Antonio Cicero: una muerte digna

La noticia del fallecimiento del escritor Antonio Cícero (Río de Janeiro, Brasil, 6 de octubre de 1945 - Zúrich, Suiza, 23 de octubre de 2024) ha conmocionado al mundo. Lo recordamos con los comentarios de Caetano Veloso y Francisco Bosco ante su partida, y con su poema «Guardar», todo en la traducción del poeta Douglas Diegues.

Caetano Veloso y Antonio Cicero en el filme "Tabu", de Júlio Bressane. Foto de Marta Braga
Caetano Veloso y Antonio Cicero en el filme "Tabu", de Júlio Bressane. Foto de Marta Braga

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Poeta, filósofo y sofisticado letrista de cantantes y compositores como Marina Lima, João Bosco, Lulu Santos o Adriana Calcanhoto, Antonio Cicero falleció el 23 de octubre por suicidio asistido en Suiza, donde esta práctica es legal desde la década de 1940. Eligió ese final al verse afectado por complicaciones neurológicas relacionadas con el Alzheimer. Su decisión quedó explicada en la siguiente carta de despedida a sus amigos, que fue publicada en portugués en O Globo:

Queridos amigos,

Me encuentro en Suiza, a punto de recibir la eutanasia. Lo que pasa es que mi vida se ha vuelto insoportable. Tengo Alzheimer. Así, ya no recuerdo cosas que sucedieron, no sólo en el pasado remoto, sino incluso ayer.

A excepción de mis amigos más íntimos, como ustedes, ya no reconozco a muchas personas que encuentro en la calle y con las que alguna vez conviví.

Ya no puedo escribir buenos poemas ni buenos ensayos de filosofía. Ya no puedo concentrarme ni siquiera para leer, que era lo que más me gustaba en el mundo.

Pese a todo, aún tengo suficiente lucidez para entender mi terrible situación.

Vivir con ustedes, mis amigos, fue una de las cosas más importantes, si no la más importante, de mi vida. Hoy, en mi estado actual, hasta tendría vergüenza de reencontrarme con ustedes.

Pues bien, ateo desde la adolescencia como soy, estoy consciente de que quien decide si mi vida vale o no la pena soy yo.

Espero haber vivido con dignidad y espero morir con dignidad.

Los quiero mucho y les envío muchos besos y abrazos.

Antonio Cícero en primer plano, Caetano Veloso y Waly Salomao en un recorte de prensa de 1994
Antonio Cícero de perfil, en primer plano, con Caetano Veloso y Waly Salomao en la revista "Caras", 2 de diciembre de 1994

Caetano Veloso: «Al despertar»

Al despertar, me enteré de Antonio Cícero. Recibí un mensaje suyo, en el que la coherencia y la lucidez, que siempre fueron características de mi amigo filósofo y poeta, impresionan, pero no disipan la tristeza que su ausencia física me causa. Cícero fue mi mejor amigo, la persona más íntegra que conocí. El afecto de amistad más puro que uno pueda imaginar. Y una inteligencia luminosa. Marcelo, su esposo de tantos años, debe entender mi tristeza y también mi orgullo por la coherencia de Cícero. Su hermana Marina puso música a uno de sus poemas, y de ahí surgió un repertorio largo y brillante de canciones. Ella también debe comprenderme. Me encanta el atrevido libro de filosofía en el que Cicero elogia a Descartes en una época postestructuralista. Morir por decisión propia enfatiza su pensamiento. Y su poesía.

[Publicado originalmente en portugués por Caetano Veloso en su página de FB. Traducción de Douglas Diegues].

Francisco Bosco: «Un llamado al coraje»

Antonio Cícero fue uno de los grandes pensadores de Brasil. Era un hombre muy erudito, leía griego arcaico, griego clásico, latín, entre otras lenguas modernas, traducía a poetas griegos, poetas latinos, era un filósofo original, no un mero comentador de filosofías, lo que no es poco. Era un filósofo original. Era un enorme poeta. Y un autor de letras de canciones absolutamente extraordinarias, con su hermana Marina [Lima], «El último romántico», con Lulú Santos. Además, Cícero tuvo lo que se puede llamar una muerte filosófica. Y esa fue una de las razones para que su muerte tuviera tanta repercusión, porque fue algo extraordinario.

Es difícil que la gente tenga coraje ante la vida, ya es algo difícil, ¿no?, pero coraje, así, ante la propia muerte, fue lo que tuvo Cícero. Padecía Alzheimer, se estaba olvidando de los amigos, ya no podía escribir, ya no podía leer, decidió morir, y lo hizo exactamente como a su modo, con coraje ante la muerte, que fue un gesto de la más pura libertad, y que está directamente relacionado con la filosofía, con su filosofía, que es una filosofía de la libertad, una filosofía de afirmación de la época histórica de la modernidad, que es básicamente cuando el hombre, la humanidad, toma el control de su propia vida. Cícero era un moderno, vivió como un moderno, y para sus amigos fue muy fuerte, los amigos estaban viendo a Cícero consumirse, frágil, alejarse de sí mismo, y de pronto, paradójicamente, ante la muerte, aunque por un instante, Cícero vuelve a ser aquel ser libre plenamente dotado de razón y libertad que todos nosotros conocemos. Entonces, para los amigos su muerte fue como una explosión de vida y también un gesto perturbador, pero que es un llamado al coraje.

[Transcripción de parte de los comentarios de Francisco Bosco acerca de la muerte de Antonio Cícero, su amigo por más de 20 años. Traducción de Douglas Diegues].

"Dita", un poema de Antonio Cícero
"Dita", un poema de Antonio Cícero

Antonio Cicero: «Guardar»

Guardar una cosa no es esconderla ni encerrarla.

En un cofre no se guarda nada.

En un cofre se pierde la cosa de vista.

Guardar una cosa es mirarla, contemplarla, mironearla por admirarla,

es decir, iluminarla o ser iluminado por ella.

Guardar una cosa es vigilarla, es decir, velar por ella,

estar en vigilia por ella,

es decir, estar despierto por ella,

es decir, estar para ella o ser por ella.

Por eso se guarda mejor el vuelo de un pájaro

que un pájaro sin vuelos.

Por eso se escribe, por eso se dice, por eso se publica,

por eso se declara y declama un poema:

Para guardarlo:

Para que él, a su vez, guarde lo que guarda:

Guarde lo que sea que guarda un poema.

Por eso el vuelo del poema:

Por guardarse lo que se quiere guardar.

Antonio Cícero y su pareja, el vestuarista Marcelo Pies, en Buenos Aires
Antonio Cícero y su pareja, el vestuarista Marcelo Pies, en Buenos Aires

*GUARDAR

Guardar uma coisa não é escondê-la ou trancá-la.

Em cofre não se guarda coisa alguma.

Em cofre perde-se a coisa à vista.

Guardar uma coisa é olhá-la, fitá-la, mirá-la por

admirá-la, isto é, iluminá-la ou ser por ela iluminado.

Guardar uma coisa é vigiá-la, isto é, fazer vigília por

ela, isto é, velar por ela, isto é, estar acordado por ela,

isto é, estar por ela ou ser por ela.

Por isso melhor se guarda o voo de um pássaro

Do que um pássaro sem voos.

Por isso se escreve, por isso se diz, por isso se publica,

por isso se declara e declama um poema:

Para guardá-lo:

Para que ele, por sua vez, guarde o que guarda:

Guarde o que quer que guarda um poema:

Por isso o lance do poema:

Por guardar-se o que se quer guardar.

[El poema «Guardar» fue publicado en el primer libro de Antonio Cicero, Guardar, de 1996, e incluido en la antología de Ítalo Moriconi Os cem melhores poemas brasileiros do século (Río de Janeiro, Objetiva, 2001). Traducción al castellano de Douglas Diegues].

*Douglas Diegues es escritor, traductor y editor, y está considerado uno de los representantes de la vanguardia poética brasileña y el principal exponente del portuñol selvagem. Ha coeditado (con el antropólogo Guillermo Sequera) el libro Kosmofonía Mbya-Guarani (2007). Hay textos suyos incluidos en antologías internacionales de narrativa y poesía como Neues vom Fluss (Alemania) o Los chongos de Roa Bastos (Argentina). Colabora intempestiva y luminosamente con El Suplemento Cultural desde hace años. Ha publicado Dá gusto andar desnudo por estas selvas (2002), El Astronauta Paraguayo (2007), TripleFrontera Dreams (2017) y Maravillosos transdelirios (2023), entre otros libros.

Waly, Caetano, Antonio: tres amigos en una imagen de días felices
Waly, Caetano, Antonio: tres amigos en una imagen de días felices
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