Washington en Guatemala: crónica de una tragedia

El novelista peruano Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936), Premio Nobel de Literatura, acaba de lanzar su más reciente libro, Tiempos recios (Barcelona, Alfaguara, 2019). Carlos Martini ya lo ha leído, y nos lo comenta.

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Guatemala. Mediados del siglo pasado. Unos tres millones de habitantes, 70% analfabetos, en gran medida indígenas. Llega a la presidencia primero Juan José Arévalo y luego, a comienzos de los cincuenta, el coronel Jacobo Árbenz. Llegan vía procesos democráticos.

Y con Árbenz se intensifica cierto reformismo social dentro del capitalismo. Por ejemplo, se plantea una reforma agraria para crear pequeños productores, apoya la creación de sindicatos y quiere sencillamente que paguen impuestos los que pueden. Por ejemplo, la poderosa empresa estadounidense UnitedFruit.

Ya en los cuarenta los directivos de esta empresa sintieron que se prendían las alarmas. Nada de comunismo, esta compañía iba a perder privilegios propios del feudalismo. Y entonces recurrieron a un experto en relaciones públicas, Edward L. Bernays, para desarrollar una sistemática campaña en Estados Unidos advirtiendo del supuesto derrotero comunista en Guatemala. Y la misma prendió.

Mario Vargas Llosa desarrolla en Tiempos recios (2019), con prosa propia de un cronista, la tragedia guatemalteca que consistió en la acción directa de la CIA estadounidense, con la operación prepotente del embajador John Emil Peurifoy, que llevo al derrocamiento de Jacobo Arbenz en junio de 1954. Guatemala, con el coronel Carlos Castillo Armas iniciaba un larguísimo periodo de dictaduras, movimientos guerrilleros, decenas de miles de muertos y desaparecidos.

Eran los tiempos de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS. En Washington la dupla Eisenhower-Nixon estaba en la Casa Blanca en la época de esos sucesos en Guatemala. El nuevo director de la CIA era Allen Dulles, hermano de John Foster Dulles, secretario de Estado, todos protagonistas de la deriva dictatorial en la pequeña Guatemala.

En este tenso periplo que hace Vargas Llosa por esa fase de la historia guatemalteca aparece una bella mujer llamada Marta Borrero, a la que llamaban Miss Guatemala por su belleza. Cuando adolescente es seducida por un hombre mayor, queda embarazada, se casa, luego lo abandona, se vuelve amante del dictador Castillo Armas, cuando este es asesinado huye a la Republica Dominicana del dictador Trujillo para recalar luego en Estados Unidos. Es como si Vargas Llosa escribiera una novela paralela con las aventuras vitales de Marta Borrero.

Y no falta el realismo mágico. Después del golpe de Castillo Armas, aparte de la feroz represión a indígenas y movimientos sociales, le tocó «hasta buen número de cofradías encargadas del cuidado de los santos patronos de los pueblos, creadas en los últimos diez años» (p. 124). O cuando el dictador Trujillo envía a su principal torturador, Johnny Abbes García, como agregado militar a Guatemala, ya bajo Castillo Armas, y le recomienda que para obtener información recurra a la amante. «Por lo demás era un hecho que la principal división que existía en el gobierno era… entre los partidarios de la esposa legítima, Doña Odilia Palomo, y la amante» (p. 145).

Tiempos Recios pulsa el mismo tono que La fiesta del Chivo, basada esta en los últimos momentos de la dictadura trujillista en República Dominicana: el autor de Conversación en la Catedral y La Casa Verde disecciona sin pudor los costados más brutales y despiadados del poder, cuando este nutre su fuerza en el autoritarismo más implacable. Nos muestra los entretelones nacionales e internacionales de las piezas de un ajedrez perverso.

Dictadores que como Somoza, Trujillo o Stroessner consiguieron durante décadas la bendición de Washington al ser peones de la tensión Este-Oeste.

Vargas Llosa incluso plantea una hipótesis sobre la Cuba que vino después con Fidel Castro. Sostiene el autor de La ciudad y los perros que, como el Che Guevara estaba en Guatemala cuando esos trágicos sucesos, vendiendo enciclopedias, llegó a la conclusión de que cualquier reforma social y económica pasaba por la destrucción del Ejercito y el acercamiento a la URSS. Para él, de acuerdo a la interpretación de Vargas Llosa, Guatemala demostraba que la vía pacífica de transformaciones sociales no era posible.

Finaliza Vargas Llosa que «la intervención norteamericana en Guatemala retrasó decenas de años la democratización del continente y dejó millares de muertos» (p. 351).

Un detalle local: en mayo de 1954, Alfredo Stroessner tomaba el poder en Paraguay. Lo que vino después es muy conocido.

Mucho. Mucho. Mucho tendrá que explicar a la historia la desastrosa política exterior de Washington hacia América Latina durante gran parte del siglo XX.

Escuchando Despertar, de Maneco Galeano. Y todavía hoy América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo.

Mario Vargas Llosa

Tiempos recios

Barcelona, Alfaguara, 2019

353 pp.

carlosfmartini@gmail.com

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