Bar La Estación, el antiguo lugar de encuentro de la bohemia concepcionera

Del legendario Bar La Estación, que funcionaba en una esquina de la ciudad de Concepción, a poca distancia del río, y a cuyas mesas se sentaron bohemios, poetas y músicos como Emiliano R. Fernández, habla este artículo de Rodrigo Cardozo, miembro correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia.

El edificio en el que estuvo el Bar la Estación (Fotografia: Diego Delgadillo Vester).
El edificio en el que estuvo el Bar la Estación (Fotografia: Diego Delgadillo Vester).

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Hace unas semanas, ordenando mi biblioteca, encontré un recorte de la edición del jueves 10 de junio de 1999 de un diario importante de nuestro país. Se trataba de un artículo muy interesante de un corresponsal de la época sobre la historia de una centenaria casa de Concepción, que fue «sede de tantas inspiraciones poéticas…». Lo transcribo íntegramente a continuación:

«Una casa bastante antigua, que en realidad no se sabe con certeza el año de su construcción, aún se conserva en forma intacta con la misma fisonomía de hace cien años. Hoy se constituye en una de las reliquias arquitectónicas de esta ciudad, porque para muchos, incluyendo al historiador nacional profesor Pedro Alvarenga Caballero (hoy jefe del Departamento de Cultura de la Municipalidad), fue levantada hace más de un siglo. Pero lo cierto y concreto es que esta vieja casona conserva esa figura de gran valor arquitectónico y que felizmente no sufre ninguna transformación, pese a que ya pasaron por ella varios propietarios. Por mucho tiempo fue la residencia de don Constantino Rojas, padre del general Pablo Rojas, y en ella funcionaba el famoso Bar La Estación, sitio de tantas inspiraciones poéticas. Según los memoriosos, fue el punto de encuentro de destacados poetas populares de aquella época, entre los que sobresalió Emiliano R. Fernández. Algunos aseguran que tantas composiciones conocidas como “Emiliano Re” fueron creadas sobre las mesitas de aquel bar y las paredes del mismo se constituyen hasta hoy en mudo testigo de las resaltantes inspiraciones de aquel notable bohemio. También se recuerda a don Benigno Villa, Natalicio Olmedo, Luis Resquín Huerta, entre otros poetas trasnochadores y peculiares serenateros. El legendario Bar La Estación funcionó en esa nostálgica esquina, hoy conformada por las calles Pampliega y General Díaz, a poca distancia del río Paraguay, antes, durante y después de la Guerra del Chaco. Ahí se pasaban horas entre copas, comidas e intercambios de opiniones, de los que se hilvanaban magnificas composiciones musicales. Se comenta que Emiliano R. Fernández, en su paso hacia Puerto Pinasco, siempre tenía que llegar a Concepción, ciudad en la que de hecho vivió varios años. Algunos creen que en este antiguo edificio el poeta popular compuso la polca conocida como “Concepción Jerere” y creó las letras dedicadas a Puerto Pinasco “Salud che paraje cué”, “Adiós che paraje cué” y “Ko’ape che avy’a ve”. Emiliano R. Fernández trabajó mucho tiempo en el obraje de aquella localidad chaqueña. Más adelante, aquel legendario y pintoresco sitio pasó a convertirse en un almacén, que también fue muy concurrido, por su privilegiada ubicación y, por sobre todo, por los hermosos recuerdos que encierra».

En un pequeño recuadro, bajo el subtítulo «Pasó muchas adversidades», la nota incluye un breve texto adicional:

«En algunas épocas, esta vivienda pasó situaciones de zozobra por las crecidas del río Paraguay que llegaban hasta la zona. Sin embargo, a pesar del paso del tiempo y de las adversidades, sigue manteniendo su tradicional fisonomía y en sus alrededores se respiran aires de nostalgia y, por sobre todo, un ambiente colonial. La casa pertenece actualmente a la familia Delgadillo-Vester, la que también posee hermosos recuerdos del lugar. Entre otras cosas tienen el imaginario postal de la terminal de tren, porque era el sitio preferido para aguardar esa legendaria máquina a vapor. “Hasta hoy se escuchan ecos de la pitada del ferrocarril, el principal medio de transporte de aquel tiempo”, según cuentan algunos vecinos, tal vez un poco exageradamente, pero es el fiel reflejo de los recuerdos de la zona. La casa hoy conserva su vieja fisonomía y se constituye en una reliquia arquitectónica de la ciudad de Concepción».

Una historia encantadora, relatada hace 24 años sobre una casona que hoy luce espléndida. Hace un año, el gobierno departamental cementó sus arterias, inaugurándolas con un hermoso acto en la esquina del antiguo bar, refaccionada para la ocasión.

Es importante recordar que frente a la casa hay un puente de piedra construido por el catalán José Mule y Raiz Santa Creu, hasta el cual llegó la inundación de 1939, según fotografías existentes en el Archivo Municipal.

Con el fin de proteger las muchas casas antiguas de la ciudad, el Municipio dictó ordenanzas en el año 2004 declarando varias edificaciones de importante valor arquitectónico e histórico como patrimonios y creando un catálogo que incluye el Bar La Estación. En la misma cuadra, sobre la calle Pampliega, hay otras dos casas antiguas que también figuran en el catálogo municipal.

Hoy el Municipio está en proceso de actualización del catálogo y ajustando las normativas del 2004 con asesoramiento de la Secretaría Nacional de Cultura. Muchas edificaciones incluidas en el catálogo del 2004 lastimosamente ya no existen –bien porque fueron demolidas, bien porque se cayeron por la fuerza del tiempo–. Otras siguen en pie, en gran parte por el enorme trabajo del profesor Pedro Alvarenga Caballero, quien se dedicó a recorrer a pie todo el casco antiguo de la ciudad apuntando una por una las casas más emblemáticas de la Villa Real y los mausoleos de la parte antigua de la necrópolis. Tal vez sin la dedicación del profesor Pedro habrían desaparecido muchas más. Gracias a su esfuerzo, hoy los concepcioneros podemos sentirnos orgullosos de este legado, especialmente los que amamos la historia, que nace entre las paredes de nuestras casas, como la casa del antiguo Bar La Estación.

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