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«Qué feo usar el teatro para estas cosas».
Esta frase introduce a las actrices en un juego en el que lo teatral y lo performativo convergen, utilizando el lenguaje de estas prácticas artísticas para generar una narrativa en la que el doble sentido y el sentido figurado están presentes todo el tiempo. La frase «Qué feo usar el teatro para estas cosas» está tomada de una anécdota y remite al comentario de una persona vinculada al sector artístico, lo que resalta el contexto crítico en el cual se desenvuelve la obra. Las actrices atraviesan muchas historias, pero al mismo tiempo están inmersas en un conflicto de vínculos que añade un tinte diverso a la compleja trama de problemas y denuncias que se inscriben fuertemente en esta obra.
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En la puesta en escena se mencionan varios acontecimientos reconocibles de la historia actual de las luchas estudiantiles, entre otros hechos que han marcado a nuestra sociedad recientemente, y también se satiriza la figura de algunos «honorables» representantes del pueblo que actualmente ocupan cargos en el congreso.
Partiendo de la frase principal, «Qué feo usar el teatro para estas cosas», se hace referencia, además, a prácticas artísticas que permanecen encasilladas en moldes de representación obsoletos o que no logran conectarse con el contexto y con el imaginario contemporáneos. (Esto, personalmente, me lleva a pensar en cierta reciente «reinterpretación artística» de un sonado hecho histórico que, realizada en un contexto museal con miras a una «puesta en valor», se aleja tanto de lo que realmente acontece en la escena artística que termina poniendo involuntariamente de manifiesto la falta de representación de la diversidad que sigue marcando nuestra sociedad en muchos aspectos.)
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Menciona Diana Taylor (1) que la performance opera con cosas tan vitales como el saber social y la memoria, donde se sitúan la desobediencia, la resistencia, las cuestiones de género y otras problemáticas. Esto está presente en la obra, atravesada por los cuerpos de las intérpretes y las memorias que activan a través del acto performativo en una puesta en escena con mucha crítica social en la que por momentos la historia de los vínculos entre las actrices crea una realidad paralela.
El cuerpo cumple en esta obra/performance la función fundamental de intensificar su carácter crítico; en ella, como escribe Erika Fischer-Lichte: «La experiencia estética aparece de forma especialmente plástica, siendo inseparable del cuerpo, un significado hecho cuerpo» (2). Este significado se trabaja a través del cuerpo de las actrices y también a través de un cuerpo cubierto que el director describe como «ninja/tramoyista», generando una interesante propuesta estética y semiótica.
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En todos los aspectos, la obra logra conectar con el espectador en distintos niveles, tanto por la presencia del amor diverso y de las cuestiones políticas que generan indignaciones colectivas con las que muchos nos identificamos, cuanto por una teatralidad en la forma de contar las historias que nos remonta a las tragedias griegas. Doblemente interesante, por la riqueza visual y por la propuesta teatral performativa, Las Densas se presentó en el espacio alternativo Sala Piloto (Simón Bolívar 868 entre Paraguarí y Tacuary, Asunción), sostenida en escena por la interpretación de las actrices Paola Ferraro (3) y Panambi Scalamogna (4), y con texto y dirección a cargo de David Amado (5).
Notas
(1) Taylor, D. (2012). Perfomance. Buenos Aires: Asuntos Impresos.
(2) Fischer-Lichte, E. (2016). La experiencia estética como experiencia umbral. Revista de Teoría del Arte, 79-100.
(3) Paola Ferraro es licenciada en Sociología por la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) con un posgrado en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso/Paraguay), intérprete de danza contemporánea y actriz.
(4) Panambí Scalamogna es médica agregada de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA) y actriz de la Escuela de Arte Dramático Margarita Irún.
(5) David Amado es artista teatral y egresado de la Escuela de Arte Dramático Margarita Irún. En 2017 creó el proyecto de experimentación e investigación teatral La Posdramática con el fin de desarrollar un teatro distinto, que incluya expresiones como dramaturgia visual, performance text, etc.
*Juan Florenciáñez es artista visual con diplomados en Curaduría y Comunicación en la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad Nacional de las Artes (Argentina) y formación en Crítica de Arte con la curadora Yudinela Ortega en Formación al Cuadrado (España) y colaborador de El Suplemento Cultural de ABC Color. Participa en el seminario Espacio/Crítica del Centro de Artes Visuales/Museo del Barro, Asunción.