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El libro ¿Por qué te empeñas en sufrir así? Pioneras del feminismo coreano (Buenos Aires, editorial Hwarang, 2019) ha sido presentado en la capital argentina este mes de diciembre del 2019, y su presentación en Asunción se prevé para marzo del 2020. La traductora es Sunme Yoon, quien hace una introducción (titulada «Pioneras y mártires del feminismo») a la vida y obra de las tres cuentistas que incluye el volumen. Las autoras son Na Hyeseok, Kim Yryeop y Kim Myeongsun. Son consideradas las pioneras del feminismo coreano. En el prólogo, firmado por el editor, Nicolás Braessas, se explica la historia de la literatura coreana femenina.
Kim Myeongsun
Escritora, periodista y actriz, Kim Myeongsun nació en un pueblo del distrito de Pyongyang. Fue la hija de un comerciante adinerado y su concubina, que había sido antes una gisaeng, es decir, una artista y cortesana.
Kim Myeongsun estudió en Pyongyang y luego en Seúl. En 1913 fue a Tokio a proseguir sus estudios, pero no pudo terminarlos porque fue víctima de una violación. Culpada de la desgracia, fue expulsada del colegio por ensuciar el nombre de la institución. De todos modos, completó sus estudios en Corea, graduándose en 1917. Ese mismo año, su cuento «La niña misteriosa» fue premiado en un concurso literario. Gracias a este hecho, la historia de la literatura recuerda a Kim Myeongsun como la primera escritora moderna de Corea.
En 1926 se ganó, a través de un examen de selección, un puesto de reportera en el diario Maeil Sinbo, lo que la convirtió en una de las primeras periodistas de Corea.
Entre 1927 y 1930 se aventuró en el cine, llegando a actuar y protagonizar al menos cinco películas. Sin embargo, esta actividad terminó arruinándole la salud y las finanzas. A partir de entonces su vida entró en rápido declive. Acabó vagando en las calles y murió en 1951 en un hospital psiquiátrico de Tokio.
Na Hyeseok
Pintora, escritora y columnista. Desde temprano manifestó grandes dotes para el dibujo y la pintura, por lo que fue a Japón a estudiar Bellas Artes en 1913, especializándose en pintura al óleo, que era toda una novedad para la época.
Na Hyeseok fue la primera pintora del país con un título universitario, y su primera exposición personal, en marzo de 1921, causó sensación. Fue cubierta en extenso por la prensa y acudieron al evento más de cinco mil personas. Al año siguiente, una de sus pinturas fue aceptada en la Exposición Anual de Arte de Joseon, convirtiéndose en la primera artista mujer de Corea en recibir reconocimiento oficial.
Cuando se encontraba en la cumbre de su carrera profesional, en 1931, su marido le pidió el divorcio, a pesar de que acababa de dar a luz a su cuarto hijo, alegando como causa el adulterio que Na había cometido en Francia. A raíz de ello, no solo perdió la custodia de sus hijos, sino que no pudo volver a verlos. Su vida privada se convirtió en un escándalo social de grandes proporciones, su imagen pública se derrumbó estrepitosamente y se le cerraron las puertas de las exposiciones de arte oficiales.
Na trató de sobrevivir escribiendo artículos y dando lecciones de pintura, pero la vida se le fue haciendo cada vez más difícil. Entre 1935 y 1939 vivió en las inmediaciones del templo Sudeoksa, donde su amiga Kim Iryeop se había convertido en monja budista. Intentó que la admitieran a ella también, pero no fue aceptada. En los años siguientes, rechazada por su propia familia, deambuló por distintos sitios, ofreciendo sus cuadros a cambio de comida y alojamiento. Para ese entonces, el mal de Parkinson, que le impedía pintar, se había ensañado también con su salud mental. Finalmente, acabó sus días de manera anónima en 1948 en un hospital de caridad.
Kim Iryeop
Escritora, periodista y monja budista. Su nombre de nacimiento fue Kim Wonju, pero adoptó el seudónimo literario de Iryeop, que fue luego también su nombre budista.
En marzo de 1920 comenzó a publicar La nueva mujer (Sinyeoseong), que fue la primera revista para mujeres de Corea. Como editora de la revista, la usó de plataforma para su causa feminista, contribuyendo con artículos que hacían énfasis en la necesidad de dar educación a las mujeres
En 1933, después de varios amoríos y un segundo matrimonio fallido, ingresó en el templo Sudeoksa y se convirtió en monja budista bajo la dirección de su maestra Mangong. Allí enterró su fama secular de precursora del feminismo coreano e hizo vida de clausura hasta que falleció en 1971.
La campaña difamatoria
Los mismos colegas varones que habían estudiado con ellas en Japón, compartido lecturas y discusiones, y alentado a sus compañeras a escribir y expresarse fueron los que se ensañaron en destruirlas meticulosamente.
La campaña difamatoria no pudo ser más exitosa. Cuando en enero de 1940 se publicó en una revista la lista de los literatos de Joseon que permanecían con vida, no se mencionó a ninguna de las tres escritoras, a pesar de que no habían fallecido. Habían sido totalmente olvidadas.
kurubeta@gmail.com