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Mucho se la menciona, poco se la conoce. Con Historia del Paraguay. Época de la colonización española, material pedagógico impreso en 1928, la maestra rural Clotilde Bordón, nacida en Villa Rica del Espíritu Santo, Guairá, se convirtió en la primera mujer que publicó una obra histórica en Paraguay.
Algunos dicen (se lee en ciertas páginas digitales, e inclusive en libros impresos) que nació en 1894, fundó una escuela en 1902 y terminó su carrera docente en 1904; es decir, siguiendo esas líneas, a los 8 y 10 años, respectivamente. ¿Podría ejercer la docencia y fundar una escuela a esa edad? ¿Habría terminado ya sus estudios primarios? ¿Y los secundarios, y los normales (hoy, formación docente)?
A comienzos del siglo XX, era normal que «los más adelantados enseñaran a los más novatos», al decir de Juan Speratti, y que adolescentes de 16 o 17 años fueran maestros de grado, porque había pocos maestros con título (y estos eran, la mayoría, extranjeros). Pocos podían seguir estudios secundarios y terciarios, y este fue uno de los motivos por los que se implementó el curso de preceptoras para niñas del último grado escolar que quisieran generar sus propios recursos económicos y continuar sus estudios siendo al mismo tiempo alumnas y maestras, como María Felicidad González, maestra primaria desde los 15 años y una de las primeras egresadas de la Escuela Normal de Maestras, donde ella y Clotilde se conocieron a comienzos del año 1900.
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Recordemos que en 1889 se creó en Villa Rica el Colegio Nacional, inaugurado al año siguiente. Empezó con primer curso, luego llegó hasta tercer curso (actual noveno grado, que corresponde al tercer ciclo) y el 31 de marzo de 1931, por Decreto 39189, se creó el cuarto curso (actual primer curso de educación media). En esos tiempos, los que querían seguir una carrera (estudios terciarios) y tenían la posibilidad de hacerlo se trasladaban a Asunción. A propósito, la primera Escuela Normal de Profesores se creó en 1896; y en Villa Rica, el 28 de febrero de 1914, por Decreto 1699.
Clotilde Bordón se trasladó a Asunción para terminar el bachillerato e ingresar a la Escuela Normal de Maestras. Fue influenciada, sin duda, por Enrique Pestalozzi (lo nombra en una de las conferencias pedagógicas), Ramón Indalecio Cardozo (su director) y Manuel Domínguez (según la dedicatoria de su mencionado libro). Seguramente por su buena formación y vocación, a las autoridades les llamó la atención como una joven capacitada para ejercer la docencia y encargarse de la dirección de la Escuela de Niñas. La señorita Clotilde empezó como maestra a los 17 años de edad (no a los 10 ni a los 12) y trabajó unos 29 años (1902-1931) en el magisterio. Sin embargo, en el Decreto 40026, del 22 de abril de 1931, leemos, sobre su jubilación: «en mérito a los veinte y cinco años de servicios prestados en el Magisterio Nacional». En el artículo primero del decreto consta la mensualidad designada por su jubilación ordinaria: «($ 2.478:50 cl.) dos mil cuatrocientos setenta y ocho pesos con cincuenta centavos de curso legal». No fueron sumados algunos años por algún motivo; quizás empezó ad honorem y la registraron solo desde 1906, siendo directora; quizás no se computaron por otras razones. Los datos de la antigüedad de su jubilación, su año de nacimiento y su inicio en el magisterio están en el registro oficial del Paraguay, planilla del personal docente y otros documentos obrantes en el Archivo Nacional de Asunción, sección de educación, al igual que sus manuscritos enviados al inspector general de Escuelas de Asunción sobre las conferencias realizadas «en el local de la Escuela G. de Niñas» el 7 de junio de 1906.
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Destacamos que Clotilde Bordón, a pedido de la Dirección General de Escuelas, fue reconocida, por Decreto 26479 del 5 de marzo de 1927, como Maestra de Primera Categoría por mérito, «la más alta distinción que por entonces se otorgaba a los maestros», en palabras de Anastasia V. Moraes. Empezó muy joven en el magisterio, como otros grandes maestros. Así, los guaireños Delfín Chamorro y Ramón Indalecio Cardozo: el primero dejó sus estudios secundarios para ser maestro, y el segundo se inició en 1895, cuando estaba en sexto curso (actual tercer curso de la educación media): fue, al mismo tiempo, alumno y maestro. Se iniciaron tempranamente en el magisterio por ser «adelantados», y lo mismo la señorita Clotilde. Como sabemos, Cardozo, después de terminar sus estudios secundarios, ingresó a la Escuela Normal. Habría querido seguir Medicina, por «la que tenía inclinación», pero lo imposibilitó el factor económico. Además, en aquel tiempo no había Facultad de Medicina en el país. Hoy tenemos como ejemplo a estos excelentes maestros que dejaron sus obras para las generaciones presentes y futuras.
Prueba de que Clotilde empezó a enseñar a los 17 años es el cuadro de personal docente de la Escuela Graduada Especial Doble de 1909, donde figura como vicedirectora, con su fecha de nacimiento, 17 de abril de 1885; su servicio en la instrucción nacional, desde 1902; su diploma, categoría maestra normal, de 1901. En dicha planilla leemos nombres de otros docentes, como Ermelinda Cáceres, Leopoldo Cardozo, Francisco Jiménez, Isabel Duarte, Eustaquio Viveros, Georgina Bordón (sería su hermana, nacida el 15 de abril de 1884, ya que ambas se ausentaron unos días por enfermedad de la madre), y el director, Ramón Indalecio Cardozo; no así Hilaria Sanabria, quien también empezó a enseñar tempranamente: al aprobar el sexto grado, se inició como maestra del segundo grado inferior en la Escuela Graduada de su tierra natal; en 1906 fue trasladada a la escuela de la Capital, donde siguió sus estudios siendo al mismo tiempo alumna y maestra, y se graduó como maestra normal en 1910.
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Es importante mencionar también que la señorita Clotilde ejerció varios cargos importantes: fue directora de la Escuela Graduada de Niñas (1906), vicedirectora de la Escuela Graduada Especial Doble (1909) y, por Decreto 2923 del 11 de 1915, vicedirectora de la Escuela Normal Rural de Villa Rica, además de catedrática del Colegio Nacional de su ciudad natal.
Según los registros encontrados hasta la fecha, Clotilde se inició en el magisterio a los 17 años en 1902. Habría sustituido a Lorenza C. Terrá de Vico, educadora argentina, esposa del cónsul argentino Juan Timoteo Vico, a quien encontramos como directora de la Escuela Graduada de Niñas de Villa Rica hasta el año 1905. En ese sentido, Ramón Indalecio Cardozo, siendo director de la Escuela Graduada de Niños de Villa Rica (cargo que asumió en marzo de 1898), manifestó que se habían llevado «admirablemente de acuerdo» con la directora Lorenza.
Según Ramón Indalecio Cardozo, la señorita Clotilde «era laboriosa, exacta, escrupulosa, exigente y cumplidora de sus obligaciones. Sabía lo que tenía que hacer: se anticipaba a los deseos de su superior. Era celosa del buen nombre de la institución. Las niñas tenían en ella a una buena madre intelectual, y los padres de familia, a una representante y garantía». También recibió elogios del pedagogo suizo Adolphe Ferrière, el maestro chileno Guillermo Martínez y el historiador y escritor argentino Enrique de Gandía.
Con relación a las maestras Bordón, hay dos certificados de bautismo; en uno, registro n. 5244, se lee que una párvula de nombre Clotilde Bordón fue bautizada en la iglesia parroquial de Villa Rica del Espíritu Santo el 16 de abril de 1892, «nacida el quince del presente mes y año», hija de María Casimira Bordón; el otro, registro n. 3731, corresponde a Georgina Bordón, bautizada en dicha iglesia el 2 de junio de 1889 y «nacida el veinte y dos del mes de abril del corriente año»… Pero de esto hablaremos en la próxima entrega.
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Y en la próxima entrega hablaremos también de la madre de Clotilde, de su padre (quien la reconoció en 1931), de su certificado de defunción, de su hermano (quizás de padre, que fue también maestro, escritor, periodista, con varias obras publicadas), y ampliaremos el tema de su jubilación, sus obras, la conferencia pedagógica de 1906 y el proyecto interdisciplinario «Tras las huellas de Clotilde Bordón», entre otros asuntos.
(Continuará…)
*Antonio Ramón Barreto es profesor de Educación Bilingüe por el Instituto de Lingüística Guaraní del Paraguay, licenciado y magister en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de Asunción y el Instituto Superior Salesiano de Estudios Filosóficos, respectivamente, miembro del Comité Paraguayo de Ciencias Históricas y colaborador de El Suplemento Cultural de ABC Color. Ha sido declarado «Hijo dilecto del Departamento del Guairá» por la Junta Departamental del Guairá (resolución 09/2023). Ha publicado los libros Itapé, por los siglos de los siglos (2016), Forjadores de las letras guaireñas (2018) e Ytapé, 1678. Historia documentada de la fundación de Ytapé (2022), declarado «de interés departamental» por la Junta Departamental del Guairá (resolución 08/2022) y «de interés educativo y cultural» por la Municipalidad de Tebicuary, Guairá (resolución número 197/2022).