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Los estudios de la Dra. Branka Susnik fueron relevantes para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Paraguay, ya que en su inmensa labor, que desplegó por más de cuatro décadas, logró analizar la cultura de los pueblos originarios de nuestro país.
El trabajo científico de Susnik es respetado por los científicos y representa un aporte fundamental al desarrollo del conocimiento sobre la Arqueología y la Antropología Americana en general y la paraguaya, en particular.
“Un día me encontré con el Dr. Gatti Van Humbeeck y me comentó que llamaría a su edificio Branka, lo que me pareció maravilloso, como forma de recordación”, expresó Adelina Pusineri, directora del Museo Etnográfico “Dr. Andrés Barbero”, de la Fundación La Piedad, y quien trabajó de cerca con Susnik.
Recordó que la antropóloga también tiene una calle a la que la Municipalidad de Asunción le otorgó el nombre bajo la gestión del cónsul honorario esloveno en Paraguay, el Arq. Luis Alberto Boh. “Ella es digna de todo reconocimiento por todo lo que le legó al Paraguay. Siendo extranjera, se dio totalmente al país, dejando aquí su vida y su obra”, destacó.
Branka nació en Medvode, Eslovenia, el 28 de marzo de 1920. Realizó sus estudios superiores en Europa, obteniendo el doctorado en Prehistoria e Historia de la Facultad de Filosofía de Ljublijana, así como otros postgrados en Austria y Roma.
Llegó a América, al puerto de Buenos Aires, en 1947 con los emigrados yugoslavos-eslovenos luego de la Segunda Guerra Mundial. En ese país inició sus trabajos de investigación en la misión Laishi de los Tobas de Formosa, escribiendo su primer trabajo científico en América.
A finales de 1951, llamada por el Dr. Andrés Barbero, llegó al Paraguay para continuar los trabajos museológicos iniciados por el etnólogo alemán Dr. Max Schmidt. En 1953-1954 realizó sus primeros viajes de campo con los Maká y los Chulupi (Niwakli). Sus múltiples viajes de estudio entre casi todas las etnias sobrevivientes del Paraguay acrecentaron las colecciones del museo y sus más de 77 publicaciones abarcaron la temática lingüística, etnohistórica y cultura material de los aborígenes del Paraguay y América, y la antropología social del Paraguay.
El Gobierno paraguayo la distinguió con el Primer Premio Nacional de Ciencias en el año 1992, al mejor trabajo científico-cultural.
Luego de 45 años de fecunda labor en el Museo Etnográfico “Dr. Andrés Barbero”, falleció el 28 de abril de 1996. Póstumamente, el 14 de mayo del mismo año fue condecorada con la Orden Nacional al Mérito en el Grado de “Gran Oficial”.