un buen número de prisioneros. Poco antes, el 1 de enero, ya había sido ocupada Asunción. El vandalismo, como en todas las guerras, asolaba el territorio paraguayo y sembraba miedo y caos con saqueos y mil formas de barbarie por doquier.
Del poderoso Campamento Cerro León, donde aire tan aguerrido y belicoso se respiró al inicio de la guerra, cuando se estrenaron sus vastas instalaciones, hoy día ya solo nos quedan como testigos de aquel fugaz entusiasmo juvenil, de esa curiosa historia de aquel lugar, dos pabellones, los únicos que siguen en pie. Los soldados brasileños destruyeron todo lo demás.
Pero ningún ejército puede destruir la música, y fue en gran parte la música del pueblo lo que hizo perdurar la memoria del Campamento Cerro León, su espíritu bravío, en la épica canción que, con vibrante ritmo de polca paraguaya, con frescura vital de purahéi, trae a nosotros su nombre.
luzsuarezcabral@gmail.com