Dos + Dos

El modo dominante que cada sociedad en cada momento de su historia tiene de organizar la vida sexual y amorosa es solo una construcción social hegemónica, comentan Miguel y el Tío Gervasio en su columna de hoy. Un espacio de encuentro y diálogo entre la producción cinematográfica y la realidad social.

Adrián Suar y Julieta Díaz en una escena de Dos más dos (2012).
Adrián Suar y Julieta Díaz en una escena de Dos más dos (2012).

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–El sistema económico también determina la manera de organizar la libido de la sociedad, el sexo, el amor, los sentimientos… –me comenta el tío Gervasio al acabar de ver esta peli.

–Antes de la era del Capital, las parejas no eran tales, las familias no eran tales, y de esto nos podemos enterar leyendo El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de un tal Federico Engels –acoto tímidamente.

–Y si nos atrevemos a más –me dice el Tío, como estrujando la yerba con la bombilla del tereré que estamos tomando–, podemos hasta parafrasear a ese otro Marx, Carlos, no Groucho, diciendo que: «la sexualidad de una época es la sexualidad de las clases dominantes».

–¿Cómo es eso? –le pregunto.

–¿Qué, que la sexualidad de una época es la sexualidad de las clases dominantes? Es una paráfrasis que alude al concepto de ideología al cual se refiere el filósofo alemán.

–Pero es así como lo decís: los modos de organizar la libido, el sexo y el amor de las clases sociales que dominan la sociedad en determinada época de la historia son los modos en los que también las clases subalternas los organizan –le doy la razón.

Y entonces él agrega:

–Entendiendo todo esto, podemos incluso percatarnos de que el modo dominante de organizar la vida sexual y amorosa de la sociedad (en parejas) es solo una construcción social hegemónica, y de que, por lo tanto, existen otras formas de organizarla, alternativas, no hegemónicas, que transcurren, transitan, fluyen por debajo del mármol de lo normalizado.

–Exacto –chasqueo los dedos–. Los círculos poliamorosos, por ejemplo –le cito.

–O los swingers, como en el caso de esta película… –manifiesta el tío.

–O el denominado «amor compañero» –completo yo.

–Sí, todos estos son ejemplos de otras formas de organización del deseo, del amor y del sexo –asevera él tras la barba cana.

Dos más dos (2012), la comedia dramática argentina, más bien light, que acabamos de ver y que da pie a nuestra conversación, protagonizada por Adrian Suar y Juan Minujin, se adentra al interior de una de estas formas. Bucea en el mundo swinger, un mundo en el cual las parejas buscan cumplir sus fantasías y deseos de a dos; un mundo donde la infidelidad es considerada de forma diferente a la estandarizada culturalmente, pero un mundo que, no obstante –como nada de lo humano–, no está exento de miedos y dolores.

–«Son otros nomás» –me corrobora el tío, mientras me ceba un rico tereré, que ayuda a sofocar los calores de la tarde asuncena.

Ficha Técnica

Título: Dos más dos

Género: Comedia

Idioma: Castellano

Dirección: Diego Kaplan

Guión: Juan Vera / Daniel Cúparo

Elenco: Adrián Suar, Julieta Díaz, Carla Peterson, Juan Minujín, Alfredo Casero

Fotografía: Thimios Bakatakis

Música: Iván Wyszogrod

Productora: Pol-Ka Producciones

Duración: 110 min.

País: Argentina

Año: 2012

miguelmendezpereira1975@gmail.com

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