Manuel María Fabio, de la deserción a la notoriedad

Por el camino conocido como «la ruta de los desertores» llegó a Santa Cruz de la Sierra un médico paraguayo desconocido en nuestro país pero que alcanzó gran notoriedad en Bolivia.

Manuel María Fabio (retrato enviado a su madre con su carta del 9 de diciembre de 1867)
Manuel María Fabio (retrato enviado a su madre con su carta del 9 de diciembre de 1867)

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En el presente artículo sobre la «ruta de los desertores» recordaremos al médico paraguayo Manuel María Fabio, desertor del ejército paraguayo que llegó a Santa Cruz de la Sierra por esa vía. Un personaje poco conocido en nuestro medio pero que en Bolivia alcanzó gran notoriedad al lado del político Dr. Andrés Ibáñez.

Paraguay y Bolivia

Durante la Guerra de la Triple Alianza hubo un episodio que tocó de cerca a Paraguay y Bolivia. Ambos países consiguieron un excelente momento para los negocios. Estratégicamente, para el Paraguay significó durante un par de años su principal ruta de abastecimiento.

Iniciada la Guerra de la Triple Alianza, el mariscal Francisco Solano López tomó la ofensiva irrumpiendo en el Mato Grosso y luego en Corrientes. Al final de la Batalla del Riachuelo, Paraguay perdió casi la totalidad del dominio sobre su río epónimo. Con lo que el país entero quedó prácticamente aislado e imposibilitado de salir al océano Atlántico.

Dichos acontecimientos obligaron al gobierno paraguayo a tomar medidas; entre ellas, encargar al explorador francés Domingo Pomiés la apertura de una ruta comercial entre Corumbá y Santo Corazón, obra que concluyó en julio de 1866. Poco después, ante el potencial lucrativo y la dimensión que cobró el negocio, se abrió también la ruta entre Santiago de Chiquitos y Corumbá, que concluiría en enero de 1867. Es posible que en la ejecución de estas obras Pomiés rehabilitara el antiguo y legendario Peabirú.

La ambición de relacionarnos con Bolivia se cumplió y gracias a la afinidad circunstancial de ganancias y semejanzas se logró entre 1866 y 1868 un crecimiento que Paraguay necesitaba. El presidente boliviano Melgarejo tuvo una indudable simpatía por la causa paraguaya. Su oferta de enviar 12.000 soldados bolivianos para sumarse a la causa paraguaya nunca pudo evidenciarse como fidedigna. Al menos el mariscal López no la creyó auténtica. Tal es así que al emisario argentino Juan Padilla no le creyeron y terminó siendo ejecutado en San Fernando el 10 de agosto de 1868.

La ruta de los desertores

Esta vía, abierta por paraguayos y bolivianos en 1866, fue hasta 1868 una de las principales rutas de abastecimiento para el Paraguay, y por momentos la única. Por esta ruta con Bolivia el ejército y la población paraguaya se abastecieron durante buena parte del conflicto de ganado, azúcar, café, charque, hojas de coca, armas, municiones y todo tipo de mercancías, transportadas mayormente por emprendedores de Santa Cruz de la Sierra.

Carta de Manuel María Fabio a su madre, 9 de diciembre de 1867
Carta de Manuel María Fabio a su madre, 9 de diciembre de 1867

Esto significó un breve pero fantástico lapso de prosperidad económica, especialmente para Santa Cruz de la Sierra. Fue una fuente de bonanza para muchos, con desgraciado final para algunos durante la guerra. Otro punto a destacar fue el uso del idioma guaraní, que como lengua común cimentó una igualdad impensada.

Del lado boliviano, citamos la fallida expedición de Tristán Roca de 1862; al año siguiente, 1863, tomó nuevo impulso con la aparición de la Sociedad Progresista de Bolivia, cuyos trabajos se vieron vigorosamente fortalecidos por las necesidades de la Guerra de la Triple Alianza. En abril de 1866, Roca, su esposa Mercedes y su hija Mercedita, de 4 años, junto a otros, llegaron a esa Corumbá ocupada militarmente por Paraguay. El Dr. Roca, al igual que su amigo el argentino Juan Padilla, murió fusilado en San Fernando en 1868.

Del lado paraguayo, la apertura del camino dio oportunidad para que algunos militares desertaran. Como fueron muchos los casos, se llegó a conocer al camino como «la ruta de los desertores». Por ahí llegó a Santa Cruz el médico Manuel María Fabio, desertor del ejército paraguayo, personaje desconocido en nuestro medio pero que tuvo gran notoriedad en Bolivia.

Manuel María Fabio

Hijo natural de María Martina Fabio, de profesión médico, nacido en Asunción hacia 1828, llegó a Santa Cruz por la «ruta de los desertores» a mediados de 1867. Diez años después se lo ve muy cerca del líder boliviano Dr. Andrés Ibáñez, fundador del Partido Igualitario, carismático, muy popular en las masas cruceñas, quien, junto a su padre, Francisco, había protagonizado la sublevación contra la dictadura de Melgarejo en 1870 a través de la formación del batallón popular «La Libertad».

En el Archivo obra también una carta de Manuel María Fabio a la Srta. María Rita Marengo del 9 de diciembre de 1867
En el Archivo obra también una carta de Manuel María Fabio a la Srta. María Rita Marengo del 9 de diciembre de 1867

En 1877, el Dr. Ibáñez lo nombra comandante interino de Santa Cruz. Según muchos historiadores bolivianos, cometió todo tipo de abusos. En Observaciones y rectificaciones a la “Historia de Santa Cruz de la Sierra. Una nueva República en Sudamérica” (La Paz, Urania, 1936), el renombrado historiador boliviano Plácido Molina menciona lo siguiente:

«Un detalle es muy sugerente para confirmar lo dicho: en la tentativa federal de 1876, el hombre fatídico en Santa Cruz, fué un paraguayo llamado Manuel María Fabio, que merced a ser un desconocido y sin escrúpulos, fué puesto por los Jefes como ejecutor de las medidas de violencia que se cree fueron necesarias para sostener la revolución y arbitrar recursos. Fabio, con el carácter de Comandante de una fuerza, quedó encargado –mientras el Dr. Ibáñez se dirigía a Vallegrande a propagar el movimiento– de exaccionar a los acomodados para arrancarles dinero, y entre las torturas de cepos y látigos que puso en práctica, ejercitó una que se creyó de su invención, pero que quizá era de las que había visto emplear en su patria sometida a regímenes salvajes: hacía poner a los que se resistían a sus imposiciones un “chaleco de cuero fresco”, y exponíalos al sol, para que encogiéndose, presionase los miembros, hasta obtener con tal tortura su propósito. Con semejantes procedimientos desacreditó de tal modo “la causa federal” en Santa Cruz, que las fuerzas del Gobierno central, fueron bien recibidas, y cuando el Jefe de ellas cometió el asesinato del caudillo Dr. Ibáñez, que antes había sido un ídolo popular, el atropello fué recibido en Santa Cruz sin la protesta que en otro caso habría levantado. La fama dejada por “el paraguayo”, como se le conocía a Fabio, fué tan fatídica y duradera, que “los procedimientos del paraguayo”, quedaron en las memorias populares, y aun hoy se llama “paraguayo”, a un látigo o rebenque que puso en moda el tal Fabio para sus violencias. Entre las víctimas de López en el Paraguay, figuraron hombres de la crema social e intelectual de Santa Cruz –los doctores Tristán Roca y Benigno Gutiérrez– y los jóvenes Cuéllar, Zarco, Justiniano, etc., pertenecientes a familias numerosísimas, cuyo sacrificio tenía que suscitar contra el “país de los asesinos”, una animadversión popular demasiado fuerte, que Fabio vino a ratificar eficazmente».

Cartas y retratos

En el Archivo Histórico de la República del Paraguay (ANA-AHRP-4511-1-4) se encuentran cartas remitidas por Fabio a su señora madre, Sra. María Martina Fabio, una en fecha 9 de diciembre y la otra del 21 de diciembre, ambas del año 1867. Con la primera le envía un retrato, que ilustra este artículo, y en la segunda le solicita que le envíe por medio del Sr. Juan Padilla su libro de medicina. También obra otra dirigida, en la misma fecha que la primera, a la Srta. María Rita Marengo.

Fabio era primo del comandante de Corumbá, capitán Romualdo Núñez. En carta remitida a este en fecha 10 de diciembre de 1867, le informa que está camino al Paraguay el Sr. Juan Padilla con asuntos de mucha importancia, y solicita los recaudos necesarios para que el citado llegue lo más rápido posible hasta el punto donde se halle el mariscal López.

En la posguerra, Manuel María Fabio siguió dedicándose a la política, formó familia en Postrervalle, distrito de la Provincia de Vallegrande, departamento de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, contrayendo matrimonio el 6 de setiembre de 1869 con la cruceña Modesta Paniagua, con quien tuvo varios hijos que también activaron en política. Así fue como el destino le sonrió, llevándole de la deserción a la notoriedad.

Manuel María Fabio falleció en Postrervalle en 1895.

Carta de Manuel María Fabio a su madre, 21 de diciembre de 1867
Carta de Manuel María Fabio a su madre, 21 de diciembre de 1867

*Rodrigo Cardozo Samaniego es abogado, investigador y miembro correspondiente en la ciudad de Concepción de la Academia Paraguaya de la Historia. Su trabajo «”El puerto de la Ascensión”. El enclave original de la fundación de Concepción. El sitio donde desembarcó el gobernador Pinedo» (Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia, volumen LXII), fue declarado de interés cultural por la Gobernación del Departamento de Concepción. Ha publicado, entre otros libros, La Revolución liberal (Goya, 2020) y Hegemonía liberal (Goya, 2021).

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