Jon Anderson, la voz inconfundible del rock progresivo

Brindamos por un nuevo aniversario de Jon Anderson, cantante, compositor y fundador del grupo británico Yes nacido en Lancashire en octubre de 1944.

Jon Anderson en 1987
Jon Anderson en 1987MONSERRAT ALVAREZ

Un día como ayer, 25 de octubre, pero del año 1944, nació en la ciudad de Accrington, en Lancashire, Inglaterra, el músico que en mi opinión marcó el rock progresivo con su particular voz e inconfundible impronta: Jon Anderson, cantante, compositor y fundador del grupo británico Yes.

De niño, mucho antes de sospechar que un día sería mundialmente conocido como Jon Anderson, John Roy Anderson estudió en las aulas de la St. John’s Infants School de su pequeña ciudad natal. Dio sus primeros pasos musicales tocando la «tabla de planchar» (el washburn) en Little John’s Skiffle Group, la banda del escocés Lonnie Donegan. El joven John Roy llevaba el amor por la música en la sangre. Lo había heredado de Albert y Kathleen, sus padres.

Albert era vendedor y Kathleen trabajaba en una de esas fábricas de algodón que fueron el centro de la industria textil inglesa en los siglos XVIII y XIX, hicieron de Lancashire un símbolo de la Revolución Industrial e inspiraron a Friedrich Engels su célebre libro La situación de la clase obrera en Inglaterra. Albert y Kathleen no eran artistas, pero amaban el arte: le dieron a Jon el nombre de uno de sus cantantes favoritos, John Roy «The Melody Boy», y además eran grandes bailarines que juntos ganaron premios y se convirtieron en campeones de baile de salón del condado.

Vista de una calle de Accrington en los años 60.
Vista de una calle de Accrington en los años 60.

El siglo XX todavía era joven cuando John Roy crecía con sus hermanos Tony, Stuart y Joy en Norfolk Street, y cuando Tony se compró el primer elepé de Elvis, él y John Roy se pasaron todas las vacaciones del verano de 1958 escuchándolo una y otra vez.

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Por aquel entonces, cuando John Roy tenía 15 años, su padre enfermó, y el joven dejó la escuela para ayudar a su familia trabajando como peón de granja, chofer de camiones y lechero, entre otras cosas. Amante del fútbol, ​​intentó hacer carrera en el Accrington Stanley FC, pero no lo logró. Sin embargo, siguió siendo un gran hincha del club, y fue recogepelotas y mascota del equipo durante un año.

En esos días, su hermano Tony empezó a cantar en The Warriors, y cuando uno de los vocalistas dejó el grupo, John Roy ocupó su lugar y descubrió que la música era más agradable y más rentable que el trabajo manual. El grupo hacía sobre todo covers de los Beatles, entre otros artistas, y John Roy recorrió con ellos Lancashire y el circuito de clubes de Alemania durante más de un año. Su inconfundible voz se escucha en You Came Along y Don’t Make Me Blue, las dos primeras canciones que grabaron, en 1965. The Warriors se separaron en Alemania a fines de 1967 y sus integrantes regresaron a Inglaterra, menos John Roy, que se quedó un poco más. Fue cantante, por breve tiempo, de The Party, una banda de Bolton que estaba de paso en Alemania.

The Warriors (también conocidos como The Electric Warriors)
The Warriors (también conocidos como The Electric Warriors)

Finalmente, John Roy emprendió el regreso y llegó a Londres en marzo de 1968, casi sin una libra. Allí conoció a Jack Barrie, dueño del bar La Chasse, en el Soho, y amigo del resto de los Warriors, que le dio alojamiento. John Roy retribuyó la hospitalidad de Barrie ​​trabajando en el bar, y en alguna de esas noches de copas y conversaciones Paul Korda, productor de EMI Records, lo contrató para cantar y grabar unas maquetas. Un poco después, John Roy voló a los Países Bajos para unirse a Les Crunches, una banda que había conocido en Londres, pero volvió enseguida al enterarse de que Parlophone Records iba a lanzar como singles algunas de las maquetas que acababa de grabar.

Publicado bajo el seudónimo de Hans Christian, el primer single, un cover orquestado de Never My Love, con All of the Time en el lado B, fue recibido favorablemente por New Musical Express y por Chris Welch para Melody Maker. El segundo sencillo, (The Autobiography of) Mississippi Hobo / Sonata of Love, fue lanzado dos meses después, y no tuvo éxito. Barrie y Korda llevaron entonces a John Roy a ver al grupo local The Gun, y juntos comenzaron a tocar en varios clubes londinenses. En el Marquee fueron teloneros de The Who, lo que les valió más ofertas de conciertos. Sin embargo, los otros miembros del grupo decidieron que no necesitaban al vocalista principal y despidieron a Anderson.

Barrie volvió al rescate y en mayo de 1968 le presentó a Chris Squire, bajista de Mabel Greer’s Toyshop. Ese grupo londinense de rock sicodélico sería el germen del futuro Yes. Chris y John Roy descubrieron que compartían el interés por Simon & Garfunkel y por las armonías vocales. En esos días crearon Sweetness, canción que posteriormente entraría en el primer álbum de Yes, y John Roy se convirtió en el vocalista principal de varios conciertos de Mabel Greer’s Toyshop.

Yes: Chris Squire, Steve Howe, Alan White, Jon Anderson y Patrick Moraz (Foto: Jean Ristori)
Chris Squire, Steve Howe, Alan White, Jon Anderson y Patrick Moraz (Foto: Jean Ristori)

Esta asociación fue decisiva. A Chris y John Roy se sumó el guitarrista Peter Banks y poco después, en respuesta a un anuncio publicado en la revista Melody Maker, el trío conoció a su baterista, Bill Bruford. No tardó en llegar el quinto miembro, Tony Kaye, que se encargó de los teclados.

Solo faltaba algo. El nombre Mabel Greer’s Toyshop no parecía tener suficiente fuerza. Según algunos fue idea de Banks, y según otros fue idea de Bruford, pero el caso es que el grupo decidió cambiarlo por el contundente monosílabo Yes. No pasaron demasiadas lunas antes de que también John Roy cambiara el suyo: eliminó el Roy y la h de John y se convirtió en Jon Anderson.

El primer concierto de Anderson con Yes fue el 4 de agosto de 1968 en un campamento juvenil en East Mersea, Essex, y su primer álbum con Yes fue el homónimo, lanzado en 1969.

Hacer honor a la frondosa historia de Yes y a la importancia de sus miembros requeriría, como mínimo, para no amputarla salvajemente, un artículo aparte, que queda prometido desde ya. Por hoy, me limitaré a enumerar la discografía de Yes en orden cronológico: Yes (1969), Time and a Word (1970), The Yes Album (1971), Fragile (1971), Close to the Edge (1972), Tales from Topographic Oceans (1973), Relayer (1974), Going for the One (1977), Tormato (1978), Drama (1980), 90125 (1983), Big Generator (1987), Union (1991), Talk (1994), Keys to Ascension (1997), Open Your Eyes (1997), The Ladder (1999), Magnification (2001), Fly from Here (2011), Heaven & Earth (2014), From a Page (2019), The Quest (2021), Mirror to the Sky (2023).

Vangelis y Jon Anderson en 1981 (Foto: David Corio)
Vangelis y Jon Anderson en 1981 (Foto: David Corio)

Otro hito fundamental en la trayectoria musical de Jon Anderson, y en la historia de la música, fue la hermosa unión en dúo con el genio griego Vangelis (Evángelos Odysseas Papathanassiou) en la década de 1980. Juntos lanzaron los álbumes Short Stories (1980), The Friends of Mr. Cairo (1981), Private Collection (1983) y Page of Life (1991). La asociación de los dos artistas nos ha dejado un caudal memorable de sonidos que fusionan el rock progresivo y la música electrónica. Esa misma década fue testigo de uno de los momentos más brillantes de la carrera de Anderson como vocalista con su participación en la nueva banda sonora que el gran Giorgio Moroder compuso en 1984 para el film mudo de Fritz Lang Metrópolis, rodado en 1927.

La discografía de Jon Anderson como solista comienza con Olias of Sunhillow (1976) y continúa con Song of Seven (1980), Animation (1982), In The City of Angels (1988). De la década de 1990 son álbumes como Deseo (1994), Angels Embrace (1995), ThePromise Ring (1997) y The More You Know (1998). Jon Anderson abandonó el grupo Yes en 2008, tras lo cual continuó trabajando como solista, a la par que colaborando con otros artistas. Entre sus obras más recientes se pueden mencionar Survival & Other Stories (2011), 1000 Hands: Chapter One (2019) y True (2024).

La voz inconfundible de Jon atraviesa en canciones varias décadas, muchas veces sin que lo sepamos. Desde su juventud, ha aportado su sello a artistas de la talla, por citar un ejemplo, de King Crimson, grupo para el que cantó como invitado en Prince Rupert Awakes, del álbum Lizard, porque el registro vocal deseado era inalcanzable para el entonces vocalista principal, Gordon Haskell. Unos años después, coescribió con Ron Bushy, baterista de Iron Butterfly, Pearly Gates, canción incluida en el álbum de 1975 Scorching Beauty. La lista de estos aportes y colaboraciones es bastante más larga de lo que podría creerse. La voz y la sensibilidad poética de Anderson han enriquecido el paisaje estético de nuestro mundo de formas a veces inadvertidas,

Consciente de que esta modesta columna resulta insuficiente para dar cuenta de la obra de Jon Anderson y de que no hace justicia al talento de este irrepetible músico inglés, me despido con un brindis por esta nueva y melódica vuelta al sol, quedando en deuda para una próxima entrega. ¡Salud!

Jon Anderson
Jon Anderson