Surfear el caos

Junio, su mes natal, se ha ido llevándose consigo al prodigioso Brian Wilson (Inglewood, 20 de junio de 1942 - Beverly Hills, California, 11 de junio de 2025), «el Mozart del pop».

The Beach Boys durante una actuación en 1964. Aparecen Dennis Wilson, Al Jardine, Carl Wilson, Brian Wilson, Mike Love.
The Beach Boys durante una actuación en 1964. Aparecen Dennis Wilson, Al Jardine, Carl Wilson, Brian Wilson, Mike Love.Michael Ochs Archives

Brian Wilson era sordo del oído derecho, se dice que a consecuencia de un golpe brutal que le asestó su padre, Murry Wilson, en su infancia. Murry, que se creía un gran músico y nunca llegó a serlo, hizo sufrir a sus hijos –en especial a Brian, el mayor– constantes palizas y humillaciones desde que eran niños. Sin embargo, aunque para condenar a la humanidad sobren motivos, si tuviéramos que citar algo en nuestra defensa creo que las armonías vocales de los Beach Boys bastarían para salvarnos. Y esas armonías las creó Brian, que ha fallecido el pasado 11 de junio, pocos días antes de cumplir 83 años, en su casa de Los Ángeles. Con la locura y la tragedia, el alcohol y las drogas, la psicosis y las alucinaciones Brian fabricó otro universo, a la vez terrenal y celestial, el dorado universo de la playa y las olas y el sol de California, donde no existen ni la maldad ni el dolor ni la vejez ni la muerte. Supo componer, con los latidos de su corazón roto, la materia vibrante de Help Me Rhonda y California Girls y Good Vibrations y Surfin’ USA y otros cientos de canciones que –ahora sí– ya son eternamente jóvenes.

Los Beach Boys con Brian al piano.
Los Beach Boys con Brian al piano.

A los 22 años, Brian Wilson había inventado un nuevo estilo de música pop. Entre 1962 y 1965, los Beach Boys lanzaron 16 hits y se convirtieron en la banda más famosa de los Estados Unidos. Formaban el quinteto los hermanos Brian (compositor, bajo, piano y voz), Carl (guitarra y voz) y Dennis (batería, voz), su primo Mike Love (voz) y su amigo Al Jardine (guitarra y voz). Gracias a la dirección vocal de Brian sonaban como un coro sólido, inspirado en los grupos vocales de R&B y doo-wop pero con una base de pop-rock instrumental al modo de artistas como Dick Dale o The Ventures. El soundtrack escapista ideal para un país de economía en crecimiento aunque inquieto por la Guerra Fría y Vietnam.

El quinteto que inmortalizó "el sueño californiano".
El quinteto que inmortalizó "el sueño californiano".

Pronto –en 1964, a los 22 años– Brian dejó de hacer giras con el grupo y se encerró con su piano, clavado en un montón de arena donde hundía los pies descalzos y se imaginaba que estaba en la playa sin salir de su habitación, para componer. No creo exagerado decir que el momento en el cual un joven Brian Wilson decide abandonar los escenarios para dedicarse a crear es uno de los más profundos de la historia del pop: es el momento en el que alguien, a contracorriente de la lógica de la industria musical y del espectáculo, decide ser un artista y no una estrella. En 1966 Brian expandió su paisaje musical con Pet Sounds, álbum cuyas novedosas técnicas de estudio, temas profundos e introspectivos, instrumentación inusual y complejas estructuras armónicas y rítmicas incorporadas desde el jazz y la música clásica, cambiaron el curso del pop.

En 1966 Brian expandió su paisaje musical con "Pet Sounds".
En 1966 Brian expandió su paisaje musical con "Pet Sounds".

Con Smile, el álbum siguiente, Brian quería crear una nueva sinfonía americana, inspirada en los trabajos de Aaron Copland y George Gershwin, pero, consumido por la locura, la abandonó sin concluirla. Llegaron los años duros de la psicosis. Tenía dos hijas pequeñas, pero no pudo asumir el papel de padre y se separó de su esposa en 1978. A principios de la década de 1980, pesaba más de 136 kilos, y pasó dos años y medio en cama. Recién más de tres décadas después, pudo terminar Smile, que, con melodías distantes del asequible pop de los Beach Boys y complejas partes orquestales, sigue sonando vanguardista hoy.

Brian Wilson en Oslo, Noruega, en 1982 (Michael Putland / Getty Images).
Brian Wilson en Oslo, Noruega, en 1982 (Michael Putland / Getty Images).

Para crear Pet Sounds, Wilson compuso canciones en el piano, comenzando con «sensaciones» o fragmentos de música que expresaban determinado estado de ánimo. Cuando entraba al estudio de grabación, ya tenía un arreglo completo en su mente, que «desarmaba» para mostrarles a los músicos sus partes, las correspondientes a cada instrumento, desde cuerdas y acordeones hasta timbres de bicicleta –para evocar la infancia perdida– y, por supuesto, el espectral theremin, que, de responsable de los sonidos espeluznantes en las viejas películas de terror, pasó a famoso toque de brillo y rareza en Good Vibrations. Los últimos elementos que se sumaron en el álbum fueron las voces de los Beach Boys. Solo Brian sabía cómo, una vez ensambladas todas las piezas del puzzle, sonaría el resultado final.

The Beach Boys posando para la cámara en 1962 en Los Angeles, California. De izquierda a derecha: Brian Wilson, Mike Love, Dennis Wilson, Carl Wilson y David Marks (Michael Ochs / Getty Images).
The Beach Boys posando para la cámara en 1962 en Los Angeles, California. De izquierda a derecha: Brian Wilson, Mike Love, Dennis Wilson, Carl Wilson y David Marks (Michael Ochs / Getty Images).

Brian fue el loco, el genio y el primogénito de los Wilson. En su californiana utopía adolescente hubo sombras que presagiaban los amores perdidos, la soledad, los adioses, lo irremediable, y su melancolía crepuscular ya atraviesa baladas como In My Room o God Only Knows. Fue también el último de los hermanos Wilson en morir. Dennis se ahogó en 1983; Carl sucumbió al cáncer en 1998.

If you should ever leave me

Well, life would still go on, believe me

La juventud es bella porque es breve, el placer más intenso es venenoso, la tristeza y la felicidad son inseparables porque todo lo que amamos lo perderemos. Brian cantó estas paradojas toda su vida. Primero de niño, en el coro de la iglesia, y después en su teclado, en su estudio, buscando siempre la nota perfecta que, en el lugar exacto, operaría la magia, el acorde decisivo que tenía que resonar, la armonía secreta que rige el universo. Abrazó la misión desmesurada de agradecer a Dios –sea el que sea– por toda la belleza de este mundo donde los padres pegan a sus hijos y los hermanos mueren ahogados y los sueños de la gente no se cumplen y las vidas se estrellan y fracasan. La armonía concilia lo plural en un todo donde ninguna parte es más ni menos que otra, como el inmenso coro de las aguas del mar. Las opuestas, contradictorias voces alucinadas en la esquizofrenia, ya amenazantes, ya zalameras, y las contradictorias voces de las personas reales –de la banda, de la familia, del padre al que amaba porque era músico y al que odiaba porque era cruel, de su propia mente, ya lúcida, ya loca– en la armonía cantan al unísono y surfean las olas del caos sin ahogarse.

Hasta siempre, Brian Wilson (Inglewood, 20 de junio de 1942 - Beverly Hills, California, 11 de junio de 2025), "el Mozart del pop".
Hasta siempre, Brian Wilson (Inglewood, 20 de junio de 1942 - Beverly Hills, California, 11 de junio de 2025), "el Mozart del pop".

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