Algunas reflexiones en torno a la Antología Poética de la poetisa Lourdes Espínola

Me alegra particularmente la participación de Francia en el nacimiento de este hermoso libro, procediendo de la implicación personal de mi predecesor, Gilles Bienvenu, y también la mía. Cuando el Gobierno de Francia decidió distinguir a Lourdes Espínola, en junio de 2011, con la Orden de los Artes y las Letras, en el grado de Caballero, el entonces embajador Gilles Bienvenu quiso conocer la totalidad de su obra con el fin de elaborar su discurso en ocasión de la ceremonia oficial que se desarrolló en la Residencia de Francia. Pero él se encontró con dificultades en este proyecto, en la medida en que parte de las ediciones ya estaban agotadas y otras publicadas en varios países.

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Hoy, un poco más de dos años después de estos eventos, la ambición se hizo realidad y mi Embajada se siente sumamente complacida y honrada con la publicación de esta Antología, editada gracias al Fondec, a Servilibro y a su propia participación.

La contribución oficial francesa en esta publicación refleja los vínculos profundos que existen entre Lourdes Espínola y Francia. Ella recibió en Francia el Premio de Poesía internacional “La Porte des Poètes” el año de su primera edición, en 1999. Hace ya 14 años que este concurso recompensa a poetas de idioma francés y español, gracias a un jurado compuesto por personalidades del universo literario y universitario residentes en Francia y España.

Asimismo, Lourdes fue elegida en 2005 “Escritora del Año” de la “Maison Internationale des Poètes et des Ecrivains” en la ciudad francesa de Saint-Malo. Esta casa internacional, dedicada a los poetas y escritores del mundo, fue inaugurada en 1990 bajo los auspicios de la Unesco y de su primer padrino, el fallecido autor español y Premio Nobel de Literatura (1989) Camilo-José Cela.

Todos estos premios y estas distinciones (hay muchas otras fuera de Francia) permitieron ampliar la difusión de la obra poética de Lourdes Espínola.

Hoy, se estudia su obra en universidades francesas, y Lourdes es invitada para realizar lecturas y conferencias en las Universidades de Caen, Toulouse le Mirail, Avignon, Montpellier, Lyon, y La Sorbonne en París.

Además, cabe recordar que el traductor y presentador de Lourdes Espínola en Francia es Claude Couffon, el “príncipe” de la traducción de obras literarias hispano-americanas, el que hizo descubrir a los franceses las obras de Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez y Rafael Alberti, entre otros.

En los dos libros que él tradujo, Tinta de Mujer (Encre de Femme) en 1997 y Las palabras del cuerpo (Les mots du corps) en 2001, Claude Couffon llamó la atención sobre lo íntimo de algunos poemas de la autora: “La mujer que toma posesión de su cuerpo, que lo explora en su intimidad más sensual con la vida, tal es la acción poética iniciada con talento por Lourdes Espínola”, escribía Claude Couffon.

Como él destaca, Lourdes le habló de la elección de estos temas como una manera “para asumir la escritura como un acto de combate, una batalla como una creación, una producción, opuestas al rol seudobiológico (en realidad cultural) de la mujer-madre-reproductora”.

En este sentido, creo que la poesía de Lourdes Espínola habla a los lectores de Simone de Beauvoir, la filósofa y escritora francesa que, usando otro género literario, se comprometió con la autonomía de la mujer. Una autora que yo admiro mucho.

Esta Antología enseña también la riqueza del recorrido de Lourdes Espínola, que publicó en Asunción a los 19 años su primer poemario, Visión del Arcángel en once puertas, y su último, Desnuda en la palabra, hace solo dos años en Madrid.

La Antología permite juntar a poemarios que fueron traducidos y publicados en países como Estados Unidos, Alemania, Italia, Venezuela, México, Argentina, España y Brasil. En este último país, su libro As Nupcias Silenciosas, publicado en 2006, es el décimo título de una colección que cuenta con autores como Saint-John Perse, Allen Ginsberg, Harold Pinter o Pablo Neruda.

Con sus traducciones en inglés, francés y portugués, la Antología me parece sumamente interesante y útil para abrazar el trabajo lingüístico de los poemas escritos en español. En este sentido, me parece precioso el prólogo (escrito por Sharon Keefe Ugalde) del libro Ser mujer y otras desventuras (Womandhood and other Misfortunes) así como la nota de la traductora Naomi Lindstrom, que destacan los desafíos de la traducción, notablemente a causa de los cambios dentro de la poesía de Lourdes Espínola.

Este comentario me lleva al último punto que quería enfatizar: gracias a la Antología Poética, se puede ver el carácter “orgánico” de la obra; es decir, la conexión entre un libro y el siguiente, así como la variación de las temáticas que van entrelazadas a través del tiempo.

Por la calidad estética del libro, realmente da ganas de hundirse de nuevo en la obra de Lourdes Espínola.

Embajador de Francia en Paraguay.

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