Crímenes, sexo clandestino y apariencias

Crímenes, sexo clandestino y apariencias
Crímenes, sexo clandestino y aparienciasArchivo, ABC Color

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Geografía de cínicos, solitarios, desencantados y heridos. Es el territorio de la novela negra. Es la atmósfera de seres que nos muestran los interiores más sórdidos y sombríos de la condición humana. Allí están los detectives que ya regresaron de cualquier tentación de ilusiones inocentes, y las mujeres fatales que saben que su cuerpo tiene precio y que el amor es una dicha lejana.

Obras maestras del género son, entre otras, El halcón maltés, de Dashiell Hammet, o El largo adiós, de Raymond Chandler. Y en esas aguas navega con maestría A menos de cinco centímetros, novela de la periodista y escritora española Marta Robles (Madrid, 1963). Suspenso, mucho sexo clandestino sin ilusorias promesas de amor, el mundo de las grandes empresas que detrás de sus rostros legales esconden los más despreciables negocios, vidas rotas y crímenes de mujeres que podrían tener algún hilo conductor.

Madrid. El detective Tony Roures acaba de mudarse a Malasaña. Separado. Especializado en infidelidades. Fue muchos años corresponsal de guerra. Pudo ver el descenso a los infiernos del ser humano, en particular en la olvidada guerra de Sierra Leona, en África, donde cualquier atisbo de compasión quedó enterrado para siempre. Marta Robles muestra con crudeza lo que fue esa travesía por lo peor del ser humano. Y Roures guarda una herida nunca cerrada de un acontecimiento de esa guerra que afectó a su colega Isabel.

A su departamento llega un día una joven argentina, Katia Kohen. Está segura de que uno de los escritores españoles de mayor venta, Armando Artigas, mató a su madre, de la que fue amante. Pero además esta joven está segura de que Artigas mató a otras tres mujeres, que también eran sus amantes. Y no cree que se trate de una «organización de cornudos organizados, de maridos damnificados» (p. 218). Y quiere que Roures se encargue del caso. Y ofrece una muy buena paga. Que Roures no está en condiciones de rechazar.

Sexo clandestino con mujeres casadas, y bien casadas, que son las más confiables, dice Artigas. «Todos ocultamos alguna fea cicatriz… pero lo mío son las relaciones cortas y sin compromiso... Con mujeres bien casadas. Como tú. De las que jamás abandonarían a sus maridos, ni aunque se volvieran locas de amor… la única manera de mantenerse a salvo de los propios sentimientos» (p. 42). Nada de planes. Nada de futuro. Puro presente y piel.

O, en otro momento, «yo no comparto la vida contigo… sólo la cama. Si compartiéramos la vida seguramente estarías en esta misma habitación con otro. Te amaré cuando gimas apasionadamente entre mis brazos. Sólo entonces. Y luego olvidaremos ese amor y viviremos la vida real. En ella el amor no es más que un estorbo. Una debilidad que nos hace vulnerables» (p. 189). El amor como una molestia sin remedio.

La actual amante de Artigas es Misia Rodríguez, bella mujer de ojos violeta y terrible pasado casada con uno de los propietarios de uno de los principales imperios mediáticos y editoriales españoles, Carlos Rothman.

Todos tenemos un escaparate y una trastienda, dice el escritor español Luis Landero. Y ni qué decir muchas de las fortunas más respetables. O empresas que parecen modelos sociales. Como aquella que escondía relaciones con la mafia en la novela La firma, de John Grisham.

Aparece entonces, detrás de ese respetable escaparate literario y mediático, un negocio sórdido oculto durante años. Se está dispuesto a matar para mantener esa enorme fuente de fortuna: «Tony, Rothman es el proveedor de chicas de Brasil, Paraguay, Chile y Argentina, para toda Europa. Los pedidos se hacen a Buenos Aires y, desde allí, se coloca a las chicas en distintos lugares de Europa. Es, cómo te diría yo… trata a la carta» (p. 219).

A menos de cinco centímetros es un viaje sin anestesia que muestra lo que hay detrás de las apariencias sin fin que forman parte de la magullada piel humana

Escuchando el Tema de Lara, de Maurice Jarre, de la película Doctor Zhivago. Porque, qué quieren que les diga, soy de los que creen aunque sea en alguna forma de amor, en esos amores para nunca que son los amores para siempre. Aquellos no contaminados por el matrimonio u otra modalidad de convivencia.

Marta Robles

A menos de cinco centímetros

Barcelona, Espasa, 2017

carlosfmartini@gmail.com

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