«Héctor Oesterheld comparte un choripán con sus verdugos»

Sobre el pasado y el presente, la literatura y la historia, los sueños y las pesadillas, Oesterheld y El Eternauta.

En Buenos Aires, a la publicidad de Netflix le pegaron los cárteles de busqueda de Héctor Oesterheld y sus hijas, desaparecidos durante la dictadura.
En Buenos Aires, a la publicidad de Netflix le pegaron los cárteles de busqueda de Héctor Oesterheld y sus hijas, desaparecidos durante la dictadura.Gentileza

Mañana termina oficialmente la 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, inaugurada el pasado 24 de abril. Si los organizadores esperaban una tregua de los choques con el Gobierno de Javier Milei durante estas semanas dedicadas a la lectura y los lectores, se habrán llevado un chasco desde el primer día, cuando las palabras del secretario de Cultura fueron recibidas con abucheos y gritos de «andate a vender cripto», mientras el discurso principal, a cargo del escritor Juan Sasturain –discurso descrito por su propio autor como un «aporte para la sintomatología y el diagnóstico precoz del Mal de Bierce, enfermedad social degenerativa que conlleva, en su etapa final, la pérdida irreparable de la vergüenza–, desataba ovaciones. En esa disertación llena de ironía, Sasturain recordó el sentido del humor de sus autores de cabecera, de Borges a Dolina, de Girondo a Fontanarrosa, y celebró a Héctor Oesterheld, guionista del cómic El Eternauta, como un «gran contador de aventuras».

Se trata de ese mismo Oesterheld que ahora está en boca de todos, desde que el 30 de abril se estrenó en Netflix la adaptación audiovisual de su historia de ciencia ficción en viñetas dibujadas por Francisco Solano López (descendiente argentino del legendario mariscal paraguayo), que fue publicada por entregas entre 1957 y 1959, y cuya segunda parte firmó en 1976, un año antes de ser secuestrado y presumiblemente asesinado, al igual que sus cuatro hijas, por la dictadura.

El escritor y periodista argentino Juan Sasturain en la inauguración de la 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
El escritor y periodista argentino Juan Sasturain en la inauguración de la 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

El aprecio de Sasturain por Oesterheld es anterior a esta serie en la que Ricardo Darín hace el papel del protagonista de la historieta, Juan Salvo: su libro El Versero (Buenos Aires, Gárgola, 2016) concluye y comienza con Oesterheld. Lo abre la sección Carta al Sargento Kirk y otros poemas de ocasión (1976-1996), con una epístola al suboficial del 7º de caballería que desertó del Ejército porque no quería el genocidio de los indios y cuyas aventuras guionó Oesterheld y dibujó Hugo Pratt, y se cierra con estos versos del último poema de la última sección (The Carne Blues):

…plano general / la parrilla / humo / el cielo dibujado // el Falcon dibujado / por Solano / plano a su boca // abierta / zoom adentro / fundido a negro / corte ahí.

Cartel de la serie "El Eternauta" intervenido en una calle de Buenos Aires.
Cartel de la serie "El Eternauta" intervenido en una calle de Buenos Aires.

Así termina «Héctor Oesterheld comparte un choripán con sus verdugos», poema de Sasturain «a los últimos días, las últimas horas de Héctor Germán Oesterheld, guionista de El Eternauta, la mayor, la más romántica, trágica, hermosa, aventurada e inevitable novela gráfica argentina», escribía en estas páginas el periodista y novelista argentino Alfredo Grieco y Bavio (1). A uno de los protagonistas de El Eternauta (interpretado en la serie de Netflix por el actor uruguayo César Troncoso), el erudito profe de Física, dirige Sasturain su «Carta al profesor Favalli: Facultad de Ingeniería UBA, Buenos Aires»:

Para nosotros, profesor, usted era / simplemente Favalli, ese gordo / serio y un poco cabrón con pulóver / de cuello alto y anteojos gruesos que / siempre sabía –y en eso resultaba / un poco hinchapelotas– lo que / pasaba, por qué pasaba y lo que / había que hacer en cada caso. / Y si no tenía razón, al menos / tenía una teoría razonable, una / versión de la vida que no incluía / los consejos del miedo ni el / cálculo mezquino. Claro que, / a veces, con eso no alcanzaba.

El eternauta serie
Ricardo Darín interpretando a Juan Salvo en la adaptación audiovisual de "El Eternauta".

«Como la amistad, la admiración no conoce antagonismos y corteja las contradicciones más de lo que las evita. A un poema al comunista Brecht le sigue otro al fascista Pound y hay otros a los judíos Kafka y Pavese; el culturoso Satie es precedido por el negro Fontanarrosa…», proseguía Alfredo Grieco y Bavio su reseña de El Versero, poemario donde la presencia de Oesterheld, sin embargo, parece particularmente recurrente; así –regresando al comienzo–, atraviesa la «Carta al Sargento Kirk»:

En cuanto a Héctor, el viejo, no se fue. / Anduvo algunos años lidiando por estos / arrabales del mundo y de la democracia, / eligiendo bien en general / –me entiendes: del lado de los indios– / y no le fue mejor que a ti: / perdió amigos, el buen nombre en las / editoriales, cuatro hijas. / No es mucho en un país lleno de / sangre; es demasiado para un / hombre solo. Ahora es uno más en / una lista larga y llena de agujeros, / otros reciben tardíos premios / en su nombre.

Primera página de "El Eternauta", publicada en "Hora Cero" N° 1, del 4 de septiembre de 1957.
Primera página de "El Eternauta", publicada en "Hora Cero" N° 1, del 4 de septiembre de 1957.

Desde 1977, Oesterheld es, en efecto, un nombre más en la lista de los treinta mil desaparecidos: «uno más en / una lista larga y llena de agujeros». Y aún encontramos, entre versos resonantes de ruido y música de asados y fútbol, de amor y goles, de choripanes y rock, de Charly y Maradona, otro poema al Eternauta, las «Coplas de Juan Salvo»:

El que gana tiempo pierde / la pasada eternidad. / El que pierde tiempo gana / la memoria del pasar. // La arena cuenta las olas / el mar no sabe contar. El tiempo que suma y sigue / está aprendiendo a restar.

Conviene recordar estos versos como antídoto contra el inevitable alud de lecturas sectarias que rodea a todos los productos culturales de cierta repercusión en nuestros días. El Eternauta, a fuer de obra literaria, no es un relato de hechos históricos ocurridos efectivamente bajo una dictadura sino el relato de lo no ocurrido, de las grises pesadillas colectivas producidas por tales hechos, esas que las sociedades actuales siguen soñando sin saberlo y sin poder despertar.

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Notas

(1) Alfredo Grieco y Bavio: «Juan Sasturain, el hurrero entusiasta». El Suplemento Cultural, 19/11/2016.

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