Virginia Carlota Corvalán Casco nació en Asunción el 9 de febrero del año 1900, hija de Miguel Corvalán y Ana Casco. Estudió en el Colegio Nacional de la Capital, del que egresó en 1918, y fue la única mujer graduada entre cuarenta bachilleres. Cinco años después, en 1923, se recibió de doctora en Derecho en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción con la tesis El feminismo. La causa de la mujer en el Paraguay, publicada en 1925.

En los nueve capítulos de su tesis doctoral, de cuya publicación se cumple un siglo, Virginia Corvalán defiende el derecho femenino al sufragio y rechaza la inferioridad jurídica de la mujer, destacando que:
«La ley consagra una situación de inferioridad para la mujer, haciéndola depender para muchos actos de la vida de la voluntad del hombre; su instrucción más descuidada no le proporciona las mismas aptitudes que al hombre para su lucha diaria y la arraigada costumbre de alejarla de los asuntos que no sean del hogar, le priva del ejercicio de muchos derechos».
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Corvalán argumenta que la aspiración de la mujer a la igualdad jurídica es legítima puesto que:
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«Es en el terreno de los hechos que la mujer ha probado en forma evidente e incontestable sus aptitudes para igualar al hombre, luchando y sacrificándose, trabajando y esforzándose en una noble y generosa emulación a su lado por la conquista de los ideales comunes».

Además, prosigue Corvalán:
«Un ignorante que no sabe leer ni escribir es elector; el ebrio consuetudinario, que ha perdido su dignidad y su razón, es elector; es también elector el holgazán que se hace mantener por la mujer […] pero la mujer, aunque sea inteligente, honrada, virtuosa, patriota, trabajadora, humanitaria, es relegada a una situación de inferioridad».
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Esto es contrario al sentido común, protesta nuestra autora:
«Es absurdo tanto como injusto, acordar el voto a título de función social, al más torpe e ignorante de los hombres y negárselo a la más genial y virtuosa de las mujeres».

Corvalán cuestiona y refuta a lo largo de su tesis los argumentos habitualmente enarbolados en contra del voto femenino: el supuesto lugar «natural» (doméstico) de las mujeres, su educación y costumbres, su «falta de independencia», etcétera. Y asegura que se alcanzará la igualdad, por ser lo justo:
«La causa de la mujer triunfará en todas partes, porque una idea de más alta justicia preside hoy día la organización de las sociedades y por la acción de la mujer misma, en cuya conciencia se va haciendo la luz y cuya voluntad se está haciendo sentir».
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Convicción que reitera en la conclusión: «La equidad o el sentimiento natural de lo justo impone que se otorguen a la mujer todos los derechos políticos de que el hombre goza».
Con este trabajo, Virginia Corvalán se convirtió en la segunda mujer paraguaya que conseguía el título de doctora en Derecho (la precedió, quince años antes, Serafina Dávalos) y en la primera que abordaba en su tesis universitaria el tema de los derechos políticos de la mujer.
Virginia Corvalán se casó en 1926 con Pedro Larán en la Iglesia de Caacupé. Falleció el 27 de septiembre de 1957.
