La cuarentena de Charly: entre «Yendo de la cama al living», la guerra de las Malvinas y «Clics Modernos»

El rock de Charly es una trinchera histórica para depositar la indignación y la rebeldía, dice este artículo sobre uno de los músicos más extraordinarios que ha dado América Latina en los últimos cien años.

Charly García en Revista Pelo, año XIV, número 191, 1983, pág. 9.
Charly García en Revista Pelo, año XIV, número 191, 1983, pág. 9.Gentileza

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Tanto la personalidad como la obra de Charly García han llevado muchas veces a confusión y a la consiguiente pregunta: ¿quién es Charly García? Por otro lado, Charly en definitiva es precisamente eso: personalidad y obra, arte y rebeldía. En los 70, fue parte de grupos que dejaron huella, como Sui Generis y La Máquina de Hacer Pájaros. En los 80, lideró uno de los más importantes del momento para muchos, y sin duda para todos los argentinos: Serú Giran, banda de refugio emocional y de resistencia, representada en sus letras cargadas de poesía. Y con canciones como «No bombardeen Buenos Aires», del álbum Yendo de la cama al living, o «Los Dinosaurios», de Clics Modernos, Charly García dio voz a una época inmersa en torturas, secuestros y protestas. En síntesis, dictadura militar.

Charly fue sin duda una de las figuras que lograron burlar la censura impuesta por el gobierno de Leopoldo Galtieri, quien, con el propósito de calmar las aguas y ganar el apoyo del pueblo, declaró la guerra al Reino Unido con el objetivo de recuperar las islas Malvinas. Una de las decisiones políticas de Galtieri fue prohibir la transmisión de música en inglés por radio y televisión, lo que tuvo el efecto de una invitación para los artistas nacionales, e incluso de una invitación a reaparecer para aquellos que, por mostrarse reacios a aceptar el modelo dictatorial, habían conocido la censura, la persecución y el exilio.

Charly recuerda, en cierto momento de una entrevista en BBC Mundo: «en aquella época la música fue para mí una forma de seguir viviendo un sueño en medio de la pesadilla que era la realidad. Milagrosamente no me llevaron preso, ni me torturaron. Me pasó lo que le pasó a cualquier tipo que tenía el pelo largo: que me llevaran frecuentemente a comisarías, por ejemplo para pedirme explicaciones sobre las letras de las canciones».

Yendo de la cama al living es la propuesta artística y conceptual que Charly en los años 80 presenta a una época donde la tendencia musical era predominantemente estadounidense o británica; ejemplo de ello son bandas como The Police; los pioneros y líderes del naciente punk, Ramones; The Clash y Sex Pistols, The Cure y Duran Duran, entre muchos otros exponentes de la corriente «new wave». Es la propuesta en un momento de transición personal para el artista y de transición político-social para todos los argentinos frente a la desacreditación del gobierno de la Junta Militar luego de la devastadora derrota bélica, en 1982, ante el ejército de Margaret Thatcher.

Las letras de canciones como «No bombardeen Buenos Aires», «Ya no quiero volverme tan loco», «Inconsciente colectivo» y la misma «Yendo de la Cama al Living» expresan el cese de un clima epocal, el de toda una nación castigada por políticas económicas, sociales y culturales impregnadas en la sociedad tras ocho años de oscuridad, censura y represión. En «No bombardeen Buenos Aires», por ejemplo, se puede dar uno cuenta de qué manera, y de forma explícita, Yendo de la cama al living responde al transcurso del conflicto bélico: «No bombardeen Buenos Aires, no nos podemos defender / Los pibes de mi barrio se escondieron en los caños / Espían al cielo, usan cascos, curten mambos / Escuchando a Clash, oh, escuchando a Clash / Estoy temiendo al rubio ahora, no sé a quién temeré después / Terror y desconfianza por los juegos / Por las transas, por los canas, por las panzas, por las ansias / Por las rancias cunas de poder…».

Luego del éxito de su primer álbum como solista, Charly se embarca en su segundo proyecto musical: Clics Modernos. Momento en el cual Leopoldo Galtieri da un paso al costado a finales de junio de 1982 abriendo paso a Reynaldo Bigone, quien después abriría camino al proceso democrático en 1983, dando lugar a la llegada al poder de Raúl Alfonsín. Atravesado por los atroces años de la dictadura, Clics Modernos plasma en sus canciones experiencias que caracterizaron una época de exilio, represión y desapariciones forzadas, ejercicio de revisionismo histórico de un pasado que acababa de retirarse al que se agrega el condimento de un nuevo ritmo que dominaba la escena musical del momento, la tendencia new wave, producto de una mezcla entre el rock y elementos del pop procedente, como ya mencionamos, de Estados Unidos y el Reino Unido.

Con canciones como «Nos siguen pegando abajo» o «Los dinosaurios», Charly plasma en estrofas el pesado clima que se respira bajo una maquinaria estatal violadora de derechos y opresora de libertades: «Yo estaba en un club, no había casi luz / La puerta de salida tenía un farolito azul / Él se desmayó delante de mí / No fueron las pastillas, fueron los hombres de gris / Miren, lo están golpeando todo el tiempo / Lo vuelven, vuelven a golpear / Nos siguen pegando abajo…» («Nos siguen pegando abajo»). «Los amigos del barrio pueden desaparecer / Los cantores de radio pueden desaparecer / Los que están en los diarios pueden desaparecer / La persona que amas puede desaparecer…» («Los dinosaurios»).

El rock de Charly fue la trinchera histórica en la que uno podía depositar su indignación y su rebeldía a través de sus letras. El contenido conceptual y el estilo musical de Charly tienen una carga emocional que marca.

Vale la pena recordar aquella vivencia personal de Charly en 1982, que cuenta en una entrevista realizada por Gloria Guerrero para la revista Humor y publicada nuevamente en el 2020 por el diario La Nación, de Argentina: «Me encerré en un estudio un mes, y de la guerra me enteraba cuando iba al bar de al lado. Un día me acuerdo que pasaron un “Comunicado”, y todo el mundo en el bar se calló. Un bar de la avenida Santa Fe, todo pituco. Me hacía acordar al “Huevo de la Serpiente”. Una situación límite que no sucede y a la vez sucede... Una locura. Entonces rogué que no bombardearan Buenos Aires y seguí haciendo mi trabajo, aunque se cayera el mundo a pedazos al lado mío. Porque es lo único que me interesa hacer, y lo único que me salva. Si me enganchara con lo que pasa afuera, me volvería loco».

mariolarroza93@hotmail.com

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