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La lactoferricina ayuda a aumentar la absorción de hierro en el organismo favoreciendo su fijación.
También destaca su función a la hora de preservar las reservas de hierro que ya existen en el organismo.
Otro beneficio es su poder de prevención de infecciones bacterianas, como la salmonella enteriditis o la Escherichia coli.
Inhibe la multiplicación de estas bacterias alterando las membranas de las mismas para producir una pérdida de su integridad y su muerte. Por tanto tiene una triple función antimicrobiana: antibacteriana, antiviral y antifúngica.
La lactoferricina cuenta con una potente función antioxidante que resulta muy beneficiosa para el organismo, pues previene la formación de radicales libres y contribuye en el control de los daños celulares que se asocian al envejecimiento celular. De ahí que es de vital importancia para el correcto desarrollo celular que favorece una buena salud.
De acuerdo a estos beneficios importantes para el organismo es que muchos médicos recomiendan el consumo de los lácteos, porque proporcionan nutrientes esenciales y es una fuente importante de energía alimentaria, con proteínas de alta calidad y grasas que pueden contribuir considerablemente a la ingestión necesaria de nutrientes como triptófano o oligosacáridos.
La leche como alimento contiene nutrientes necesarios, como fósforo, magnesio, zinc, yodo, selenio y vitaminas A, D y del complejo B, además de ácidos grasos, hidratos de carbono, proteínas y agua. Se recomienda la ingesta de al menos tres porciones de lácteos o derivados al día.