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Todo esto, sujeto a las condiciones que el Código Aduanero y las reglamentaciones del mismo dispongan. El profesional constituye el nexo insustituible entre la actividad privada y la actividad pública. Así lo describe y grafica la licenciada Raquel Figueredo, despachante de Aduana.
Sostiene que quienes cumplen esta función son verdaderos técnicos que dominan la ubicación arancelaria de las mercaderías y sus connotaciones, con conocimientos y especializaciones en el Código Aduanero, las leyes que lo complementan y sus reglamentaciones.
Además, manejan la nomenclatura Común del Mercosur, sus notas explicativas y los criterios clasificatorios, el Régimen y la conformación de los tratados y convenios de todo tipo suscriptos por el país.
Asimismo, conoce las normas de valoración, el análisis de la documentación respaldatoria por cada régimen de operaciones aduaneras, operaciones bancarias y la instrumentación de créditos y formas de pago, las nociones fundamentales del derecho tributario administrativo, comercial, las reglamentaciones consulares, controles sanitarios afectados al comercio internacional y más.
A esto se agrega que saben de las contribuciones extraordinarias y las reglamentaciones propias de todos los organismos que intervienen de acuerdo a la naturaleza de los productos tanto en la importación como en la exportación, los regímenes tributarios e impuestos internos y su interpretación.
El despachante de Aduanas como especialista en el campo de tramitación aduanera, de los regímenes arancelarios y de la tecnología mercantil, está en condiciones de tramitar las operaciones con mercaderías para abastecimiento de la plaza y beneficio de las actividades productivas e intercambio comercial de forma responsable aportando conocimiento técnico para asegurar la cadena logística del comercio internacional.
Figueredo destaca que la labor del despachante de Aduanas es necesaria e insustituible, dada la índole de sus tareas y el propio carácter de auxiliar del comercio internacional. Son las constantes de su gran responsabilidad ya que mediante su accionar y bajo su firma se pone en marcha el aparato administrativo fiscal.
Tanto el comercio como la industria ponen en mano de los despachantes cuantiosos intereses que confían a su pericia y honorabilidad.
“Nuestro rol se torna cada vez más fundamental. El despachante es el agente técnico del comercio y del servicio aduanero que se ocupa de la organización, coordinación y ejecución de todas las actividades que se vinculen al sector privado exportador e importador con organismos e instituciones oficiales y privadas”, rescata Raquel Figueredo.