A 25 años del Espacio Sajonia Siglo XXI

Del «centro cultural alternativo» que pasaría a la historia de la bohemia artística asuncena.

Homenaje a los Beatles en el Espacio Sajonia.
Homenaje a los Beatles en el Espacio Sajonia.

Cargando...

En 1999, un grupo de universitarios de diferentes carreras de la UNA (Universidad Nacional de Asunción) daban vida a un centro cultural alternativo en el corazón del conocido barrio asunceno de Sajonia. El Espacio Sajonia Siglo XXI se convertiría en refugio de la creatividad juvenil musical, política, estética, en galería de arte en la cual exponían artistas sin nombre ni trayectoria. A 25 años de aquella experiencia, reflexionamos en torno al contexto social que posibilitó esa realidad y recorremos la memoria de quienes la vivieron.

A diez años de la caída de Stroessner

Era septiembre de 1999. En Asunción todavía se comentaban los sucesos del «marzo paraguayo», uno de los episodios políticamente más significativos en la historia del Paraguay en la segunda mitad del siglo XX, a tan solo diez años de la caída de una de las dictaduras más atroces que conforman el capítulo Plan Cóndor en Latinoamérica.

El general Alfredo Stroessner había sido destronado por su propio yerno y mano derecha, otro militar de alto rango, también vinculado a oscuros circuitos de la ilegalidad, por lo cual no podemos hablar de la caída de la dictadura, pues se fue Stroessner pero quedó el estronismo, intacto, como un sistema político-cultural que marcaba los sentidos del acontecer social y, por supuesto, el funcionamiento de las instituciones.

Si bien en 35 años de represión varias voces fueron silenciadas, apenas la figura del dictador terminó de disiparse en el avión que lo llevaría a su exilio definitivo, la sociedad empezó a retozar. En 1992, la nueva Constitución Nacional habilitaba derechos hasta entonces inexistentes; en su texto se expresaba una sociedad que se soñaba diferente, inclusiva y justa.

Una voz que se empezó a oír apenas inaugurado el nuevo contrato social fue la del gremialismo universitario. Siempre contestatarios, los jóvenes en Paraguay nunca dejaron de enfrentar al dictador y sus mecanismos sociales de censura. Así, en 1994 empezaron las marchas y protestas reclamando una necesaria reforma universitaria, pensando a la universidad como el semillero que posibilite un nuevo modelo de ser social paraguayo. Los reclamos giraban en torno a un gobierno universitario que representara a los tres estamentos (profesores, estudiantes, egresados), la gratuidad de la educación, lo cual demandaba mayor presupuesto público, la mejora en la calidad de los programas de estudios y de los docentes y la transparencia en la gestión pública.

Una noche cualquiera en el Espacio Sajonia
Una noche cualquiera en el Espacio Sajonia

Universitarios inquietos y creativos

En ese contexto de efervescencia política, estudiantes de diversas facultades formaban rondas de lectura, tardes de cine alternativo, ejercicios de participaciones políticas partidarias; cabe recordar que el siempre perseguido Partido Comunista Paraguayo pudo salir de su forzosa clausura y el Partido Humanista constituía una propuesta fresca que pretendía catequizar –sin mucho éxito– en las indisciplinadas filas de la juventud universitaria más rebelde. Así, en la UNA se percibía un ambiente discursivamente caldeado y reflexivo, en asamblea permanente. Un importante movimiento había organizado la toma de la Facultad de Arquitectura en agosto de 1995. Siguieron la toma del Rectorado en el Campus, la toma del Rectorado sede Av. España, la toma de la Facultad de Filosofía en Itá Pyta Punta y posteriormente la toma de todo el campus de la UNA.

No se puede dejar de mencionar la importante participación de los jóvenes del interior del país que compartían residencia universitaria en el denominado CEUNIRA (Centro de Estudiantes Universitarios del Interior Residentes en Asunción); ellos traían y representaban la historia de las Ligas Agrarias campesinas perseguidas por el stronismo, los despojos de tierras indígenas, los desplazamientos forzosos por el avance de la frontera agrícola del monocultivo, y varias otras situaciones de abuso.

En el circuito nocturno asunceno, mientras El Bosque de los Artistas, de Hermann Guggari, daba por terminadas sus funciones de resistencia cultural, otros rincones se habilitaban para dar cabida a la movida bohemia. En la misma casa funcionaban el bar de Kalele (Héctor Argüello) y el Espacio Sajonia Siglo XXI, un lugar de café, cine alternativo y debates filosóficos (impulsado por Jorge Buman y Sebastián Yegros). Constituía una dimensión de libertades del sentipensar, era «la Kuara» (el agujero, en guaraní), exclusivo nombre del cual no todes sabían. Se convocó una reunión para anunciar, con profunda tristeza, que por falta de recursos para pagar una deuda de meses de alquiler se debía abandonar la casa y cerrar el boliche. Quizás participamos de esa reunión Héctor Kalele Argüello, Sebas Yegros, Miguel Méndez, Jorge Méndez, Paula Valdez, Jorge Buman, Eulo García, Rober Irrazábal, Nelson Viveros y Rocío Ortega, estudiantes de diversas facultades de la UNA (Letras, Psicología, Periodismo, Historia, Medicina, Ingeniería, Arquitectura) que nos habíamos conocido en el ámbito del gremialismo universitario.

Una noche cualquiera en el Espacio Sajonia
Una noche cualquiera en el Espacio Sajonia

Desde una filosofía barata hasta una zapada de goma

Se organizó una actividad para recaudar fondos para el pago del alquiler atrasado y, propiamente, «salvar el espacio», sin imaginar las repercusiones que generaría: un homenaje a Charly García, «Filosofía barata y zapada de goma», con La Kalele Blues Band, conformada por Eulo García, Rober Irrazábal y Gustavo Mongelós, con Gustavo Luque de invitado especial. Se inauguraba lo que sería toda una tendencia de casi una década en la bohemia asuncena. En el homenaje a Charly García también se vieron dibujos y pinturas de estudiantes de arquitectura que frecuentaban el sitio o formaban parte de la turma, como Jonny Alvarenga, César (Arquiloco) González, Rocío Ortega y puede que otros más.

La noche de «Filosofía barata y zapada de goma - Tributo a Charly García» explotó, dejó ver cuánta inquietud había por expresarse en nuevos lenguajes estético-políticos, cuán apretado resultaba para esa juventud el corsé de propuestas tradicionales de programas nocturnos en Asunción, apenas pasados los primeros diez años de la caída de Alfredo Stroessner. Rápidamente, se pensó en la siguiente actividad, en la manera de convocar a los estudiantes de las facultades de arte, en aquellos tiempos la Escuela de Bellas Artes y el Instituto Superior de Arte. Llegarían otros tributos musicales, a los Beatles, a Joaquín Sabina, una Noche de Blues, una noche de Rock Argentino, homenajes a Pablo Picasso, a Salvador Dalí, a los Poetas Malditos, a Charles Bukowski, a Friedrich Nietzsche, a Julio Cortázar, el universo simbólico explorado en las noches del Espacio Sajonia traía al barrio Sajonia de Asunción propuestas casi parisinas. Así, fueron a ver las muestras el mismísimo Ticio Escobar acompañado de Osvaldo Salerno y Ricardo Migliorisi. Javier Rodríguez Alcalá, Luis Alberto Boh y Miguel Ángel Fernández darían charlas especializadas sobre historia del arte. Chester Swann, Gustavo Beckelmann, Ricardo Flecha, Rolando Chaparro entre otros serían asiduos visitantes y colaboradores de El Espacio Sajonia.

Una noche cualquiera en el Espacio Sajonia
Una noche cualquiera en el Espacio Sajonia

El Espacio Sajonia Siglo XXI funcionó en un inmueble viejo y descuidado situado sobre la calle Doctor Paiva N° 1533, a cincuenta metros de la Avenida Carlos Antonio López, durante los años 1999 y 2000. Por cuestiones de contrato, en 2001 tuvo que mudarse de local y emprender vuelo hacia El Otro Espacio.

La nueva sede (2001 - 2004) era una gran casona de estilo neoclásico sobre la avenida España, entre Brasil y EEUU. A raíz de las publicaciones sobre la mudanza del Espacio Sajonia, recibimos la llamada de Lucho González Macchi, entonces presidente de la República, quien quería «donar» unos recursos de los gastos reservados del presidente para ayudarnos en la restauración de la imponente casona. Evidentemente, dijimos que no, la duda era demasiado grande. El último local (2005 - 2006) fue El Espacio, en la esquina de las calles Ayolas y Haedo; luego, el sueño hippie cerró sus puertas y partió hacia el lugar de la memoria. Fueron siete años de un centro cultural alternativo e itinerante, y muy, muy bohemio.

Un hito más que importante en la historia del Espacio Sajonia fue el nacimiento de El Yacaré en el año 2000, periódico semanal de distribución gratuita, que irrumpe como una necesidad desde el impulso de tantos estudiantes de letras, filosofía, historia; ya mis compañeros se encargarán de explayarse en este capítulo. El Yacaré tendría una vida de cinco años, gracias al esfuerzo y perseverancia de aquella juventud inquieta y diferente, manufactura de una sociedad que lentamente intentaba salir de su letargo cultural luego de más de tres décadas de dictadura. Una generación curiosa, ansiosa de habilitar otros horizontes, otras sensibilidades, nuevos imaginarios urbanos, una juventud que pretendía otras formas de expresarse y convocaba al desafío de vivenciar el escenario urbano como una metamorfosis ambulante en Asunción a inicios del siglo XXI…

Una noche cualquiera en el Espacio Sajonia
Una noche cualquiera en el Espacio Sajonia
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...