Faust Apocalipsis (I): ¿Fausto o Mefisto? ¡Esa es la cuestión!

En esta serie sobre la larga y accidentada historia del proyecto de un equipo de actores, iniciado en el 2019, en cuyo camino se cruzó la pandemia y que terminó realizándose en agosto del 2022, el maestro Agustín Núñez nos ilustra sobre el arduo y delicado trabajo, las dificultades y las emociones de esa aventura, desconocida muchas veces para el público, que es el trabajo artístico.

"Faust Apocalipsis", del grupo de teatro Oximorón, dirigido por Raquel Martínez
"Faust Apocalipsis", del grupo de teatro Oximorón, dirigido por Raquel Martínez

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El mundo teatral nacional ha sido muy movido en 2022 por la cantidad y calidad de obras que tuvieron permanentemente llenas las agendas de las salas de teatro, pero una en particular marcó presencia por la magnitud del proyecto y el adecuado espacio alternativo al que recurrió. Se trata de Faust Apocalipsis, a cargo del grupo Oximorón, que por segunda vez convocó a la reconocida directora Raquel Martínez para dirigir esta experiencia desde la elaboración del texto y el entrenamiento actoral hasta la puesta en escena. La obra se estrenó el 26 de agosto del 2022 en Punta Karapá, en el barrio Ricardo Brugada (la Chacarita) de Asunción, despertando un particular interés tanto entre los habitantes del barrio como entre el público de diferentes barrios y localidades, que asistió masivamente a disfrutarla.

El punto de partida

Dentro del campo de la literatura, del teatro, de la narración oral y escrita, en diferentes culturas y en momentos históricos a veces difíciles de precisar, tanto a nivel de la época como del lugar, surgen mitos, relatos y leyendas universales, coincidentes, que se mantienen vivos en el inconsciente colectivo a través de las generaciones. Uno de ellos es la eterna pugna del hombre con el paso del tiempo y con la muerte. Dos fenómenos muy difíciles de enfrentar que son lo único seguro e inevitable en esta vida. Justamente por eso, alrededor de ellos se crean historias que perduran y seguramente perdurarán ya que están ligadas a la existencia y al desarrollo del ser humano mismo. En este marco estaría ubicado el famoso mito de Fausto, que nos habla del enfrentamiento del hombre con el avance de los años, con el paso por la vida que nos conduce inexorablemente a la vejez.

El pacto que hace Fausto con Mefistófeles para recuperar la juventud es un tema universal que cobra vida en relatos de narradores populares y que también ha sido abordado por dramaturgos como el inglés Christopher Marlowe en el siglo XVI y el alemán Goethe en el siglo XIX, entre otros, además de llevado al cine –una versión memorable es La belleza del diablo (1950), dirigida por René Clair– y a la óperaMefistófeles, de 1868, con música y libreto del compositor italiano Arrigo Boito–. Sin lugar a dudas, es un tema vigente hoy, cuando el salvaje avance del consumismo ha reemplazado a Mefisto por una exquisita gama de posibilidades de la industria cosmética, alimentando más que nunca el sueño de la eterna juventud. Tal es así que, vendiendo esta ilusión, verdaderos imperios al servicio de la belleza sustituyen a Mefistófeles por grandes empresas que crean ese pacto invisible con el consumidor.

<i>Faust Apocalipsis</i>: el origen

Que esto sirva como antecedente para hablar de esta experiencia, muy particular, desarrollada en agosto y septiembre (2022) en un espacio no convencional como Punta Karapá. Esta obra es parte de la trayectoria de un grupo de egresados de El Estudio, promoción 2018, que para el trabajo de tesis invitaron a la maestra Raquel Martínez para desarrollar una experiencia que incluía habilitar, acondicionar y trabajar en un espacio no convencional la puesta en escena de Woyzeck, de Georg Büchner, dándole un carácter propio tanto en el lenguaje como en el contenido, muy conscientes de que para hablar de nuevos contenidos hay que buscar nuevas formas. Para ello, transformaron un espacio del estacionamiento de vehículos de la Farmacia Catedral en escenario, invadiendo y usando todos los recovecos y logrando integrar el edificio –emblemático por ser uno de los más antiguos del centro de Asunción– en el marco adecuado que requería la obra.

El trabajo corporal fue un fuerte ingrediente que de entrada llamó la atención con una sorprendente simbiosis espacio-actores. La versión de Woyzeck que el grupo decidió montar dio un giro a esa historia mundialmente conocida con el importante aporte, tanto del grupo como de la directora, de una mirada feminista. También incluyeron textos de otros autores y de ellos mismos, que sumaron momentos vigentes de nuestra realidad nacional. Canciones de diversas culturas latinoamericanas atravesaron la acción. Concluyeron así esa temporada (muestra final, paso a la vida profesional) con un trabajo de excelente factura.

Faust Apocalipsis
Faust Apocalipsis

Nace Oximorón

Fuera de la Escuela, el grupo se organiza profesionalmente con el nombre de Oxímoron y convoca a Raquel Martínez a finales del 2019, antes de la pandemia. Después de estudiar varias obras para seleccionar una a ser representada, les despierta curiosidad Fausto, de Goethe, y se da un primer acercamiento al texto.

Descubren y penetran así con cautela y sorpresa en el mundo del personaje, y su contundente contenido filosófico les motiva a jugar en el mejor de los sentidos, recreando el universo Fausto-Mefistofélico que nos presenta Goethe. Este montaje sufrió muchas modificaciones, ya que se cruzó el azote mundial de la pandemia. No obstante, tanto el grupo como la directora, en vez de volverse atrás, aprovecharon ese momento tan especial de encierro, aislamiento y recogimiento para seguir trabajando de diferentes formas sobre el texto. Y, superando penurias y obstáculos, luego de tres años y de muchas modificaciones nació lo que sería el Faust Apocalipsis.

Un escenario alucinante

La Chacarita, zona importante de nuestra Asunción olvidada y desconocida por muchos, una vez más, se convierte en barrio escenográfico donde temporalmente conviven duendes y fantasmas. Esta obra, esta propuesta de Raquel Martínez aprovecha las grandes posibilidades de sus calles, sus rincones, sus caserones, sus ruinas y sus maravillosas vistas panorámicas de la bahía para el espectáculo. Como ya nos tiene acostumbrados, Raquel Martínez mezcla disciplinas como la música, el canto lírico, una estética visual evocadora de imágenes fuertemente arraigadas en el inconsciente colectivo, conformando un rompecabezas lleno de agradables sorpresas. Faust Apocalipsis sin lugar a dudas va a marcar un hito en el teatro nacional por el gran sentido de compromiso tanto de los actores como de su directora, que da como resultado un trabajo de equipo terminado con el rigor y precisión de un orfebre. También por su aporte de un lenguaje escénico altamente contemporáneo y por la fuerte vigencia que cobra el eterno mito Fausto-Mefistofélico. Entre las sorpresas que nos brinda el espectáculo está la inclusión en forma azarosa de habitantes del barrio que, sin interferir con el desarrollo de la acción, agregan un sabor de credibilidad, de verdad teatral que podríamos comparar con el neorrealismo en cine. El Faust Apocalipsis es un espectáculo que a la palabra y la imagen suma las sensaciones, las superficies, los aromas y los olores. Luego de más de una hora de ser traspasados por la intensa acción, ya entre fogatas y antorchas, al borde de la ribera, concluye el fuerte ritual y nos quedamos pensando: ¿soy Fausto o Mefisto?

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